Los toros de “Cultura” a “Igualdad”

                                                  EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 11 DE JUNIO

PEDRO J. CÁCERES

Los toros de “Cultura” a “Igualdad”

Y no por recelar del exótico nuevo ministro del ramo cultural, ni porque la vice, que además asume la cartera de Igualdad, en el nuevo gobierno, se haya declarado taurina, aunque a veces predica más que da trigo. No.

Los toros a Igualdad para romper con la brecha entre toreros a caballo o a pie, todos toreros. Y, a caballo, haciendo historia en la 1ª del mundo.

No es la primera vez que ocurre en que un torero a caballo es discriminado como triunfador de una feria. Más, el día que esto suceda será la primogénita. Aunque se triunfe a lo grande y protagonice hechos grandiosos.

Diego Ventura, que no necesita presentación ni hacer referencia de su exitoso currículo en sus 20 años de alternativa -efemérides que cumple en este 2018- viene añadiendo a su historial éxitos y triunfos históricos como ser el 1º caballero en indultar un toro de forma legal, es decir en plaza homologada.

Sucedió en Murcia el año pasado donde consiguió perdonar la vida a un ejemplar de Los Espartales.

Pues fue proclamado “mejor rejoneador”, no triunfador del ciclo de La Condomina que recayó en un torero a pie.

El último hito del torero a caballo ha sido cortar un rabo, 46 años después del de Palomo, en Las Ventas y dentro del serial de San Isidro.

Ese rabo, con sus dos orejas correspondientes, estuvo acompañado de otras tres orejas la tarde histórica del 9 de junio, el pasado sábado. Sumen, también, las dos cortadas en su actuación anterior para saldar una feria única.

Ningún matador, a pie, de una nómina numerosísima, ha conseguido ese volumen de orejas (alguno actuando una tarde más que Ventura) ni ninguno ha salido dos veces por la PG madrileña en este San Isidro.

Ítem más. Independientemente del hecho de cortar un rabo, siempre sujeto a polémica, está su esplendorosa actuación el día de marras.

Más aún, de los toreros a pie que han conseguido un máximo de 3 orejas en 3 tardes (Talavante y Castella) y sus respectivas PG, junto con la de López Simón, algunos de sus trofeos fueron protestados por la minoría.

El numeroso jurado (oficial) de Plaza 1, la arrendataria de Las Ventas, ha obviado la condición de triunfador de Diego Ventura, para, eso sí, proclamarle mejor rejoneador ¡con dos cojones!

No queda ahí la cosa, en el tema de los números de orejas ni el histórico rabo. No.

La discriminación, la brecha, sería, en algún caso, admisible si el precio de las entradas discriminara entre toreros a caballo y a pie. O si el bello arte del rejoneo, fuera un sucedáneo que sólo interesa a unos pocos. La prueba está en que las dos tardes del caballero portugués/sevillano la plaza registró un “lleno técnico”.

Este sectarismo, impropio de los tiempos que vivimos, nos da pie para, irónicamente, pedir el cambio de encaje institucional de la Fiesta y pedir el cambio: de cultura a igualdad.

Ya sé que es predicar en el desierto, esto y aquello, todo. Pero, por lo menos, nos hemos quedado a gusto. ¡Ea!

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