Y si el tiempo no lo impide

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVIA DEL 1 DE ABRIL 2024

POR PEDRO J. CÁCERES

Y si el tiempo no lo impide

Así reza el latiguillo cabeza de cartelería en la mayoría de las plazas de toros: “con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo impide”.

La climatología está loca y trae de cabeza a los cada vez más sofisticados meteorólogos. Lo del cambio climático es un hecho. Y por mucho que se afina en las predicciones la naturaleza es imprevisible, cada vez más, y más terca que el hombre e incluso la IA, tan de moda en nuestros tiempos.

La semana previa había sido más veraniega que primaveral, pero a partir del lunes santo, el agua, tan necesaria, no se hizo esperar así hasta ayer Domingo de Resurrección, arruinando procesiones y ocio vacacional.

Y las corridas de toros no fueron ajenas a las suspensiones, tal que la “Picassiana” de Málaga. SÍ se libró Lorca en la reinauguración de su plaza de Sutullena, un empeño personal de su hijo más predilecto, Paco Ureña que saldó, además, con un gran triunfo artístico y de convocatoria: “no hay billetes”.

Sevilla y Madrid se habían prevenido desde primeros de semana con las famosas lonas.

En Sevilla, todas las previsiones daban agua hasta las 14 horas, y luego nubes y claros, incluso sol a partir de las 18.00 (30 minutos antes de la emblemática corrida del Domingo de Resurrección con la que principia la temporada hispalense).

Sobre las 5 de la tarde se procedió a retirar la lona, pues la operación es prolija, todo perfecto. Pero a las 17,45 el cielo abrió compuertas como si no hubiera un mañana, no paraba, olía a suspensión. Pero a la hora del comienzo dejó de jarrear y salió el sol.

Es ahí donde en un prodigio de preparación para cualquier inconveniente y previo el plácet de los toreros se procedió a la recomposición del ruedo por una nutrida brigada, muy preparada, y gran cantidad de albero en la reserva. Y la corrida se dio. Un 10 para empresa, toreros y operarios. Por supuesto el público que abarrotó la plaza. Luego, ya se sabe, el hombre propone, Dios dispone y el toro lo descompone. Igual ocurrió en Madrid, en cuanto a las labores de acondicionamiento del ruedo que no en el desarrollo del festejo: donde dijimos “el toro lo descompone”, fue al revés, los de Pedraza no tuvieron suerte en el sorteo salvo el toro de Román, hasta arrancarle la oreja.

Está claro que muchas plazas de toros están protegidas por patrimonio y que su cubrición es inviable, vale, no es el caso de Madrid, siempre lo he pensado.

Lo que no se entiende es que la FTL se empeñe en programar su “Copa Chenel” y el Circuito de Novilladas en pueblos que ni en fiestas patronales juntan mil o dos mil personas en los tendidos, menos fuera de fiestas, y en invierno,  cuando en la Comunidad hay media docena o más de plazas de toros cubiertas, que además de blindadas ante “si el tiempo no lo impide”, le dan un aire de confortabilidad, seguridad y modernidad (siglo XXI) y quitan a estos festejos el “pelo de la dehesa” de pueblerinos, con el cemento al 80% del aforo. Ahí está el éxito de organización del “Kilómetro 0” del CAT de la CAM en Vista Alegre.

Podría seguir, pero es predicar en el desierto. Ellos mismos.