El desenjaule o desencajonamiento de parte de las reses que se van a lidiar en la Feria ha sido siempre el primer festejo con el cual se abría la cortina que daba paso a espectáculos mayores en la plaza de toros de La Glorieta. Y se caracterizó siempre por ser festejo muy popular y bien acogido, sobre todo, por las gentes de la provincia, y también por los barrios de la ciudad, dándose un día de descanso.
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