​Los usos generan costumbres y éstas crean vicios que no leyes

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PJC


EDITORIAL (PROGRAMA LA DIVISA DEL 24 ENERO 2022)


Los usos generan costumbres y éstas crean vicios que no leyes




Algo absurdo y contranutara se viene produciendo en el mundo del toro desde tiempos inmemoriales.

Se trata del 4% que perciben los veedores de las empresas a la hora de reseñar las reses idóneas para la plaza con la que trabajan. Hasta ahí correcto porque hacen un trabajo y debe ser remunerado.

Lo ilógico es que ese 4% (porqué un 4 y sobre qué cantidad, supongo que sobre el monto de la corrida o las reses a reseñar) corre a cargo del ganadero, es decir del proveedor y no del comprador para el que trabaja.

Hasta ahora en que los ganaderos, o un buen número de ellos se han rebelado con motivo de la “Liga Chenel” en que los ganaderos han tenido que satisfacer ese impuesto ¿revolucionario? Al veedor del Centro de Asuntos Taurinos de la Comunidad de Madrid.


Y digo que un número de ganaderos, y no el colectivo, pues la UCTL no se ha pronunciado como tal. Sí, en cambio, otros ganaderos de lidia lo ven lógico, por lo que no se ve a futuro una reivindicación corporativa que termine con ese uso, costumbre y al final ley no escrita.

Un contrafuero que permite especular sobre las connivencias del ganadero, ansioso por vender, y el emisario del comprador, generalmente un buen profesional pero que sus emolumentos, por lógica, deben ser satisfechos por su “señor” y así evitar esas especulaciones al ver algunos encierros impropios de la plaza a la  que las reses van destinadas.


El dedo se ha puesto en la llaga, pero como siempre ocurre en “el toro”, el inmovilismo es carta de naturaleza, porque nos tememos que todo va a quedar en una protesta, una queja, y , como siempre, con la boca chica.


En todas las épocas -más en esta con las dificultades  de vender toros por la pandemia- el empresario tiene la sartén por el mango a excepción de las 8 o 10 ganaderías de postín, a la carta de las figuras.

Es posible que en 1922 cuando estos usos ya eran costumbre, y Don Jacinto Benavente fue galardonado con el Nobel de literatura, a lo peor en el 1907 se inspirase en la Tauromaquia y sus extrañas prácticas para escribir su buque insignia de su prolífica producción “Los intereses creados”.

Pues eso, han pasado y más de cien años.

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