ENTREVISTA DE MARYSOL FRAGOSO PARA "LA DIVISA"

Enrique Ponce: "Me llevé el corazón de México el pasado domingo en la Monumental"

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ME LLEVÉ EL CORAZÓN DE MÉXICO (ENRIQUE PONCE)



AVANCE


EL AUDIO DE LA ENTREVISTA


A unos cuantos días de cumplirse 25 años de la confirmación en La México, has vuelto a revalidar ese espíritu gracias a un regalo de un toro en el que triunfaste. Fue una donación desinteresada tras los terremotos.


En principio, la tarde tenía, para mí, una emotividad muy grande por el hecho de donar los honorarios de ese día. Pero significaba algo más: iba a entregar mi alma y mi toreo a México. Económicamente va a significar algo importante para esas vidas que se perdieron, que son irreparables, pero de alguna manera lo que siento por México y por lo recibido siempre aquí. Tengo un pedacito importante de mi corazón aquí y quería hacer algo importante. Por ese motivo, tuvo para mí una carga emocional muy importante la tarde de ayer. Comenzó mal, por el daño que se hizo ese toro de Barralva.


Hubo momentos bonitos, toreando muy despacio. Se lastimó, una pena porque era un toro con clase. Ocurrió eso y tuvimos que aceptarlo. En el segundo toro puse todo de mi parte, le fui metiendo poco a poco, aprovechando su calidad y sus embestidas, poniendo alma en cada muletazo y así fue. En esa faena, si el toro cae con la estocada que le pegué, una o dos orejas podrían haber caído porque la gente estaba metida. Me entregué con él. Pero entonces vino la parte más emotiva de la tarde, que fue cuando la gente unánimemente pidió que regalara un toro: nunca había visto una petición tan grande de regalo, y cuando levanté el dedo para regalar el toro, fue impresionante el rugido de la Plaza México, algo que me conmovió.


Ahora ya no se regalan toros en esa plaza, pero ante esa petición tan abrumadora, tengo los vellos de punta todavía. Accedí y ahí estaba el gran triunfo. Fue una faena redonda, de rabo, y puse el alma en cada muletazo con una despaciosidad que me transportó a otra dimensión. Soñé el toreo abandonado, el toreo natural y puse el alma para toda esa gente que desgraciadamente lo ha pasado tan mal.


No había visto nunca en mi paso por la Monumental que hubiese una petición de rabo a grito abierto como la que se gestó ayer. Que le grite el público al juez esa petición, no se había visto.


Se caía la plaza con los olés. Era un estallido total. No recuerdo una entrega así. Yo no soy quién para juzgar si la espada cayó un poco más baja, pero ahí hay una parte de sensibilidad que un presidente tiene que valorar. Cayó dos dedos desprendida la espada y tampoco creo que eso sea… pero estoy feliz. Lo del rabo es algo que a todos nos gusta y en La México siempre cuenta, pero qué mayor felicidad que la que sentí con esa salida a hombros y ese toreo con el animal de Teófilo, al que pude ralentizar cada natural. Salía todo brotado con belleza y con alma, que es lo que me llevo en una tarde para el recuerdo de todos. Es una guinda a esta temporada tan extraordinaria.


¿Cómo calificar el amor de la Monumental hacia ti? No es fácil elegir una faena, pero ¿dónde está el techo de Ponce en México? ¿Qué más valoras en estos años de tu paso por la capital?


Desde que confirmé la alternativa con Capetillo y David Silveti, que me pegó una cornada un toro, han ocurrido muchísimas cosas. Al principio no tuve suerte porque el toro de la confirmación me pegó una cornada. Al año siguiente, corté una oreja pero no tuve suerte. Ya en el año 95, después de tres años en los que no terminaba de tener suerte, cuajé un animal de Mimiahuapam que impactó. Ahí yo entré en México, con esa faena a ese toro colorado. Lo pinché, porque hubiera sido de rabo, y ahí entré en el corazón de México. Luego ha habido muchísimas tardes, con los dos rabos, destacando el toro “Notario” de San José. Luego han llegado tardes de triunfo grande. La del año pasado y la de este han sido tardes redondas. Después de 25 años, me dijeron que era mi tarde número 46 en la Plaza México… ningún torero español ha toreado esa cifra en la Plaza México. Que haya ese idilio, es una maravilla para todos nosotros. Al final, con lo que me quedo es con eso, con el corazón de la Plaza México, con sentirme un torero con sentido y ser un torero querido, que la México lo disfruta y vibra con él. Tengo mi corazón en este ruedo, en México y por eso precisamente quisiera tener ese gesto con México por tanto cariño recibido y que nos tenemos y no podía ser menos que torear para esta gente.


¿Hay más para el año 2018 con fechas en la Monumental y algo en Provincia?


Vendremos en febrero, el 4 o el 5, todavía no está definida la fecha. Es una tarde señalada para México como es el aniversario de esta plaza. Me gustaría estar y esperemos que así sea. También torearé en Estados, algunas plazas donde el año pasado me sentí muy a gusto, donde tuve grandes tardes y sentí el calor y el cariño de la gente. Me quiero abrir a México, no solo centrarme en la capital. También quiero salir fuera a esos estaos que no tienen la oportunidad de poder verme en la Monumental, donde además me reciben con tanto cariño. Torearé en torno a diez tardes por los Estados.


En cuanto a la temporada 2018, ¿cómo se plantea en Europa?



Se perfila con mucha ilusión y después del éxito de esta temporada y el momento en el que me encuentro la afronto con mucha ilusión. Ganar, un año más, la Oreja de Oro –la séptima que consigo, algo que ningún otro torero ha podido alcanzar- es una motivación y una ilusión de cara a la próxima campaña. Será más o menos como esta, en la que estaré en las principales plazas y espero mantener este nivel. Me encuentro lleno para dar, fuerte, con ilusión y Dios quiera que realicemos una gran temporada en la que los toros nos ayuden y nos respeten. 

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