Poco dura la alegría en casa del pobre

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PJC.N

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 3 DE JULIO 2023

POR PEDRO J. CÁCERES


Poco dura la alegría en casa del pobre


Cómo cambian las cosas en el toreo. Hasta hace unas décadas, una vuelta al ruedo en Madrid, en cualquier fecha, era una vuelta a España, más en San Isidro. Y, hasta hace muy poco una PG era pasaporte para torear en ferias de mitad de la temporada en adelante. Más, si son dos y consecutivas.


No quiero referirme a la contundencia de triunfos venteños de Rincón en el 91 ni de López Simón, con 2 PG en San Isidro 2015, que le valió hacer una temporada en la élite del circuito superior y tras su 3 º salida en hombros en octubre, ser base de grandes ciclos en los años posteriores.

Ni, cómo Talavante sale lanzado en una novillada (presentación en Madrid) de la isidrada de 2007.

Tampoco de, cómo Fandiño y David Mora rentabilizaron sus triunfos en la capital para aparecer, durante un periodo notable en las grandes ferias.

Ni Ureña tras sus grandes campañas y éxitos madrileños en los años 17,18,19.


Me viene a la memoria Javier Vázquez en el año 93, del siglo pasado, cuando con dos orejas en un toro en su única actuación, sumó posteriormente 37 corridas de toros. Y sé de lo que hablo.

Víctor Puerto, en el año 96 abría la PG por dos veces consecutivas, y aquel año toreó una cuarentena de festejos que tuvieron su continuidad en años posteriores.


De lo más reciente, el único que ha conseguido meter baza en los carteles más rutilantes de las ferias de postín es Tomás Rufo, si bien, el de Pepino, sale de un certamen de las “nocturnas” y luego no para de triunfar en su carrera como novillero, como de matador de toros desde su alternativa en Valladolid y luego su continuidad de triunfos como Sevilla, Madrid, etc. Hasta hoy.


Es cierto que, cada vez, los carteles se hacen con mayor antelación, se cierran, lo copan las figuras, lógico, y quedan pocos huecos para triunfadores de Valencia, Sevilla y Madrid. Pero un triunfo rotundo en estas plazas, principalmente, La Maestranza y Las Ventas servían para deshacer carteles y, sobre todo, para coger sustituciones, y, en la temporada siguiente, acartelarse con las figuras.


El rotundo triunfo de Francisco de Manuel, Madrid, octubre de 2022, no le ha reportado más que ir bien colocado en San Isidro de este año, y, sin suerte, verse postergado a algunos festejos en las plazas de su apoderado, por cierto casa fuerte, Matilla.

Lo mismo ha ocurrido con el triunfador del ciclo madrileño del año pasado, Ángel Téllez, que le abrió unas pocas puertas de ferias de postín, para durarle un suspiro su momento de gloria una vez sin suerte en este 2023. Incluso en plazas donde fue triunfador el año pasado, Málaga, por ejemplo, tampoco está anunciado y el panorama es sombrío. Injustamente. Y eso que va apoderado por Simón Casas. ¡Agua!


Y, para concluir, el caso más flagrante es el del triunfador de San Isidro 2023, con dos PG, Fernando Adrián, que, hoy en día, tan sólo está anunciado en un festejo (Albacete) y en un cartel telonero.

De Madrid al cielo, según y como, ya da mucho menos a los triunfadores, o nada, y quita cero a aquellos que dormidos en los laureles llevan tiempo sin dar un palo al agua.

E, ítem más, la mayoría, ver aforos, llevan a la plaza la misma gente, a veces ni la familia.


Adiós Madrid (y Sevilla) que te quedas sin gente, dice el dicho. Ni empresarios tradicionales ni los que venían a revolucionar el sistema. Todos son iguales, “mal de muchos, epidemia”. El día que se constipe Roca Rey, o las figuras de 20 o 30 años de alternativa se resfríen (alguno ya da síntomas de catarro crónico) la Tauromaquia entra en pulmonía.

Y que cada palo aguante su vela.    


         


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