Se nos va un San Isidro más, que en primera lectura es uno de los mejores, sino el mejor, de los últimos tiempos. Esa es la impresión, grata, que ha dado, aunque las comparaciones sean odiosas y cotejar con ejercicios anteriores nos pueda desdecir de lo apuntado, así que dejémoslo ahí.
sí conste en acta las merecidas PG de Marín, Ponce y Del Álamo (que debió de hacerlo con 2 de un toro o las 3) más la doble de Ventura la de Sergio Galán y ¿por qué no? La más de atrezzo de Leonardo.
No se puede olvidar uno de Talavante (3 de 3) de la importante oreja de El Juli, del “robo” a Ferrera, que debería estar en el cuadro de honor, y de hecho para mí lo está con quizá la faena más importante de la feria lo mismo que la de Castella
Importante la arrancada por Roca Rey y las de Adame y Perera. Ilusionante la de G. Del Pilar. Las cuestionadas de Morenito y David Mora también en su contexto tienen su corazoncito como las vueltas al ruedo de Fortes, Gonzalo Caballero y el novillero venezolano Colombo víctima de otro “atraco”. Buena, o más, feria de toreros.
Buena corridas de Cuvillo y la baza triunfadora, ya imprescindibles, de Alcurrucén, capítulo I.
La grandeza de Capea en la de “a caballo”, la histórica vuelta al bravo “Hebreo” de Jandilla, la completa corrida de Victoriano y el comienzo con buen pie de Domingo Hernández en un debut para el recuerdo en la primera plaza del mundo fueron pilares del serial al que “los Lozano” sumaban un segundo encierro en el “tipo de la casa” con otra Puerta Grande
Ha habido más que no es letra pequeña. Lo recuperable del hierro de Dolores Aguirre para las grandes ferias, esos dos toros de Talavante y Ureña en la “victorinada” y ese imborrable triunfo santacolomeño de Rehuelga.
Entre las decepciones: Valdefresno, Juan Pedro, El Torero y sobre todo Cuadri, Adolfo y Miura, la reserva espiritual del “torismo” y de la “ilustración” venteña.
Lo que no ha sido tan buena noticia ha sido lo del palco: cada uno de su padre y de su madre, todos muy malos. Hasta el mejor (D.Trinidad) cometió pecado capital en solidaridad con la mediocridad de sus conmilitones.
De los veterinarios, lo mismo.