" Ha sido un debut soñado; era el debut que quería"
" Debutar en mi tierra ess un plus porque te esperan, pero a la vez sientes esa presión por ser tu ciudad"
Entrevista por Alejandro Martín Carabias
La Feria de Hogueras concluyó con Rafaelillo a hombros tras cortar tres orejas, uno de los nombres propios entre tantos. Pero uno de ellos muy importante, el de la cantera: Kevin Alcolado tras cuajar a un novillo de Zacarías Moreno en la novillada con picadores que abrió la feria.
Es un debut que todo novillero sueña.
Sí, es con lo que sueña cada novillero cuando le dicen que va a debutar. Ahora no se puede pisar el freno y mejorar. Pero bueno, las sensaciones son muy buenas.
Y más en tu tierra.
Claro, es un plus porque en parte es positivo, pero también es la presión de tu tierra porque te están esperando. De novillero sin caballos, he toreado muchísimas veces en Alicante y la gente te espera. Es una presión, pero a la vez es bonito.
Tuviste un gran novillo.
Es una suerte que te embista un novillo. Hay que estar firme porque te lo daba, pero había que estar delante. Respondió muy bien, con clase y si lo sabes aprovechar, como creo que fue mi caso, llega mucho arriba. Fue un conjunto de sensaciones muy bonitas.
Sobre todo, a diestras.
Sí, ahí rompió bastante y me dejó torearlo por abajo. Era largo y profundo, cuando le pegaba seis seguidos y el de pecho la gente se rompía. Y cada vez vas creciendo más, está claro.
La pena, el vientecito que siempre suele hacer en la costa y en Alicante para haber tenido más fluidez con la mano izquierda.
Hay una brisita que viene de abajo. En Valencia pasa mucho también. Con la actitud y las ganas lo superas. Si te soy sincero, uno se viene arriba y deja al lado uno cualquier cosa. Molestó un poquito, pero con las ganas se supera.
¿Cómo fueron las horas previas y las posteriores a la novillada?
Mucha presión las horas previas, porque es tu tierra y la gente te quiere ver. He toreado ya en Alicante y ya sabes cómo te va a recibir la gente. Pero es un debut con caballos, era la primera vez que me ponía el vestido de luces en mi tierra. Son otras sensaciones. No me lo tomé como una novillada más porque quería disfrutar de ese día, desde por la mañana con mi gente, con los maestros... Y luego después con mucha alegría. Fue muy bonito, pero hay muchas cosas que mejorar, porque nunca dejas de crecer. Pero en ese momento te entra la felicidad y quieres disfrutarlo.
¿Con cuántas has hecho el debut?
Con diez novilladas sin caballos.
¿Has notado mucho la diferencia?
La actitud y las ganas lo supera. Lo que sí he toreado han sido muchas clases prácticas. Y de campo no he hecho ni cuatro tentaderos. Cas ganas hay que estar ahí dando la talla. Hayas toreado 30 novilladas sin caballos o dos vacas. Lo que sí hemos hecho ha sido toreo de salón, que es el entrenamiento día a día y machacarse desde por la mañana hasta acostarse. Hay que vivir para ello.
Todo de la mano del maestro Palazón, me imagino.
Sí, y del maestro Álvaro Oliver. Aquí que están los dos en la Escuela y la labor es inmensa lo que hacen con tan poco. Es para quitarse el sombrero y es un lujo tener a esos dos grandes maestros y profesionales al lado.
Ahora viene una etapa muy dura.
Hay que continuar el sueño y seguir para adelante. Y ahora es cuando más hay que apretar. Cuando no hay nada es cuando se tiene que entrenar, cuando más se tiene que vivir en torero, cuando más se tiene que vivir por y para el toro. El teléfono puede sonar la noche de antes mismo. Después de la novillada nos pusimos a entrenar.
¿ Hay alguna fecha en el calendario?
No hay nada. Por eso digo que con más ilusión todavía, porque es muy cómodo entrenar cuando tienes algo y sabes que te estás preparando para ello. Pero lo duro es estar sabiendo que no tienes ninguna fecha y hay que seguir al mismo ritmo. Es ahí cuando tú creces y cuando te ponen en alguna vía, te paras a pensar todo lo que llevas en el banquillo, por así decirlo. Y tu mente sabe que, cuando no has tenido nada, seguir entrenando duro y ahí es cuando uno crece.
Desde la empresa de Alicante se han volcado con los novilleros.
Éramos tres novilleros con muchas ganas y nos íbamos a dejar todo en el ruedo. Competimos con quien sea, pero la novillada era de alicantinos y te quieres venir arriba. Porque a mí me viene a ver la gente mía, y de otros. Y ahí es lo bonito.
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