​Sol y moscas

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PJC. COPIA

EDITORIAL PROGRAMA LA DIVISA DEL 27 DE JUNIO 2022

PEDRO J. CÁCERES


Sol y moscas


Es el dicho popular en que refugiarse cuando la climatología es adversa en un festejo taurino, bien sea el frio, el viento o la lluvia. Un mantra que los nostálgicos taurinos repiten cuando se habla de la necesidad de tener cosos cubiertos.

Pero la realidad, cambio climático al margen, está demostrando lo obsoleto del axioma en pleno siglo XXI. Las temperaturas lógicas del verano, y las olas de calor recientes, desmontan dicho aserto popular.


En los últimos 15 días se han celebrado ferias en Granada, Toledo, Castellón, Alicante, Algeciras, Badajoz…Todas con alguno de sus carteles preñados de figuras, pero que, en ninguno, de los casos ha acabado el papel. Es más, en la mayoría de estos cosos la solanera, los tendidos de sol, han sido la imagen de un mar de cemento.

Pese a la bajada, ridícula de precios en este sector, y maltratar a jóvenes y jubilados con promociones para intentar maquillar la realidad, el éxito de tal política ha brillado por su ausencia.


Hoy, en este programa, pone el dedo en la llaga Nacho lloret , empresario de la plaza de toros de Alicante, denunciando-anunciando la preocupación por este problema que, cierto, es más de imagen que de tesorería porque ya cuentan con ello a la hora de presupuestar los festejos, pues lo primero que se agota al salir los carteles es lo caro: las barreras, contrabarreras y tendidos de sombra, por supuesto. Cumplido el objetivo, parece ser no preocupa en demasía el desierto de gente en el sol, confeccionan sus presupuestos al 60% del aforo más o menos, y a correr todos.


Algunos retrasan en 30 minutos el comienzo del festejo, insuficiente, y se amparan en no dar al mismo un carácter de nocturno o seminocturno por aquello de los aficionados de extra-radio que no disponen de transporte público para regresar a sus casas. Todo en pleno siglo XXI. Eso sí, los festejos menores de novilladas y sin caballos los trasladan a esa franja horaria y es un éxito, pero…


Hace muchos años, el empresario de Murcia, Ángel Bernal, instaló en el sol unos difusores de agua pulverizada que aliviaba en suficientes grados la perniciosa canícula. Por lo visto, lo visto, fui testigo de ello, la iniciativa fue un éxito, y además relativamente barata, primitiva pero barata, pero, el “invento”, duró un asalto: el problema era de las mujeres que les dañaba la peluquería de la mañana para ir , informal, pero “arreglá”, a los toros. Vivir para ver y ver para creer.


Y, así estamos. Mareando la perdiz, sobre el horario, los precios, la techumbre de las plazas, y demás.


Con la boca pequeña ¿Qué hacemos con el sol?  Mientras tanto, en pleno siglo XXI, muchos son los que se siguen refugiando en el burladero de “sol y moscas”. A lo peor es que les salen las cuentan. Pero la imagen no es la mejor para la promoción de La Fiesta. Ustedes mismos.




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