​Pamplona. “La Feria del toro” (1)

El toro del apartado lastra al de las 18.30

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PJC.N


EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL LUNES 10 DE JULIO

PEDRO J. CÁCERES

Pamplona. “La Feria del toro” (1)


El toro del apartado lastra al de las 18.30


Es el problema de las plazas que exigen el toro grande (grandón), el gayumbo, y cuantos más cuernos mejor. Es el toro que pasa el reconocimiento, sin problemas, y da espectáculo en el particular acto social que en Pamplona (Bilbao, también) es acontecimiento identitario.

Ha ocurrido en los 3 primeros encierros: La Palmosilla, Escolar, Cebada Gago.


La Comisión Taurina de la MECA tuvo el acierto de repetir corrida y cartel de triunfadores del año pasado (segundas partes nunca fueron buenas, dice el dicho). La Palmosilla no superó la prueba, quizá, por el exceso de celo de Javier Núñez pasándose de frenada en la preparación antes que elegir por nota y hechuras consiguiendo un encierro de gran movilidad, pero de nula bravura (entrega) en su comportamiento. Sólo 5º y 6º remedaron a sus “hermanos” del 22, pero tanto correcalles los llevó a desfondarse a mitad de faena, sin finales, viniéndose a menos.

Si bien la tarde, en su resultado final se pudo maquillar por la profesionalidad y momento de Escribano, pero su contumaz fallo a espadas no lo propició. Rafaelillo y Valadez estuvieron correctos.


Parecido ocurriría el sábado con la corrida de Escolar dónde tan sólo 3º y 4º humillaron, poquito rato, hasta pararse, con un inicio malhechor, más que duros, aviesos y un final de desesperante descaste.

Con Robleño inédito, por cogida al segundo muletazo, la oreja de Del Álamo, cumplidor con la muleta, pero eficaz con la tizona, y la heroica labor, toda la tarde, de Borja Jiménez podría haber sido de Puerta del Encierro para el de Espartinas, pero la espada se cruzó en su camino y abortó el lifting de lo que hubiera sido el resultado final del festejo.


Lo que sí ocurrió en la de Cebada Gago, fuera de hechuras en su continente y vacía en su contenido, gracias a un Isaac Fonseca, cuya hambre, y recursos- ojo que el dato no es baladí- más su decisión con “la toledana” le llevó a salir en volandas y, lo más importante, en olor y loor de multitud. Hay Fonseca para rato en Pamplona. Mientras Adrián de Torres y Román, sin opciones, se justificaron, sin más.


Y, sigue la fiesta, a la espera de las figuras donde es probable haya más cordura y el toro de las 12 de la mañana no lastre al de las 18.30.

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