Lo de Marco Pérez en su encerrona en Las Ventas
Por Pedro j. Cáceres
Ni que decir tiene qu el NHB era un hecho desde que se abrieron taquillas. Lo mismo que el viernes, esa encerrona de Marco Pérez, para despedirse de Madrid, de novillero.
El gesto, que no fuera necesario para su trayectoria, con más de 20 corridas ya firmadas como matador de toros en las principales ferias y con carteles rematados, engrandece su generosidad para con Madrid. Donde la “yihad venteña” no supo asimilar tal hecho mostrándose vilmente hostil desde el minuto 0. Con este grosero comportamiento, una tarde más, se definen ellos, manchan la imagen del Madrid taurino y, lo más importante, sin querer, hunden a Marco Pérez como proyecto de figura del toreo, para muchos años. No es el primer caso.
Con este hándicap, de partida, la, supongo, cuidada selección animal de Gallardo y El Juli falló, componiendo una novillada poco propicia para el triunfo por lo civil.
Así, tras los tres primeros animales en que no pudo haber lírica, al completo (sí las 3 C que le han definido en su impecable trayectoria -cabeza, concepto, corazón-) hubo que explotar la C, de corazón, y aplicar la épica: 3 veces a la puerta de chiqueros, dejarse pegar dos volteretas escalofriantes, y estar muy por encima de sus enemigos (como en los 3 primeros), de no ser por su traicionera espada hubiera engordado el escueto balance de una ovación y una vuelta al ruedo que tan bien les viene a los inquisidores al simplificar al resultado el contenido de una tarde a sangre y fuego.
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