EDITORIAL DEL PROGRAMA "LA DIVISA" DEL LUNES 10 DE JUNIO
POR PEDRO J. CÁCERES
San Isidro (y V). El mejor público del mundo, una autoproclamada afición autócrata y de educación extremista y un palco de psicoanálisis.
26 festejos de abono (21 corridas de toros, 2 para rejones y 3 novilladas), saldan 13 “no hay billetes”, 5 llenos de más de 21.000 gentes; 5 con más de 3/4, y 3 de 2/3. La peor entrada fue en la corrida de Baltasar Ibán (15.111), seguidas de las de “El Torero” y Pedraza de Yeltes. Las novilladas congregaron una media de más de 18.000 personas.
Un registro de 542.519 espectadores que arroja un aforo medio de cerca del 91%. Sin contar las corridas fuera de abono (Beneficencia e In Memoriam) en la que se espera dos llenos que aumentarán el porcentaje total.
¡Pelotazo! de feria, en cuanto a asistencia se refiere, lo de toros y toreros es otra historia.
Porque la última semana que se anunciaba, de inicio torista, con ese remedo de desafío entre las 3 versiones de Albaserrada (Escolar, Victorino y Adolfo) fueron un fiasco.
El martes 4 de junio con la descastada corrida, muy esperada, de Escolar, Robleño, Castaño y Gómez del Pilar anduvieron honestos compuestos y muy por encima.
El miércoles la corrida de Victorino salió correosa y aviesa en la que Ureña pudo robar algunos muletazos para dar una vuelta al ruedo y Borja Jiménez dejó dudas que se disiparon el viernes con la corrida de Victoriano del Río.
Y el jueves, los 3 primeros de Adolfo Martín no enmendaban la plana. Si bien los 3 últimos, sin romper, dieron posibilidades que parecían imposibles ante el diluvio, de tal manera que el resultado pudo variar por la entrega y disposición de la terna: Antonio Ferrera y José Garrido perdieron oreja por culpa de la espada; aunque de viajar estas y, visto lo visto, pudieran haber sido víctimas del “palco” que firmó el atraco a Escribano.
A Manuel Escribano (porta gayola, buen tercio de banderillas, escrupuloso toreo en redondo hasta donde se dejó el toro de Adolfo. Entrega hasta la espeluznante voltereta y estocada cabal…) que se jugó la vida, toreó y lidió, a ese 5º, bajo el diluvio y los tendidos despoblados con el personal refugiado en gradas y andanadas amén de los pasillos, se le hurtó la oreja pedida mayoritariamente en flagrante incumplimiento del reglamento, lo que en otros ámbitos supondría sanción o recusación. El perpetrador fue D. Ignacio Sanjuán.
En circunstancias como las de tal día, en ese 5º toro, ¿Qué visibilidad tiene la presidencia, por su ubicación, de ver, y por lo tanto escrutar, la manifestación de petición del público de gradas y palcos a derecha e izquierda del presidencial, sobre todo éste último donde el palco Real impide un ángulo de visión importante, tanto como de las andanadas de encima, donde había overbooking de gente guareciéndose de la lluvia?
Un palco estricto e inoportuno, durante toda la feria, con el reloj “avisero” amparándose estrictamente en el reglamento, que luego incumple, este, en otros registros.
Y llegó el viernes con la corrida ¿torerista? de Victoriano del Río, que redimió a gran parte de compañeros ganaderos (sálvense Santiago Domecq, con dos toros extraordinarios, el de 678 kg. de Juan Pedro, “Bastonito” de Ibán, un animal de “La Quinta” y, la más completa, en conjunto, la de Fuente Ymbro).
Victoriano echó una corrida media en la que Emilio de Justo y Roca Rey navegaron como pudieron, y un toro extraordinario, de nombre “Dulce”, al que Borja Jiménez lo bordó, por todo. Sin un pero ni una tacha, de ahí la enfervorecida y unánime petición de las dos orejas y, ¡qué menos!, la vuelta al ruedo al toro. Ni lo uno ni lo otro. Todo parecía diluirse porque, con la oreja de su 2º toro, se conseguía el objetivo de salir por la PG de Las Ventas, la única de matadores de toros, pero al cabreo, in situ, del personal se unió , también unánime la totalidad de la prensa (la acreditada).
Y llegaron los epítetos: El Mundo, ABC, La Razón, Cultoro, Mundotoro, Aplausos, se los repartían entre “atraco” y “robo” del funcionario José Luis González.
Lo he escrito muchas veces, desde hace un tiempo Las Ventas tiene un problema con ese palco, sin personalidad ni conocimientos, ni afición, que es rehén de la intifada venteña. Zabala lo definió, en general, al palco, como “un circo ambulante”.
Todo ello, los dos “hurtos”, por ser finos (ha habido más durante la feria, aunque de menor intensidad), en vísperas de celebrarse la corrida homenaje, por su 200 aniversario, a la Policía Nacional.
Un homenaje que se fue por el despeñadero de una corrida imposible de Román Sorando, ante la que “el cartel del arte” (Urdiales, Ortega, Aguado) claudicó, como no podía ser de otra forma. Por lo que el homenaje, justo, se redujo a un minuto de silencio por los caídos en acto de servicio, la versión breve del Himno Nacional y una recepción, en la Sala Bienvenida, en la intimidad. Ni un brindis de la terna, aunque fuera protocolario, porque los de Sorando barruntaban ruina de salida.
Por cierto, un homenaje, hasta donde yo sé, al que no asistieron ni el delegado del Gobierno en Madrid, ni el ministro del Interior, significativo.
Y cerró ciclo, fuera de abono, la Corrida de la Beneficencia, con la baja de Morante, que dejaba el festejo en un mano a mano Castella-.Adrián que gozaron de una buena corrida de Garcigrande con 2 ejemplares (los dos primeros) excelentes y un 6º sobresaliente. Castella falló a espadas en el que abrió plaza, y Adrián, muy puesto, decidido y muy torero, variado, entre templado y aguerrido, y un cañón con la espada.Todo para cortar una oreja a su enemigo. Y otro apéndice, que pudieron ser 2 del 6º, de no ser porque en la suerte de matar, al primer intento, el toro perdió una mano y el acero viajó abajo. Luego estoconazo. Puerta Grande, la 3ª consecutiva en Madrid y más de 20 seguidas, sin solución de continuidad. Los empresarios siguen sin enterarse. El abrazo del torero con García Garrido, pudiera interpretarse como el “beso de Judas”, o que el torero en su generosidad ha amnistiado a Plaza 1 del delito de maltrato taurino.
Y ahora a esperar el estrambote, el término no es peyorativo, del cierre de ciclo el próximo domingo con la corrida “in memoriam”.
Resumiendo:
El mejor público del mundo, una autoproclamada afición autócrata y de educación extremista y un palco de psicoanálisis.
Escribe tu comentario