Ángel Téllez, en el nombre de Josete

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 30 DE MAYO

PEDRO J. CÁCERES

Ángel Téllez, en el nombre de Josete

Ha sido una semana de altibajos en San Isidro. De picos y valles, de emociones fuertes, muy fuertes, y  decepciones; de euforias desbocadas y frustraciones.

Como diría un castizo “ha habido de todo, como en botica”. Pero los triunfos sobresalen respecto de los fracasos, sobre todo por las sorpresas que algunos toreros han supuesto. como canto de esperanza de futuro. ¡Hay cantera!, vamos, eso parece.

Se han cortado 11 orejas y 5 toreros (incluido rejoneador y rejoneadora) han salido en hombros por la PG.

La semana comenzó con el incontestable triunfo del novillero Álvaro Alarcón. Prácticamente un desconocido para la afición de Madrid que se entretuvo en cortar 3 orejas, por si había alguna duda de su legítima salida en hombros. Gran novillada de FuenteYmbro que ,al día siguiente, pegó un petardo gordo con la corrida; vieja, fea y gorda.

Y otras 3,  para evitar polémicas,  cortó Guillermo Hermoso de Mendoza, cerrando semana el día de su confirmación a manos de la “madrina” Lea Vicens, que -aprovechando que el Manzanares pasa por Madrid- se subió al carro, o a los hombros, de los “capitalistas”, con 1+1 para acompañar al “ahijado” camino de la calle de Alcalá. Gran encierro de Capea.

Principio y final de semana. Por medio, la segunda vez en esta feria que Roca Rey pincha triunfo sonoro,  y, el sábado, Román, lo pudo conseguir– con varios ejemplares de Algarra de buen son-, pero en su camino, regado con sangre, se cruzó, una vez más, el “piolín” del palco.

Garrido dio su vuelta al ruedo el martes con una asequible corrida de Valdefresno. Y la gran decepción llegó el jueves donde los “juanpedros” se llevaron todas las culpas. Pero lo cierto es que ni Ortega ni Aguado apuraron sus opciones para disgusto del personal. Morante, sin lote, tampoco se echó p’alante, para estar mejor, como, felizmente, nos tiene acostumbrados en los últimos tiempos.

Pero el gran suceso de esta semana, y , posiblemente, de esta feria, llegó el viernes. La Divisa ya había apuntado que, tras su actuación anterior, Ángel Téllez se merecía una sustitución y  de las buenas.

Y, dicho y hecho. De “tapado”, con Urdiales y Talavante, donde el artista extremeño tuvo que estar mejor en uno de su lote del desigual encierro de Victoriano del Río, cuajó dos faenas de esas que público y aficionado recuerdan por muchos años y ponen como referencia de una feria pasado el tiempo. Sobre todo la del 6º en que la fluidez del toreo bueno, el de siempre, atisbaba 2 orejas rotundas que la espada se encargó de dejarlo en una, pero era igual: despojos. La locura.

Llegó siendo un desconocido, se destapó sin cortar orejas en su único festejo anunciado. Llegó sin apoderado, quizá guardando luto a un hombre grande que confió en él, cuando nadie le echaba cuentas: Josete Antón.

Josete fue quien me habló de él, con la baba por la comisura de los labios, en un almuerzo en “Salas”, con Andres Narváez, un amigo común -que me lo puso en suerte- que se prolongó hasta la media noche. Hombre discreto, como todos los sabios, que sabía lo que tenía entre manos. Lástima no lo haya podido disfrutar, aunque, seguro que,  desde el cielo habrá echado  una mano, porque en esto del toreo, como en la vida misma, es necesario siempre un capotillo de la Providencia, y él, Josete, el viernes estaba de embajador del toreo, del gran toreo de su pupilo.

Como diría Josete “lo tengo tapado” porque va a sorprender. Y así ha sido; como se decía antes, una vuelta al ruedo en Las Ventas era una vuelta a España… y, de momento, paso a paso, de la vuelta al anillo a la Puerta Grande. Las ferias esperan, porque actuaciones como la de Ángel Téllez están para destrozar carteles, por anunciados que estén. Máxime viendo como están algunos de los que, antes de Sevilla y Madrid, están de forma profusa en las cartelerías. Las cosas del “sistema”.