El éxodo de la Tauromaquia catalana

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EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL LUNES 17 DE ABRIL

PEDRO J. CÁCERES


El éxodo de la Tauromaquia catalana


Fue un día de “la Merced” de 2011. Va ya para una docena de años que en Cataluña no se celebran corridas de toros. Todo como consecuencia de una unilateral prohibición de La Generalidad que años más tardes sería rebatida por el Tribunal Constitucional.

Por lo tanto , los toros no están prohibidos en Cataluña, otro asunto es la adversidad administrativa para poder celebra festejos ( tu haz las leyes y déjame a mi los reglamentos; Conde de Romanones) y el chantaje permanente de La Generalidad a la empresa propietaria amenazada en sus otros negocios.


Una sociedad, en general, pasiva, que se considera, sobre todo la nacionalista, progresista y que ,sin embargo regresa al pasado franquista (al que tanto tienen que agradecer, será por eso) cuando, por el tema de la censura, se tenían que ir a los cines de Perpiñán.


Al éxodo, en busca de la libertad fílmica en la dictadura, le sigue, al cabo de los años, la libertad para disfrutar de la tauromaquia. Se que duele, pero este “nacionalismo” (con z) es parangonable al franquismo. Por cierto, gran protector de la industria catalana y por ello agasajado, incluso por el Futbol Club Barcelona. Esto es historia. Lo siento, Paco March.

Sin embargo, un grupo de aficionados catalanes, y de pro, no se resisten a esa falta de libertad y mantienen viva la llama de la Tauromaquia. Es el caso de muchas peñas taurinas, de la FETC, de la Casa de Madrid, la UTYAC, el programa Tendido 5 de Radio Sant Boi, el portal “vadebraus”, y, sobre todo, de la Escuela Taurina.


Ayer, La Escuela, ya le gustaría llamarla L’Escola, dio un paso más y celebró un festejo en el exilio de Vinaroz, con la plana mayor de sus alumnos, que fue todo un éxito, tanto de público como artístico, con un numeroso desplazamiento de aficionados catalanes, que lo mismo van a Arles, Nimes, Ceret, Beziers, o Zaragoza, Valencia, Castellón, antes que renunciar a sus principios de libertad.


La proyección de los Mario Viláu, Alba Caro, Hugo Casado, Adame (con barretina y no poncho), se hicieron acreedores a repetir dicho exilio… y la “resurrección” de Serafín Marín. Todo a demandar que la FTL revierta su desidia, respecto de lo taurino en Cataluña, y se implique; en todo lo que haga falta.


De seguir, la FTL, con su indiferencia, ninguneo, incluso humillación, hacia la Cataluña taurina, no podrá argumentar, sensu contrario, la acusación de paralelismo  con las dictaduras; la pasada y la actual de La Generalitat.


Curiosamente, hay veces, que los extremos se tocan.



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