Las espadas abortan dos puertas grandes ante un corridón de Victorino Martín

Cerró la temporada venteña con un corridón de Victorino Martín, muy bien presentados y de juego superlativo. Una corrida que mantuvo el interés con un tercer toro de ensueño.  Miguel Ángel Perera tuvo en su primero un toro de movimiento pero sin humillar, haciendo hilo. Perera pasó por ambas manos la movilidad del Victorino sin terminar de acoplarse y el Victorino tampoco se entregó. Pero donde sí lo haría sería con el tercero, de los toros de la temporada, por su superlativa clase. Para cuajar el toreo, y Perera lo cató por verónicas de corte cepedista. El Victorino marcó su caro son el caballo, apretando, y en banderillas. En cuanto a la muleta, Perera lo cuajó por la mano izquierda, donde brotaron dos series de trazo, despaciosidad y temple de gran enjundia, pero sin llegar a la excelencia que marcó el gran Victorino, de una clase bárbara, en un trasteo que no rompió en cotas mayores. La espada quedó arriba pero sin muerte. Se arrastró con los máximos honores y una oreja colgando. El quinto fue el más deslucido del encierro, de poca entrega, embistiendo a media altura.

Emilio de Justo cambió una tarde de tres orejas por una, por la espada. EdJ se reafirmó en una tarde superlativa. Su primero sacó mucho sentido por ambas manos, tobillero. EdJ facturó muletazos por la mano derecha de gran importancia, embebido el toro en la muleta. El cuarto se le echó a los lomos cuando lo empezó a cuajar, antes hubo más aceleración que reposo. Nada fácil ante la tralla del animal. A partir de la cogida, De Justo se explayó con la mano izquierda en su mejor versión, dos tandas a izquierdas pusieron una oreja en su mano que se perdió por el mal uso de la espada. Con el sexto, Las Ventas fue un hervidero de aplausos. De Justo logró su mejor faena en Las Ventas. El extremeño dejó un puñado de verónicas donde el Victorino se dio con clase. Virtud que mostraría en el caballo. EdJ lo cuajó de cabo a rabo, si las series con la derecha fueron buenas, a izquierdas el toreo cobró un mayor nota, de corte joselitista. Con la derecha, y sin ayuda, Madrid enloqueció ante el supremo toreo de Emilio de Justo. Un cambio de mano sigue durando. La espada cayó tendida y sin poca muerte. Descabelló a la segunda y todo quedó en una oreja. 

Plaza de toros de Las Ventas. 22.248 espectadores. Toros de Victorino Martín, bien presentados. 1° con movilidad pero sin entrega 2°; con sentido 3°; excelente 4°; encastado 5°; deslucido 6°; con fondo y clase 

Miguel Ángel Perera, silencio tras aviso, oreja tras dos avisos y silencio

Emilio de Justo, ovación tras aviso, ovación tras dos avisos y oreja tras dos avisos

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