La Plaza México celebra en silencio haber cumplido tres cuartos d siglo

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Hay silencios que marcan. Silencios que ponen la piel de gallina. Silencios que preceden a la mayor de las sonrisas o a la peor de las lágrimas. Silencios que convocan y silencios que destrozan. Hay pocas cosas tan ensordecedoras como el silencio, escribió el poeta uruguayo Mario Benedetti. Uno de esos silencios; largo y duro, es el que protagoniza la Monumental Plaza México pues envuelta en éste de forma obligada por la etapa más crítica de Covid-19 en nuestro país, alcanzó su 75 aniversario. Entre ese silencio doloroso por tantas vidas que han sigo segadas por el mortal virus y por tantas personas que siguen enfermas, en esta ocasión no hubo festejos taurinos presenciales en el coso más grande del mundo, ni aficionados que desbordaran los tendidos entre olés y gritos que aclamaran las faenas de los diestros.


La señalada emergencia sanitaria es la misma que desde el año pasado afecta desde el más humilde ruedo en un pueblecito perdido en el campo, hasta el máximo coso de América. Ya son doce meses con el redondel capitalino tan vacío y tan rodeado del silencio que duele en el alma. Es un dolor semejante al que también se sintió hace un año al contemplar al Papa Francisco, en El Vaticano, entre la soledad y el pesado silencio, cuando dio la bendición Urbi et Orbi.

Es por eso que ahora más que nunca, cuando al alcanzar tres cuartos de siglo, la Monumental Plaza México reivindica el derecho a expresar y disfrutar una de las manifestaciones culturales y sociales más antiguas en estas tierras: la tauromaquia. Por ello, el máximo coso mexicano tuvo una celebración vía digital, que de alguna manera representó una ceremonia litúrgica para el toreo mundial.


Vale la pena recordar que a lo largo de 75 años de historia en la plaza capitalina los matadores han cortado hasta ahora 129 rabos e indultado 34 toros; mientras que en el renglón novilleril se han cortado 47 rabos y se han indultado 16 astados. El matador de toros que más rabos ha cortado es el maestro Manolo Martínez, con diez.

Pablo Hermoso de Mendoza, es torero extranjero con mayor número de rabos en su haber, a razón de cuatro. Llama la atención que tanto Enrique Ponce como El Juli son los coletas que más veces han participado en la popular Corrida de Aniversario, misma que tomó tintes mediáticos, a partir de 1996, con la administración de Rafael Herrerías.

El primer rabo cortado por un matador, fue el que obtuvo el maestro Silverio Pérez, el 16 de febrero de 1946, del famoso toro “Barba Azul” de Torrecilla y el más reciente, data del 1 de febrero de 2016, por parte del rejoneador Pablo Hermoso de Mendoza, al toro “Tecojote” de Los Encinos.


En rabos obtenidos por novilleros el más antiguo se consiguió el 16 de junio de 1946, por parte de Pepe Luis Vázquez, de un ejemplar de Atlanga: mientras que el más reciente, fue el 8 de noviembre 1987, por Alberto Galindo “El Geno”, al novillo “Don Coyo” de Jorge Hernández Andrés. El primero de los 34 toros indultados fue "Muñeco" de la ganadería Ernesto Cuevas, 15 de abril de 1951, por Luis Procuna y el más reciente fue “Siglo y Medio, de Piedras Negras, por Gerardo Rivera, el 5 de enero de 2020.


En cuanto a los novillos indultados, el primero fue "Bate", de Xajay, lidiado por Rafael Larrea, el 19 de junio 1949 y el más reciente fue "Izquierda de Oro", de Guadiana, lidiado por Héctor Gutiérrez, el uno de abril de 2018. La ganadería con más rabos cortados a sus toros es Torrecilla, con 15, Pastejé con nueve, Piedras Negras con ocho.


Además 39 diestros se han cortado la coleta en el máximo escenario del país, a razón de: el primero, David Liceaga, el 2 de febrero de 1947 y el más reciente, Federico Pizarro, el 13 de enero de 2019. A todo ello, habrá que sumar incontables hazañas que requerirían de varios libros para ser enumeradas como la gran bronca acontecida el 19 de enero de 1947, cuando en el mano a mano con Manolete, quien cortó un rabo; el mexicano Lorenzo Garza, no se entregó y ante el reclamo del público que incluso causó varios incendios en los tendidos, éste fue a dar a la cárcel.


El mano a mano entre las toreras Juanita Aparicio (mexicana) y Betty Ford (estadounidense), que agotó las localidades, el 25 de septiembre de 1955; las tardes consagratorias de Joselito Huerta, Manuel Capetillo Manolo Martínez, Curro Rivera, Eloy Cavazos, Antonio Lomelín, Mariano Ramos; las de Miguel Espinosa, David Silveti; las de Valente Arellano, Manolo Mejía y Ernesto Belmont. La llamada “Resurrección” del Pana. El primer doctorado entregado a una mujer: Hilda Tenorio, en 2010. Así como todas las corridas a beneficio de mexicanos golpeados por los desastres naturales.



El silencio del hoy nos da oportunidad de valorar los hechos pasados en ese redondel. Querida Plaza México: Esperamos tu regreso con el aliento que nos brindan otra frase de Benedetti: “Tu regreso tiene tanto que ver contigo y conmigo que por cábala lo digo y por las dudas lo canto. Nadie nunca te reemplaza y las cosas más triviales se vuelven fundamentales porque estás llegando a casa”.

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