Perera, a hombros de Las Palomas

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EMILIO TRIGO


La última de abono de la Feria de Algeciras tenía lugar en la tarde de este sábado en el coso de Las Palomas de la ciudad gaditana. Se lidiaban toros de Santiago Domecq para Miguel Ángel Perera, Cayetano y Pablo Aguado.


Negro de capa y bien presentado era 'Ostrero' que embistió con movilidad pero falto de ritmo al capote templado de Perera, que se salió a los medios lanceándolo a la verónica. Muy poco castigo recibió en varas. Muy arriesgado fue el quite de Perera por chicuelinas ceñidas y templadas. Destacó en banderillas un sensacional Javier Ambel. Extraordinaria fue la labor de Perera con la muleta. El de Santiago Domecq tuvo movilidad, un punto de genio y poca clase. El extremeño lo mejoró con el temple como principio fundamental. Le pudo toreando en redondo, con pases ligados, por abajo y largos, aunque el toro no se rebosaba. Fue de menos a más. Después con la izquierda el animal tuvo menos recorrido bajando la intensidad de la obra. Finalizó con muletazos por alto y la figura inmóvil. La estocada cayó baja. Oreja.


Buen recibo de capote realizó Cayetano. Verónicas toreras, con compás y empaque a un toro que apretaba por los adentros pero que embistió con franqueza. Manseó el toro en varas saliéndose suelto tras el puyazo. Esa misma condición tuvo en la muleta. Aburrido, sin celo, ni transmisión el de Santiago Domecq. Cayetano estuvo por encima, intentó poner gusto a cada muletazo, componiendo muy bien la figura y buscando la ligazón, aunque el toro apenas se lo permitió. La faena no rompió. Estocada casi entera. Ovación.


Más pequeño de cuerpo pero más montado de pitones era el tercero. Salió sin definir imposibilitando el lucimiento de Pablo Aguado. Empujó con los riñones el toro en varas y bien lo picó Juan Carlos Sánchez. No tuvo opciones de lucimiento Aguado con la muleta. El toro sin humillar, desagradable y con peligro. Voluntarioso el sevillano probándolo por ambos pitones para enseñarlo al respetable. Estocada casi entera trasera y tendida. Silencio.


Preciosa capa la del cuarto de la tarde. Un toro colorado con buenas hechuras. Embistió brusco de salida sin permitir el lucimiento capotero de Perera. Cumplió en varas. Volvió Perera a realizar un inverosímil quite por gaoneras, casi sin espacio, asustando al miedo. Gran tercio de banderillas de Curro Javier con dos pares como marcan los cánones, cuadrando en la cara y asomándose al balcón. Perera impuso su ley con la muleta. Comenzó en los medios pasándoselo hasta en dos ocasiones por la espalda, cada cual más firme y más ajustado. Sonó la música de inmediato. Perera sacó la soga de su muleta para impedir al toro que parase. Temple y mando. El toro se le intuía que no tenía mucho fondo y en cuanto se vio podido se paró y soltó la cara. Fue entonces cuando Perera decidió acortar los espacios y pegarse un auténtico arrimón dejándose llegar los pitones al pecho. El público acabó entregado al extremeño. El único pero fue la espada que tras un mete-saca fulminó al toro. Oreja.


Preciosa capa la del cuarto de la tarde. Un toro colorado con buenas hechuras. Embistió brusco de salida sin permitir el lucimiento capotero de Perera. Cumplió en varas. Volvió Perera a realizar un inverosímil quite por gaoneras, casi sin espacio, asustando al miedo. Gran tercio de banderillas de Curro Javier con dos pares como marcan los cánones, cuadrando en la cara y asomándose al balcón. Perera impuso su ley con la muleta. Comenzó en los medios pasándoselo hasta en dos ocasiones por la espalda, cada cual más firme y más ajustado. Sonó la música de inmediato. Perera sacó la soga de su muleta para impedir al toro que parase. Temple y mando. El toro se le intuía que no tenía mucho fondo y en cuanto se vio podido se paró y soltó la cara. Fue entonces cuando Perera decidió acortar los espacios y pegarse un auténtico arrimón dejándose llegar los pitones al pecho. El público acabó entregado al extremeño. El único pero fue la espada que tras un mete-saca fulminó al toro. Oreja.


El que cerró plaza permitió a Pablo Aguado lucirse a la verónica, sobre todo con las tres medias de remate en los medios que estuvieron llenas de sabor. Cumplió en varas. Después Aguado saboreó la suerte de la verónica. Fueron tres por el pitón izquierdo llenas de temple y despaciosidad abrochadas con una media eterna. La faena de muleta fue muy medida en el tiempo, llena de naturalidad y torería. Hubo pasajes donde llegó a parar el tiempo. Por el derecho tenía más repetición el burel y por el izquierdo más clase. Encandiló al público con sus formas. Dio muletazos de cartel de toros, sobre todo al natural, citando de frente y corriendo la mano, toreando con los vuelos. Se le notó muy cómodo en la plaza y cuajó una gran faena que solo emborronó con la espada enterrándola al segundo intento. Oreja.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Palomas, Algeciras, Cádiz. Tercera de abono. Corrida de toros. Más de media plaza.

Toros de Santiago Domecq.

Miguel Ángel Perera, oreja y oreja.

Cayetano, ovación y oreja.

Pablo Aguado, silencio y oreja. 


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