" Me veía capaz de quedar triunfador del certamen Cénate las Ventas"
" Conservé la oreja porque ha sido una carrera de altos y bajos; hace cinco años que marché a España y no sabía torear"
Entrevista por Alejandro Martín Carabias
La filial del Camino hacia Las Ventas se la llevó Bruno Aloi, tras cortar una oreja a ese cuarto novillo de la tarde de la ganadería de Guadaira. Queremos hablar con el mexicano para saber de sus impresiones.
Había que ganar la final sí o sí.
A mí cuando me preguntaban me veía capaz de quedar el triunfador y lo dije porque me sentía con condiciones de poder hacerlo y al final se pagó.
¿Satisfecho?
Pues contento, satisfecho no lo diría porque hay que ponernos límites mayores. Nunca estoy satisfecho, me gusta siempre exigirme más y esa puerta grande está pendiente, siempre hay que tener esas metas en la vida. Al final, se cortó una oreja con mucho peso, estoy muy contento, pero está esa ilusión de que se pueda algún día abrir esa puerta.
En primer lugar, te tocó un utrero muy difícil, reservado. Y también con el el aire muy desapacible.
Mis dos tardes de Cénate Las Ventas climatológicamente fueron complicadas, la primera por la tormenta y la final por mucho aire. Mi primer novillo un poco agarrado al piso y faltaba esa transmisión que tuvo el segundo mío y nunca hay que perder la fe. Siempre pienso novillo a novillo y en ese momento, cuando maté el primero, sabía que me quedaba otro adentro. Fíjate, al segundo al principio le costó emplearse en el capote, rompió y pudimos emparejarnos y emocionar al tendido.
La novillada era una corrida de toros auténtica.
Uno cuando va a Madrid sabe a lo que va, vas mentalizado para ello y en mi caso sabes que es la plaza más importante del mundo.
¿Cuándo fue viendo las condiciones al cuarto?
Con el capote soltaba un poco la cara. Me acuerdo que hasta me pegó un pitonazo en el brazo. Cuando los hombres de mi cuadrilla empiezan a lidiar al novillo en una lidia perfecta. Y ahí es cuando lo empecé a ver y cuando uno se queda solo con el novillo, también son agradecidos.
¿Cómo se llevan esos momentos para que no le pesen los nervios?
Uno está preparado para cuando embista un toro y tener esos matices registrados para cualquier tipo de toro y estructurar una faena para conveniencia del toro, tuya y el público obtenga una bonita faena.
El principio y final fueron cuando más color tuvieron los tendidos. Pero no me olvido de un nudo del trasteo por la mano derecha, no sé por qué no llegó a prender la mecha en el tendido. ¿Alguna explicación?
Sabemos de la exigencia de Madrid y la verdad es que hacía mucho aire. Es difícil realentizar los muletazos con el aire. Pero intento expresarme, emocionarme y a los aficionados les pude plasmar que me veía capaz de ser el triunfador, las ganas no faltaron. Al final, pudimos rematar una faena cortando una oreja.
Y luego al montar la espada se tiró a matar o morir.
Cuando uno monta la espada así sabes que tienes las orejas en las manos y te tiras con decisión. Los toros tienen pitones y cogen… yo le vi el hoyo de las agujas y me tiré ahí sin saber lo que podía pasar.
La gente le pedía la oreja, pero Bruno Aloi no se la daba y decía que se iba a casa. Me imagino que ya estará en proceso de secarla.
La conservé para mí porque ha sido una carrera de altos y bajos, hace cinco años que me marché a España y no sabía torear, tenía que aprender. Han sido años de sacrificio, esfuerzo, constancia y dedicación a esta profesión que al final va pagando los resultados.
Lo más importante, volver a Las Ventas en la Feria de Otoño.
Tengo una temporada ilusionante, bonita como novillero. Tardes que me alegran mucho y motivan a prepararme todos los días. Y sobre todo, en Otoño tengo otra oportunidad y la mente está en esa fecha, pero hay que estar preparado y lo que vaya surgiendo, que seguro que serán varias tardes bonitas.
Escribe tu comentario