San Isidro, el viento y El Batán

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EDITORIAL PROGRAMA LA DIVISA DEL LUNES 22 MAYO

PEDRO J. CÁCERES


San Isidro, el viento y El Batán


La Feria de San Isidro al llegar, casi, a su ecuador se está desarrollando con un nivel notable. A la PG, en la 2ª del abono, de Emilio de Justo, la oreja de Rufo y la vuelta al ruedo del toro de Garcigrande, se han sucedido hechos importantes como las incontestables salidas en hombros de Sebastián Castella (6ª vez) y Diego Ventura (La número 18) que ya avisó de sus intenciones el día anterior donde Ginés Marín demostró el momento en que se encuentra, como anterior y posteriormente, “El Juli” y Perera, sin espada. En estos días un gran toro  de Jandilla y un buen encierro de “Capea”.

No se olvida la gran corrida de Escolar y la actuación de G. del Pilar (Robleño perdió premio gordo por culpa de la espada), la presentación matinal del “niño” Marco Pérez, un acontecimiento, y, lo de ayer domingo de Adrián de Torres y, sobre todo, Leo Valadez.

Todo con muy buenas entradas con varios “no hay billetes”, otros llenos “técnicos” y siempre por encima de los ¾, e, incluso la novillada los rozó, sobrepasando los 2/3. Novillada, donde, por cierto, se descubrió las actitudes de un “nuevo en esta plaza”: Cristian Parejo.

Y, todo ello, con dos factores en contra, importantes. Un ya consustancial al coso venteño como es el viento y la exposición de algunas corridas en “El Batán”.

Sobre el viento, que tantas faenas aborta en la misma medida que el juego de los toros que piden medios por su casta y bravura, es algo que nadie le pone el cascabel al gato. Lo de cubrir la plaza está a debate como cuando se dan estas circunstancias, como este año donde mayo está marceando, no es la primera vez que ocurre, sino que es lo habitual.

Pero el debate es cada vez más débil y no entra en los planteamientos de la Comunidad, ni siquiera convocar un concurso de proyectos para ver su viabilidad, que se guarece en el burladero de la condición patrimonial e histórica de “Las Ventas”. En pleno siglo XXI y una edificación de 1931 (no llega al siglo de vida).

Lo de “La Venta del Batán”, en principio fue una buena idea entre nostálgica y de ampliar el espectro taurino durante la feria. Pero, a tenor de las reclamaciones de los ganaderos y su “Unión” (UCTL) se antoja precipitación por falta de infraestructuras necesarias, equilibrio en los hierros a exponer, siempre voluntarios y no por imposición discriminatoria, y compromiso de los veterinarios a reconocer los animales en el recinto, como se hace en otras plazas para evitar desechar ejemplares caprichosamente, bailes de corrales, etc. Amén del riesgo natural de estropearse animales en ese estado de estabulación durante días.

La Comunidad no ha contestado a la requisitoria de los ganaderos, de momento. Y el problema no es menor. La feria va bien, muy bien, pero sin viento ni Batán, u otro Batán, podría, todavía, ir mejor.



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