El concurso de Las Ventas en el disparadero

EDITORIAL (PROGRAMA LA DIVISA DEL 28 DE MARZO 2022)

PEDRO J. CÁCERES

El concurso de Las Ventas en el disparadero

Todo eran parabienes al pliego de condiciones para gestionar a partir de junio la Plaza de Las Ventas.

Un canon razonable tasado por arriba y tan sólo la cuantía de puntos, algo excesiva, en asuntos como publicidad, que encubrían una subasta y alguna pega sobre la restricción de solvencia técnica para poder presentar ofertas.

Cerrado el plazo se supo que Plaza 1 presentó pliego, Bailleres y “Los Chopera , también; y se especulaba con una alianza entre Ramón Valencia y Toño Matilla. Igualmente, parece ser, se registró una oferta del taurino José Montes, que en principio no cumpliría los requisitos de presentación, a menos que fuera acompañado de algún empresario de plaza de 1ª.

Vencido el plazo de presentación, el presentado Montes, sin embargo, impugnó una serie de puntos del pliego ante el organismo correspondiente que resolvió admitir 3. En ese momento quedó suspenso el concurso. Según otras fuentes, pañuelo verde, “al corral”.

En cualquier caso, la premura de tiempo, con la temporada empezada hace apurar a la CAM para rectificar los puntos impugnados, o sacar un nuevo pliego. Ninguna de las dos situaciones se ha producido, hoy en día, nos encontramos  sin futuro inmediato para el coso venteño y en el mejor de los casos un gestor que no se conocerá hasta después de Semana Santa, con un San Isidro en puertas y una temporada partida en la que el ganador del concurso debe planificar curso a partir de junio.

Evidentemente, y pensando que los ofertantes, que se atisban, tienen la suficiente experiencia como para estar preparados para tal reto, no es lo más recomendable. “El torero es despacio”, sin prisas.

La situación, hoy, no es la mejor para la 1ª plaza del mundo y todas las críticas se han vertido contra el CAT y su director gerente. A mi entender, de forma injusta puesto que el CAT y su responsable son órganos técnico-taurinos y no un organismo jurídico, que es el que ha incurrido en esos errores que el Tribunal correspondiente ha detectado obligando a subsanar, suspender, o anular el concurso.

Ignoro el porqué de partir así la temporada, pero lo recomendable, y algunas voces se han alzado, es buscar la fórmula para que la segunda parte de la temporada la ejecute la empresa actual o sea el CAT quien asuma esa responsabilidad; descansando su organización con una gerencia que bien pudiera ser la actual empresa, por aquello de la continuidad y que el concurso se convocara a partir de octubre con un nuevo pliego y por temporadas completas.

No sé si jurídicamente es posible, pero sí que es lo que dicta el sentido común.