" Si todo sale bien estaremos en Madrid para confirmar este año; me pilla con mucha confianza"
" En muchos momentos pensé tirar la toalla, pero tenía que tener paciencia porque las oportunidades iban a llegar; tengo la moneda para cambiar y es cuestión de esperar"
Entrevista por Alejandro Martín Carabias
Metidos en el invierno quedan los recuerdos de la memoria. Personalmente, me acuerdo de un par de ellas que hizo un torero allá por el mes de agosto en el Puerto de Santa María. Se llama Daniel Crespo, ante toros de Núñez del Cuvillo. Y al día siguiente con toros de Puerto de San Lorenzo.
Ha sido un año corto. Se ha pegado un golpe en la mesa.
Sí, sobre todo eso. La verdad que ha sido un año mágico para mí, porque el planteamiento de principio de temporada era prácticamente no torear nada, porque empecé sin apoderado. Y sigo sin apoderado. Pero, vinieron esas tardes del Puerto que me han dado muchísimo.
¿Qué recuerda de la llamada de Carlos Zúñiga y verse en los carteles?
Con muchísima felicidad. Fue un regalo porque no volvía al Puerto desde 2019, que fue mi última tarde triunfando y hasta este año no había vuelto. Me hacía falta volver a mi tierra.
¿Cómo ve la primera tarde con el paso del tiempo?
Hace poco estaba comentándolo con un amigo. Y es muy difícil lo que realicé porque prácticamente sin torear un año sin torear y la preparación mía fue de dos o tres tentaderos una semana antes. Y llegar al Puerto con esas dos figuras… Parece que es imposible, pero lo conseguí.
Al día siguiente fue un triunfo a golpe cantado, en sustitución de Morante de la Puebla.
Bueno, la tarde se tornó un poco complicada por el juego del ganado, salió una corrida muy mansa y no daban opciones al triunfo. Quizás la virtud que tuvo el sexto es que se quedó en la muleta, siendo un poco bronco. Tampoco tuvo mucha clase, pero se quedó y transmitió. Y tuve un poco más de presión por el triunfo del día anterior. Y que vieran que no fuera por casualidad. Estaba obligado a triunfar esa tarde. Quiero seguir para adelante y conseguir mi sueño. Demostré que no es casualidad y estoy para torear y tengo muchas cosas que decir.
Funcionó la espada.
Hay que rematar las faenas con un buen espadazo, para que luego lleguen los triunfos, eso está claro. Entrenamos mucho en el carretón y demás, pero lo que te da práctica es matar toros. Y el truco para poder matar bien los toros es tener fe y tirarse detrás. Quererlo matar con mucha técnica.
Salió una tercera tarde en Cehegín, gracias a las de El Puerto.
Me dio la oportunidad el empresario Juan Reverte, montó ahí un cartel muy bonito en la despedida de mi compañero El Rubio. Fue una tarde importante y muy bonita. Salieron toros buenos de Lagunajanda y pudimos disfrutar y demostré que nada es casualidad.
¿En algún momento se replanteó las cosas de si tanto esfuerzo y tanta lucha merece la pena?
Sí, en muchos momentos. Los días son muy largos, pasa el tiempo y uno entrena en la soledad y le da muchas vueltas a la cabeza. Y se le pasa en muchos momentos tirar la toalla. Debía tener paciencia, las oportunidades iban a llegar y yo tengo la moneda para cambiarla y solo es cuestión de esperar.
El año que viene habrá que ir a confirmar a Madrid.
Me he puesto en boca de todos los aficionados, profesionales y recibí muchas llamadas. A ver si sale todo bien y podremos estar en Madrid el año que viene. Yo creo que sí, es el año que mejor me pilla más preparado y mentalizado. Y, sobre todo, con muchísima confianza en uno mismo.
¿En qué ha cambiado la vida de Daniel Crespo?
Bueno, sobre todo, la ilusión y la confianza en que conseguirlo. Al final, la vida sigue igual y yo sigo levantándome a las cuatro de la mañana para ir a trabajar y por la tarde a entrenar. Todo eso no ha cambiado. Lo que sí ha cambiado es la mentalidad.
¿ Con qué faena te quedas de las seis de este año?
La primera tarde. Fue la que más me emocionó, porque esa tarde soñaba cuajar un toro en El Puerto. En las dos primeras tardes triunfé, pero cortando una y una. No había cuajado un toro de verdad. Salió ese toro y poder cortarle dos orejas en mi tierra, ha significado mucho para mí.
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