EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL LUNES 29 DE JULIO 2024
PEDRO J. CÁCERES
Santander, la Feria del Norte, en plenitud.
El lunes pasado comentábamos, aquí, el extraordinario inicio de la Feria de Santiago en Santander. La heroica de los tres novilleros que abrieron serial, bajo el diluvio universal, y el apoteósico triunfo de Andy Cartagena cortando tres orejas y un rabo, en la despedida de Pablo H. de Mendoza a quien acompañaba su hijo en el cartel.
Y Santander comenzó semana con las corridas de toros. El lunes era Ginés Marín (que vive un idilio permanente con la capital cántabra) el que abría la PG al cortar dos orejas de un toro en una faena exacta de torería y metraje.
Era el prólogo de un festejo para la historia: se despedía Ponce, regresaba Morante y debutaba Fernando Adrián. Loa 3 salieron en hombros tras un espectáculo total. El magisterio de Ponce (3 orejas), el aroma de Morante (dos orejas) y la firmeza de Fernando Adrián, quien hasta el momento era el protagonista de lo mejor de la feria.
Cuestión que, al día siguiente, tendrán que dirimir los jurados con un ambicioso Tomás Rufo (3 orejas) y un pletórico Roca Rey (1+1), el jueves, día en que, nuevamente, como en todas las plazas, el peruano colgó el “no hay billetes”. Tarde de toreo da altos vuelos de Juan Ortega que cortó una oreja y dio una vuelta al ruedo.
Y final, el viernes, con duelo mano a mano, con toros de La Quinta, de Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, fue un menos a menos, con los “santacolomas” sin humillar y poca entrega, hasta el 5º, buen toro al que Perera le hizo una excelente faena para estropearlo todo con la espada. Daniel Luque demostró con dos toros con teclas que tocar, que está, lleva así unos cuantos años, en plena madurez técnica y artística. En el sexto, de buen son y ritmo, algo sosito, Luque le hizo una faena muy sutil y clásica con muletazos largos y templados. El animal no duró mucho y Luque lo exprimió en la corta distancia. Baja el tono de conexión con los tendidos y remata de una buena estocada, en los medios. Ovaciones de despedida a dos toreros, que, sin premio, dieron una buena tarde de toros…Pero los mano a mano son otra cosa. Y no está la Fiesta para desperdiciar puestos.
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