Fernando Adrián: “En mi hambre mando yo”

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EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 22 ENERO 2024

POR PEDRO J. CÁCERES


Fernando Adrián: “En mi hambre mando yo”


La polémica taurina de la semana, y de muchas semanas más, está servida: Fernando Adrián se queda fuera de San Isidro. Ya ocurrió en la Feria de Otoño pasada, pues, la cosa viene de atrás. Tampoco ha entrado en Fallas (empresa de García Garrido, que no es Plaza 1 pero se la pasa muy cerca).


El máximo triunfador del San Isidro pasado ( 2 PG en 2 actuaciones) tenía apalabradas dos corridas para este 2024, dos extraordinarios carteles como corresponde a un triunfador rotundo, pero todo se abortó por el asunto de “la moneda”.

La empresa ofreció, dicen, 40.000 euros, por cada tarde, ante lo que el apoderado (Maximino Pérez) replicó con ironía. ya, serán 40.000 por oreja”. No se ha explicado bien si eran por cada oreja de cada corrida, es decir 80.000 por tarde, o un global de 160.000 (corrida) correspondiente a las 4 orejas cortadas el año pasado. 


Sin entrar en los entresijos de la negociación y los intereses de las partes el resultado final no es bueno para la afición, ni para La Festa, necesitada de savia nueva ante un escalafón de figuras envejecido en años de alternativa. Ni para el torero, consciente de la importancia de Madrid para consolidarse una vez lanzado, en una temporada, a los diez años de alternativa, como otros muchos casos.


La empresa, 0 grados (ni frio ni calor) con un contrato blindado, con todas las figuras anunciadas en el abono y conscientes de la necesidad de Madrid para los toreros labrarse un futuro, y ahí es donde reside su fuerza, quizá excesiva. Prueba es que según los mentideros muchos de los anunciados van con honorarios mínimos y un poquito más (el clásico bote de los camareros, antes de entrar en juego las “visas”). Incluso pudo ser así la liquidación del mismo Adrián, al menos en su única corrida anunciado, luego la Beneficencia, se supone, sería otra historia, poco más.


Por lo tanto, Plaza 1, hubiera ofrecido el doble, pero a partir de unos mínimos que sin duda no han cubierto las expectativas de un gran triunfador muy alejado de los 200 o 300.000 euros, o más, de las figuras. Todo muy descompensado. O los dineros de los emergentes y meritorios, muy por encima de esos 40.000 euros.


Otra cuestión es que, por culpa del maldito parné, la Comunidad se ha desentendido de la corrida de Beneficencia, donde, antaño, siempre hubo cabida para toreros que no se ajustaban con la empresa: tal que Paquirri el año que no se entendió con Chopera. Al año siguiente, Chopera, tras el incontestable triunfo en dicho festejo y una temporada cuajada de éxitos, tuvo que ir a Cantora a contratarlo y esperar horas a que el torero le atendiera y se ajustaran. Lo normal hubiera sido que, de cara, Adrián entrara por derecho propio en la Beneficencia como gran triunfador de la edición anterior y esa circunstancia no se ha dado, previamente, antes de negociar el dinero.


Por lo tanto, hay un puesto libre, para un triunfador, y no explicitan de que año, y puesto que entre Plaza 1 y Maximino (y el torero) es más difícil de llegar a una entente que Sánchez y Feijóo, la Comunidad, al menos, debería mediar. Sería lo lógico, sin suponer intervencionismo de la administración, simplemente mediar, en nombre de la afición, que lo demanda, y de la salud de La Fiesta, muy necesitada de estos toreros.


Sin ignorar que, muy tras 2 meses de parón, tras los triunfos isidriles, cerró temporada con un registro único en la historia: 15 paseíllos, 15 salidas en hombros.



Algunos cuestionan si las exigencias del torero y apoderado son contraproducentes por la importancia de estar en Madrid, pero está claro que la dignidad de cada uno, el listón, se lo pone él, y Adrián ha decidido “que en mi hambre manda yo”. Legítimo. 





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