" Arnedo y Zaragoza me hacen muchísima ilusión, sobre todo por la importancia y categoría que tiene para un novillero el Zapato de Oro"
" La afición está respondiendo, hay que ver cómo en plazas tan importantes y los pueblos se llenan, creo el aficionado se está volviendo a ilusionar con el futuro"
Entrevista por Alejandro Martín Carabias
La temporada sigue su curso, allá por el mes de marzo debutó con caballos Javier Zulueta, el novillero sevillano, llegado al mes de septiembre, ha toreado bastantes novilladas, pasando por Bilbao, Sevilla y un largo etcétera. Presentándose este mes de septiembre con una cantidad de novilladas muy importantes para para el novillero como Arnedo, Zaragoza, Sevilla…
Yo creo que está siendo una temporada buena a nivel general.
Sí, está siendo la temporada muy bonita, estoy luchando mucho con caballos, que sabemos que este escalafón es más difícil para torear. La verdad, con mucha ilusión y una temporada soñada.
¿ Si le llegan a decir que iba a torear este número de novilladas a principios de marzo se lo creería?
Que va. Nunca. Uno nunca piensa esto porque al final está difícil. Hay menos novilladas con caballos, aunque sí es verdad que hay más ambiente y todo el mundo tiene muchas ganas de vernos ya con caballos, porque creo que hay un plantel muy bueno y cada vez está tomando esto más fuerza. Aún así, nunca se lo llega a imaginar.
Uno de ellos eres.
La afición está respondiendo, solamente hay que ver como en plazas tan importantes y en los pueblos las novilladas se llenan, porque nuevamente el aficionado se está volviendo a ilusionar con el futuro y con la cantidad de novilleros tan buenos que hay hoy en día. Y eso es lo más importante, porque ante todo soy aficionado y ver que el futuro sigue adelante, y eso siempre es motivo de alegría. Y, por supuesto, buen motivo también de arrear entre nosotros.
Me imagino que torear tan seguido ayudará, pero también el desgaste es mucho mayor.
Sí, está claro. Tres días seguidos y los últimos ya pesan, uno está cansado porque agota mucho físicamente. Pero bueno, da igual, creo que al final los toreros están hechos para eso y es lo que uno sueña: poder torear días y días seguidos. Y en las grandes ferias, al final la ilusión puede más que el desgaste físico.
Le gusta la vida de torero, despertarse cada día en un sitio.
Siempre que me acuesto doy gracias a Dios porque soy feliz. Soy feliz en la furgoneta, en los viajes por la cuadrilla, conocer nuevos lugares de España. La vida de torero es la que siempre soñaba y que quiero mantener durante el resto de mi vida.
¿Y el dormir? Dicen que para ser figura, hay que saber dormir en los coches de cuadrillas.
Completamente de acuerdo. Esa frase también la escuché y la llevo a rajatabla porque es montarme en la furgoneta y quedarme dormido. Para eso no tengo problemas.
Hay una tarde clave este año que fue Santander. Ese día creo que se dio un paso más, demostraste que no solamente su concepto es de “arte” o “pinturero”.
Me sirvió mucho en todos los sentidos y eso lo han destacado muchos aficionados. Me alegra porque al final yo siempre lo he dicho, por supuesto me gusta el toreo artista y es el que llevo dentro, el toreo de clase, pero no pretendo quedarme ahí. Siempre he querido ser más largo y pueda con todo tipo de embestidas. Y sobre todo ser un torero muy amplio y el aficionado reconozca. Esa tarde fue muy emocionante, aunque la espada no entrara, va a quedar en el recuerdo porque sobre todo porque disfruté de la afición de Santander y delante de la cara del novillo.
¿Cómo fue sobreponerse a todas las circunstancias adversas que hubo esa tarde?
Era complicado, el piso estaba impracticable y no te invitaba absolutamente nada a torear. Somos novilleros y torear en Santander no lo haces todos los días, con la tele una tarde de máxima responsabilidad… Y si no lo hacemos ese día, ¿cuándo lo vamos a hacer? Y ver a la afición con el aguacero que estaba cayendo y seguían metidos en la tarde, pues eso te llenaba mucho y creo que fue algo muy bonito y la afición nunca olvidará.
Septiembre ha empezado con buen pie, es el mes de las novilladas.
Sí, fueron cuatro seguidas. En Ayamonte pude disfrutar un novillo de Caetano, que ha sido uno de los novillos que más he disfrutado en esta temporada y lo pude torear realmente como siento y la pena que no se echó. Entonces. La de Ayamonte fue pletórica y la afición de Ayamonte y de Huelva por ahora me acogió con muchísimo cariño y disfruté mucho esta tarde. Y es un público exigente Arganda, que aún siendo una plaza de palos, el rigor es máximo. Pero ese público entregado fue algo increíble. La pena, la espada. Pero bueno, me quedo con la sensación.
Estamos hablando de un número muy importante en cuanto a número de festejos y también en cuanto a la calidad de ellos, pero lo que está fallando un poquito este año es la espalda.
Sí, me estaba robando el triunfo numérico en cuanto a orejas y puertas grandes. Pero, la espada son rachas. Últimamente está yendo mejor, aunque está entrando, pero no se están echando, pero bueno, lo mejor es que entren aunque no se echen. Es algo que estoy dándole vueltas, pero tampoco obsesionarme porque al final lo importante son las sensaciones y torear como yo lo siento.
Hay dos plazas marcadas en el calendario, aunque queden un poquito lejos que serían Arnedo y Zaragoza, sobre todo Arnedo por la categoría de ese Zapato de Oro.
Todavía quedan compromisos muy importantes, pero la importancia que tiene para los novillero el Zapato de Oro y la categoría de esa feria es muy importante. Y por supuesto, Zaragoza que es una plaza de primera categoría en octubre y con la máxima ilusión voy.
Y con la novillada de Talavante, que está siendo un signo en su carrera.
Llevo unas cuantas y con triunfos importantes como Arganda el otro día. Nos divertimos todos los novilleros. Ojalá siga así y podamos disfrutar todos.
Escribe tu comentario