El reto de Román: trama, nudo y desenlace.

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL LUNES 11 DE MARZO

PEDRO J. CÁCERES

El reto de Román: trama, nudo y desenlace.

No sé bien como se tramó el que Román abordar estas Fallas como un reto personal al cumplir 10 años de alternativa. Es posible que siendo niño prodigio de la Escuela valenciana, su proverbial simpatía, su lucha por sobrevivir, taurinamente, después de fortísimos percances, y su relación personal con García Garrido (especialmente con sus hijos mayores) que le apoderó un tiempo; todo ello y su fe en sí mismo y ambición personal, más consejos de terceros le llevara a acometer tal gesto ¿o, gesta? : matar 6 toros en solitario con el objetivo de marcar un antes y un después en su carrera.

Para ello se dispuso de un encierro variado con toros de distintas ganaderías, pero, sobre todo, bajo la impronta de la seriedad; primer capítulo victorioso. Toros con trapío, peso y edad de hierros de alcurnia de los “comerciales” y no tanto. Y el vestido, celeste y azabache, en homenaje a Granero.

Nudo. - Todo a pedir de boca, con una muy buena entrada con el pero de tarde ventosa y poco agradable. Y, en después, gran principio; sangre sudor y lágrimas, más tarde, para volver, al final, a disfrutar de una salida en hombros. ¿Misión cumplida? Puede, tal y como se desarrollaron los acontecimientos.

Una faena prometedora al noble, sin fondo, ejemplar de Parralejo, que olía a oreja, pese a la frialdad de romper plaza y un pinchazo con la tizona. Pronto surgiría el Román cuajado y capaz en un toro exigente de Fuente Ymbro, el 2º. El Román de superar dificultades a base de oficio y entrega. Y cayó la primera oreja y el horizonte triunfal, a las segundas de cambio, se abría.

Pero, como el hombre propone, Dios dispone y el toro lo descompone, el nudo gordiano de la tarde fue una mezcla de desesperación e impotente frustración ante el juego de un mulo 3º de Pedraza, una alimaña de Victorino y un cobardica de Domingo Hernández refugiado, continuamente, en tablas.

Cumplió con dignidad en el 3º, resolvió sin atisbos suicidas ante el Victorino y, a la desesperada, intentó remontar la tarde en el de Domingo por lo criminal ante la imposibilidad de hacerlo por lo civil: banderillas deslucidas en un par al quiebro y fiebre desatada ante el manso aquerenciado hasta sobrevenir la voltereta, de la peor catadura, cayendo sobre el cuello.

Desenlace. - La tarde se había venido abajo, pero, la suerte, quiso que se rechazara un toro de García Hermanos y entrara uno de Algarra. Lucido ejemplar que, tras la amnesia producida por la voltereta, le devolvió la ilusión de cerrar tarde con otro triunfo, como en el segundo: cortar la oreja y volver a sentir el calor de su público que se lo llevaba en volandas por su puerta grande. Esa que en su época de becerrista y novillero conocía bien, sobre todo la tarde que, tras proyectar un gran futuro, se le acercó al burladero de matadores Santiago López y le dijo que, si le interesaba que él, y Simón Casas, lo apoderasen.

¿Misión cumplida? Depende lo que pretendiera con la encerrona, nunca mejor dicho. Es lo de la botella, si medio llena o medio vacía. Pienso que sí, que dio un ejemplo de amor propio y de entrega, pero no creo que cambie su sino de lucha para entrar en las ferias. Madrid le espera y, ahí sí, con crédito suficiente en Las Ventas, inicie un giro en su trayectoria cumplidos 31 años. Que no son nada. ¡Suerte torero!