Ismael Martín: ​" Estaba tan presionado que, cuando tuve las orejas en la mano en el primer toro, fue como un pequeño alivio para comenzar a respirar"

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ismael martin


" Estaba tan presionado que, cuando tuve las orejas en la mano en el primer toro, fue como un pequeño alivio para comenzar a respirar"


" Desde el minuto uno que me anunciaron, casi tenía más que perder que ganar. Era una moneda con dos caras, una negativa y otro positiva"




Entrevista por Alejandro Martín Carabias


La Feria Taurina de Salamanca concluyó con la corrida concurso de ganaderías saliendo a hombros Borja Jiménez e Ismael Martín. Hoy hablamos en La Divisa con uno de ellos, el torero de Cantalpino.


¿ Cómo estaba Ismael Martín hace 24 horas?


A estas horas estábamos prácticamente terminando la corrida. Y estaba contento, por lo que había supuesto para mí porque era muy importante. Por muchos motivos, pero en especial porque era en en Salamanca, no sé qué tendrá la Glorieta que siempre me hace responsabilizarme muchísimo y presionarme muchísimo, pero el cariño y cómo te acoge la plaza de toros de la Glorieta y Salamanca es algo especial y único y así lo sentí.


¿ Mayor que el día de la alternativa?


Era totalmente diferente, pero mucha más responsabilidad en Salamanca que en la alternativa. En la alternativa e incluso en Valladolid tenía menos responsabilidad, porrque me hacen cambiar un poco también el chip. El cartel del maestro Fandi y el maestro Escribano me hacen cambiar el chip y estar rodeado da de ellos te tranquiliza, por así decirlo. Vas a competir y está todo para que salgan las cosas. El estar cerca de ellos por cómo te hablan, te tranquiliza y la responsabilidad de machacarte la cabeza se va. Y estás un poco más tranquilo.


Era fuerte el cartel.


Era también igual o más especial, me parecía aún más responsabilidad por ello. No tenía el gusto de conocer a ninguno de los maestros y para mí era un honor y sobre todo un privilegio.


¿ Había mucho que perder y poco que ganar?


Desde el minuto uno que me anunciaron, casi tenía más que perder que ganar. Tenía dos caras negativas y una positiva. Gracias a Dios salieron las cosas como lo soñaba e imaginaba. O por lo menos contento del resultado. No satisfecho porque quería redondear un poquito más el conjunto de la tarde. Pero intenté ponerle todo a mis dos toros y los ganaderos llevaron una apuesta fuerte. Cada uno en su estilo y ganadería.


Lo de Garcigrande no se deja banderillear bien…


Era la idea que tenía del toro ese. Unos días antes de Salamanca, el maestro Fandi me llamó y me explicó cómo embiste este tipo de toro, porque yo nunca había toreado nada de Garcigrande. Y mi maestro Fandi me estuvo explicando más o menos lo que hacía, y gracias a él he podido entrenarlo de cierta manera y más específico. Pero luego salió el toro y cambió todo. Fue un toro que desde fuera para complicado para enderezar, pero no fue un toro costoso ni mucho menos para el tercio de banderillas. Me dejó bastante. Sí que es verdad que apretó y vino con esa inercia y movilidad que tiene Garcigrande. Pero no fue un toro complicado para banderillas.


Luego con la muleta fue de las mejores versiones que hemos visto.


Intenté darlo todo, lo hablaba con el ganadero, porque el toro tenía muy buen emboque, con muy buen inicio. Una pena que el final se quería aburrir un poquito. Luego, ya de mitad de faena hacia adelante, el toro había veces que no lo veía metido en la muleta. Venía un poco a su aire y por mucho que le tocase, cuando lo pegaba un poquito brusco, él se ponía bruto y no fue fácil tampoco. Fue un toro complejo de más a menos.


¿ Qué sintió cuando tenía las dos orejas en la mano?


Fue como comenzar a poder respirar. Estaba tan presionado que fue como un pequeño alivio para comenzar a respirar y luego seguir apretando porque me quedaba otro toro. En cuanto lo paré con el capote, le tenía mucha fe en él y se lo dije por la mañana al ganadero, a Lorenzo. A parte porque el año pasado toreé una novillada en Salamanca extraordinaria. Y me recordó mucho la forma de hacerlo, en cómo lo paré y le pude cortar las dos orejas el año pasado, cortándole la cabeza el año pasado. Por eso, quería cuidarlo en el caballo ni en el tercio de banderillas, porque el toro no me lo estaba haciendo nada mal. Pero llegó a la muleta y se apagó. Se apagó por completo, se empezó a rajar y ya marcaba mucho las carencias y para el medio no quería ir ni queriendo.


Queda Alba de Tormes, por lo menos, no hay ese parón tan importante.


He tenido la suerte de no notarlo gracias a Dios. Y mis apoderados, si no son corridas son festivales, que me están sirviendo para tener la cabeza pensando y preparándome. Son unos cracks y me están haciendo las cosas facilísima y sin preocuparme de nada, solo de torear. Y eso es de privilegiados también.


¿ Se le pasa por la cabeza Madrid?


En la cabeza está. Y me gustaría, pero queda un invierno muy largo. No quiero ir de cualquier manera, estos años atrás también lo decía como novillero y quiero estar preparado para llegar a Madrid y dar la cara y estar a la altura de lo que es esa plaza.




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