​“Pilar Martín” (Victorino) : “Siempre tuve claro que quería ser veterinaria porque me quería dedicar a esto”

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“Pilar Martín” (Victorino) : “Siempre tuve claro que quería ser veterinaria porque me quería dedicar a esto”


“Mi niñez ha transcurrido jugando en las fincas de Monte Viejo y las Tiesas, no tengo más que buenos recuerdos y sobre todo, he  aprendido mucho mientras me lo pasaba bien de la mano de mi padre y de mi abuelo.”


“Nosotros seleccionamos por comportamiento y por morfología. O sea, no vale solo con portarse bien, hay que ser guapo. Todo eso cuenta y además cuenta la genética de la familia, la reata, todo eso tenemos que tenerlo en cuenta y en la tienda se valora.”


“Yo de mi padre te puedo decir que es una persona que es un apasionado del toro, que lo demuestra no solo en casa, lo demuestra fuera cada día y es un gran defensor de la fiesta y un trabajador incansable.”


“El indulto de Cobradiezmos fue muy especial por muchas razones, sobre todo  a nivel personal, porque coincidió con un momento en el que mi madre estaba pachucha, tenía leucemia.”


“Mi madre no estaba en la plaza, nos llamó súper contenta, en ese momento se le olvidaron todas las penas, fue muy especial tanto personal como profesionalmente.


Este año hay hijos de Cobradiezmos para lidiar, pero no vamos a decir cuales son.”



LA ENTREVISTA DE ROSI FERNÁNDEZ


Entrevistamos a  una mujer ganadera, veterinaria, amante del toro, el caballo lusitano y la tauromaquia. Es la tercera generación de una dinastía conocidísima a nivel mundial. Hija, nieta de ganaderos, Pilar Martín Canto.


Desde pequeñita rodeada de toros. ¿Cómo fue tu niñez? ¿A qué jugabas y qué soñabas?


Tengo la suerte de haber tenido una niñez muy bonita y ligada a la naturaleza y muy ligada al toro. Mi niñez ha transcurrido jugando en las fincas de Monteviejo y las Tiesas y haciendo trastadas, en la que los mayores a veces nos regañaban, pero muchas de ellas también se reían. La verdad es que no tengo más que buenos recuerdos y, sobre todo, aprender mucho mientras me lo pasaba bien de la mano de mi padre y de mi abuelo.


Como bien dices, has estado rodeada de dos grandes ganaderos que ya tienen historia en la tauromaquia. ¿Qué destacarías de tu abuelo y de tu padre?


Te puedo destacar muchas cosas, tanto mi padre como mi abuelo, para mí son dos ejemplos a seguir muy claros, sobre todo de constancia, de trabajo y de pasión y amor por lo que hacen. Mi abuelo no ha sido un abuelo típico que podemos ver en otros casos de abuelos que llevan al parque a sus nietos. Ha sido un abuelo más duro, más seco, pero siempre ha estado con nosotros. Nos llevaban a todas partes de feria en feria. Hemos aprendido mucho de él desde el ejemplo, por decirlo de alguna manera. Ejemplo  y trabajo. Y de mi padre, pues te puedo destacar mil cosas, mil cualidades. Yo de mi padre te puedo decir que es una persona apasionada del toro, lo demuestra no solo en casa, lo demuestra fuera cada día y es un gran defensor de la fiesta y un trabajador incansable.


Desarrollas la tarea de veterinaria junto a tu padre y las tareas del campo, la tienta en la plaza y luego la lidia, ¿qué es lo que más te gusta y dónde peor lo pasas?


Lo que más me gusta es el campo, sin lugar a duda, es lo que más me gusta de mi trabajo, estar en el campo, vivir en el campo, convivir con el animal y todo lo que el animal transmite. Todo lo que conlleva criar al animal en el campo, porque no es solo el toro, el toro está rodeado de un hábitat maravilloso que en nuestro caso es la dehesa y gracias a la cría del toro se mantienen muchos miles de hectáreas con su flora y su fauna. Eso es algo que mucha gente desconoce y si no fuera gracias al toro, no se preservaría. Y donde peor lo paso: en la plaza, porque tú has estado criando un toro mucho tiempo, no solo es el criar ese toro, es el cuidar de su madre, la selección de su madre, su padre, es el mantener a las vacas en el campo…durante los cuatro o cinco años que está en el campo no se lesione, no le pase nada. Criar un toro es todo eso. Y, luego, llegas a la plaza y en 15 minutos parece que lo has hecho muy bien o que lo has hecho muy mal. Eso es súper duro, porque no todo el mundo lo entiende ni lo respeta. Yo entiendo que, cuando las cosas salen mal hay que quejarse y hay que decirlo, es un derecho de todos en todos los aspectos de la vida, pero se hace muy duro. Esa es la parte más dura de ser ganadero.


La tienta es clave, ¿cómo se selecciona en casa de Victorino?


 Nosotros seleccionamos por comportamiento y por morfología, no vale solo con portarse bien, hay que ser guapo. Y todo eso cuenta, además de la genética de la familia, la reata, todo eso debemos tenerlo en cuenta y en la tienta se valora. Seleccionamos por comportamiento, tienes en cuenta cómo se comporta el animal desde que sale por la puerta de chiqueros hasta que sale de la plaza, tienes en cuenta cómo va el caballo, cómo se comporta, cuando la están citando desde el caballo en varas…va o no va, cómo mete la cabeza o no la mete en el peto, con qué alegría lo hace, es todo. Examinas al detalle cada comportamiento del animal en cada uno de los tercios y en función de eso, vamos a ver la familia, ¿hay muchas? ¿qué notas tiene? ¿tienen mejor nota que ella? Pues entonces no se aprueba. ¿Hay pocas? Si tiene buena nota y está bien se queda, porque nosotros jugamos con un hándicap muy importante: la consanguinidad. Nosotros no compramos genética, no metemos genética externa, tenemos que mantener en mayor número de familias posibles para que la ganadería tenga una viabilidad y siga manteniendo esa variedad genética y no se caiga en un porcentaje de consanguinidad muy elevado porque nos quedemos sin ella.


¿Por qué elegiste y decidiste ser veterinaria?


Lo tuve muy claro siempre, siempre dije que quería ser veterinaria, cuando era pequeña. También decía que quería ser pediatra, veterinaria. No sé si alguna cosa más, pero siempre tuve claro que quería ser veterinaria, porque me quería dedicar a esto. De hecho, en casa, cuando llegó el momento del bachillerato, mi padre me trajo a casa un folleto de universidades y carreras de empresariales…

Le miré y le dije: “yo no voy a hacer eso, yo quiero ser veterinaria”.

Mi padre me dijo: “Es una carrera muy dura, yo creo que podías plantearte hacer otras cosas… Y le dije que yo quiero ser veterinaria. Y me dijo:” bueno, bueno, hay que sacar muy buenas notas, porque para ser veterinaria se necesita nota alta”. Y respondí: “bueno, eso me corresponde a mí, yo sé que quiero hacerlo. Y entonces, en el primer curso de bachillerato saqué una media de nueve en el curso y le dije: ¿tú crees que con esto entro en veterinaria? y me dijo: ya no te voy a decir nada más, me ha quedado claro. Yo siempre he tenido claro que quería ser veterinaria, porque me quería dedicar a esto. Quería ser veterinaria porque quería ser ganadera.


Uno de los triunfos más importantes en la casa fue el indulto de Cobradiezmos, ¿cómo lo recuerdas?


El indulto de Cobradiezmos fue muy especial por muchas razones, a nivel personal, coincidió con un momento en el que mi madre estaba pachucha, tenía leucemia y estábamos llegando al final del tratamiento, pero como que no llegaba ese final, no llegaba ese día. Yo tenía que estar con ella, pero por circunstancias me tuve que ir a Sevilla corriendo, porque tuve que cargar otro toro en el campo y todo de repente en la vida nos estaba saliendo al revés y necesitábamos una señal de que saliera algo bien. Y entonces ver a ese toro cómo humillo…fue una la alegría, la transmisión que tenía. Humillar es muy importante, pero esa transmisión era muy difícil y esa transmisión…Escribano estuvo fenomenal, de repente era esa señal que estábamos necesitando y encima en Sevilla te indultan un toro que es algo maravilloso…Mi madre nos llamó y estaba que  se la habían olvidado todas sus penas, lo estaba viendo por la tele y fue un momento muy especial, tanto profesional como personalmente.


Es muy guapo Cobradiezmos…


Es un toro muy bonito, muy sevillano y armónico de hechuras, es un toro bastante completo y redondo, como decimos nosotros en el campo. Esperemos que transmita muy bien sus características morfológicas y de comportamiento a sus descendientes.


Este año hay hijos de Cobradiezmos para lidiar.


Sí, pero nosotros no lo vamos a decir, porque hay una cosa que pasa en nuestro mundo: creamos unas expectativas que parece que, como es hijo de Cobradiezmos, tiene que ser como Cobradiezmos. Y yo siempre pongo el mismo ejemplo: yo tengo hermanas y como digo yo: misma vaca, mismo semental y no somos iguales. Entonces, es muy difícil que la transmisión genética sea óptima. Ojalá fuesen dos más dos, cuatro. Pero la genética no es así.


 Yo creo que haya un toro igual, fue perfecto.


Es muy difícil conseguir estos toros tan completos, es muy difícil, pero es nuestro objetivo como ganaderos y nuestro trabajo en el día a día, en la selección. Cuando consigues que salga uno, piensas que puedes conseguir otro. Es igual de difícil, pero no es imposible. Hay que seguir trabajando.


Es muy importante para la fiesta.


Sí, cosas son muy importantes que pasen para todos. Como ganadera es importantísimo, pero es algo importantísimo como aficionado, porque esto es lo que alimenta esa afición, lo que te mantiene de alguna manera en el camino, incluso hace que te enganches un poquito más.


Estás en la directiva de la UCTL.


El momento en el que me llamaron para contar conmigo fue muy bonito y de una gran responsabilidad, porque estábamos inmersos en el tema Covid. De hecho, era cuando empezaba todo, es un momento en el que voy a tener que trabajar mucho. Y trabajar todos en equipo y pelear duro por esto, porque ahora van a venir malos momentos y tenemos que arrimar todos los hombros. Me llamó Antonio Bañuelos y le dije que sí.


Pilar tienes dos niñas preciosas, ¿te gustaría que fuesen la cuarta generación de la ganadería Victorino Martín?



Claro que sí, eso nos gusta a todos, que nuestros descendientes sigan con el legado, pero lo que quiero es que sean felices y si ellas deciden seguir, a mí me harán muy feliz y compartiré muchísimo con ellas, pero si ellas deciden otro camino, las apoyaré como madre. Que se dediquen a lo que quieran, pero que sean felices. Si se dedican a esto, me harán muy feliz a mí también.

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