​En el regreso de Enrique Ponce

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 20 DE NOVIEMBRE

PEDRO J. CÁCERES

En el regreso de Enrique Ponce

El año pasado, por estas fechas, más o menos, más de un año después de su decisión repentina de dejar los ruedos, quisimos reivindicar la figura de Enrique Ponce.

Tras echarse la Tauromaquia a la espalda, en el difícil 2020 de pandemia, abdicó una tarde de junio, la víspera de torear en Burgos.

Su falta de estrategia en el juego de los tiempos nos despistó. Justo en el año en que debía celebrar por todo lo alto (quizá en su Valencia en esas Fallas, o Julio, de 2022), con retraso, pero en una temporada normalizada, su trigésimo aniversario de alternativa, siempre, desde el minuto uno, en primera figura.

Suponía, esa retirada, por la puerta de atrás, cerrar, conjugar, injustamente, el binomio héroe-villano, no -eso nunca- pero, casi año y medio después, entonces, cuando escribimos tal editorial, era más dolorosa la indiferencia.

Una indiferencia, entonces, producto del estupor, que se iba diluyendo para poner en valor su condición de figura de época en la historia de la Tauromaquia y poco a poco, digiriendo la “espantá”, echarle de menos como correspondía a su trayectoria relatada. Admitir y respetar su decisión y contar los días para que anunciara una reparación, cómo, donde y cuando quiera, para poder despedirse por la Puerta Grande. Y así será, una vez anunciado por parte de Simón Casas que tal regreso será en la Feria de Pentecostés del Coliseo de Nimes el próximo 17 de mayo.

El que sea en esa fecha no quiere decir que vaya a eludir los compromisos de estar en Madrid, Sevilla o su Valencia, la temporada es larga. Una intención, según su entorno, de no rehuir grandes compromisos como ha sido toda su carrera con lo que ha fraguado su condición de máxima figura.

Todo indica que va a ser una temporada corta, unas 20 corridas de toros, y que podrá suponer, la del regreso y la despedida en “su” Valencia en la miniferia de octubre.

La lógica ha hecho que lo que fue decepción e indiferencia se vaya tornando, desde conocida la noticia, en gran expectación que supondrá que cada uno de los festejos que se anuncia serán algo más, un acontecimiento.

Gracias, Maestro, y que así sea.