​Morante genio y figura

EDITORIAL (Programa LA DIVISA del 3 de diciembre 2018)

PEDRO J. CÁCERES

Morante genio y figura

Andalucía ha votado. Ahí están los resultados.

Importante para la Tauromaquia que partidos animalistas como el mariachi de siglas que acumula Podemos haya bajado significativamente y que el PACMA, que iba por libre, como otros con el mismo pelo de la dehesa, hayan saldado cero, patatero.

Lo de Susana y el PSOE clamoroso. Aunque, sino estuviera cogido por la entrepierna para mantenerse en la poltrona, no debería preocupar al sector taurino.

Distinto es el “sanchismo”, pero Dios los cría y el viento los amontona. ¡Lagarto, lagarto!

Por lo tanto, hay una euforia que debe ser contenida, porque, además de lo expuesto, yo no me fío del ciudadano Marín. Un “tercerolo” harto sopas que lo mismo da la puntilla a un buey que a un becerro. Un correlindes de partidos y listas electorales, contumaz. Personaje poco recomendable. ¡Al tiempo!

Peso a todo, tampoco se manifestarán, a boca llena, los taurinos, tan conservadores y melifluos, como siempre, que proclaman que los toros no entienden de política.

¡Vaya! Pero la política si quiere meter mano a los toros, por lo que la mejor defensa es un buen ataque.

Por ello, ha sido impactante, a la vez que sorprendente, felizmente sorprendente que uno de los iconos de la Tauromaquia actual, a nivel mundial, como es Morante de la Puebla haya apostado por hacer política apoyando, de forma activa, a un nuevo partido que entre sus “radicalismos” (entre comillas) proclama sin ambages una defensa a ultranza de la tauromaquia.

Un ejemplo que deberían seguir sus compañeros y todo el sector, cada uno con su libertad ideológica, pero postulándose en acciones de contraataque.

Pero ello ni ha sucedido, ahora en Andalucía, ni sucederá.

De tal manera que, para concluir esta columna, me permitan poner en valor el compromiso de Morante para con su profesión y con el vestido de luces.

Cierto que, a veces, ese vestido de luces es tan transparente que le cuesta muchas broncas como la del pasado domingo en Lima, pero no es menos cierto que taurinamente hablamos de un genio, cuya definición, la de genio, posiblemente se pudiera acuñar que es aquel que las más de las veces no cumple las altas expectativas, pero que cuando llega la inspiración hacen cosas inigualables que permanecen en la memoria con carácter intemporal, o sea inmortales.

Y nunca pasan desapercibidos por ser portadores de una personalidad arrolladora. Eso en la plaza.

Ahora, Morante, ha indultado, con su actitud comprometida a un sector, que, de no reaccionar y seguir su ejemplo, más tarde o más allá de más tarde, pero en algún momento, son carne, somos, los taurinos y aficionados y público, carne de matadero. Que conste en acta y …a quien corresponda.

Un genio… y figura. Dentro y fuera de la plaza. Porque para ser torero, lo primero es parecerlo. Y, dando por bueno que el valor se les supone, de vez en cuando, además de predicarlo hay que “dar trigo”. De luces, de paisano y hasta vestido de lagarterana si hace falta.