Víctor Mendes: "Mi carrera de 18 años es el resultado de un proyecto de vida y un sueño inimaginable, tanto que mis principios como profesional fue como banderillero en Portugal"

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TITULAR

Víctor Mendes: "Mi carrera de 18 años es el resultado de un proyecto de vida y un sueño inimaginable, tanto que mis principios como profesional fue como banderillero en Portugal"


LA SÍNTESIS

Ya, de matador, yo tuve la dicha de haber triunfado prácticamente en las grandes ferias: Bilbao, Pamplona, salir a hombros de Salamanca, Madrid, Valencia, Castellón, Sevilla… tenían tardes buenos e importantes y, en definitiva, con un nivel muy alto y con la afición muy pendiente de ese cartel de banderilleros.

Un cartel que tiene su precedente en el maestro Paquirri, con Teruel y Alcalde, pero que duró poco por las cornadas de estos dos últimos. Paquirri perseveró en ese cartel de banderilleros y me apadrinó, al tiempo que venía un torero de Venezuela, Morenito de Maracay. Luego vendrían combinaciones con Nimeño, Esplá, El Soro, etc.

Fue en el 77 donde un taurino, a su vez mozo de espadas del maestro Curro Romero, Gonzalito, Gonzalo Sánchez Conde, que al verme en banderillas y torear de capa, me invitó a venir en España. Pues, llegué a España en el año 78 con ese proyecto de ser matador de toros y con él y la confianza de D. Pedro Balañá y Teodoro Matilla comenzó todo.




LAS REFLEXIONES COMPLETAS DE LA ENTREVISTA



SU HISTORIA Y OBEJTIVOS


Mi historia, de mi vida, de toda esa trayectoria profesional en la que incluyo, brevemente, momentos inolvidables e importantísimos en mi carrera de profesional durante los 18 años que me mantuve en activo con esas 1148 corridas que he toreado, es el resultado de todo un proyecto de vida y de un sueño. Al principio inimaginable, en el sentido de llegar a poder conseguir lo que conseguí, porque la verdad es que veía y veía toros siempre de una forma tan, tan, difícil, tan, tan dura, que inclusive mis principios como profesional del toreo fue como banderillero, como subalterno.



INICIOS EN PORTUGAL


Me inicié, en el conocimiento del toreo profesional, con el maestro José Julio, más tarde en la Escuela del Toreo de los Hermanos Badajoz, en Coruche, que eran unos los mejores banderilleros que había en Portugal, subalternos de alto nivel, y posteriormente la oportunidad, como tal, de haber triunfado en una corrida de toros en la cuadrilla de un matador de toros venezolano, Rayito de Venezuela, que se hizo acompañar, en aquel 11 de mayo de 1977, de un gran taurino -a su vez mozo de espadas del maestro Curro Romero- Gonzalito, Gonzalo Sánchez Conde, Gonzalito, que al verme en banderillas y torear de capa, pues, me invitó a venir en España


LLEGADA A ESPAÑA


Y llegué a España en el año 78 con ese proyecto de ser matador de toros.

Luego las circunstancias fueron muchísimo más allá del simplemente ser matador de toros y la verdad es que estaría predestinado.

O sea, yo, ya con la experiencia que traía de Portugal como banderillero, inclusive ser parte de las cuadrillas de algunas figuras del toreo españolas que toreaban en Portugal, como el que fue posteriormente mi padrino de alternativa, el maestro Palomo Linares, el maestro Manzanares y el mismo maestro Capea en Campo Pequenho y Moita de Ribajeto, fue inolvidable.

Pero, en ese punto y aparte del año 78 y llegar a España, nos tenemos que situar en el tiempo: las fronteras estaban muy delimitadas a ambos países, no estábamos en la Comunidad Europea y aquello se resumía a una verdadera aventura. O sea, un joven -yo tenía entonces 19 para 20 años- que iba con ese propósito de poder llegar a ser matador de toros.


NOVILLERO EN ESPAÑA


Pero en las oportunidades que me fueron dadas como novillero. Se fueron sumando pronto. ya que eres un estoqueador muy seguro y sobre todo con las banderillas impresioné mucho a la gente y a los aficionados.

Y surgieron las oportunidades. Primero, en novilladas sin caballos (el debut fue en Haro, en Logroño, con novillos de Ángel Macua, corté cuatro orejas y un rabo) y, posteriormente, ya, como novillero con picadores, un año más tarde, en Gerona, con Josechu Pérez de Mendoza y Pepe Luis Vargas, y así pasé al cuadro superior, ya, de novillero, con picadores

Momentos inolvidables cumpliendo esos sueños, pero siempre difícil -porque yo siempre he visto, y lo sigo viendo, al mundo del toro como sumamente elitista, como sumamente selectivo, que solo algunos predestinados consigue llegar a lo más alto porque verdaderamente duro, difícil y que se conjugan cantidad de circunstancias-.

Yo no sé si destinadas a cada uno que sea capaz de demostrarlo, pero la verdad es que no ha sido fácil, pero ha sido sumamente gratificante.

La suerte fue, desde ese primer momento, relacionarme con grandes figuras del toreo y sobre todo con la influencia de un gran maestro querido y recordado, Francisco Rivera “Paquirri”, que me apadrinó, prácticamente desde el principio, y con el cual tuve la dicha y la felicidad de aprender y de proyectarme mucho más allá de lo común, o sea, de aquello que yo creía posible.

Y, la verdad es que ya dentro de los novilleros punteros de la época de los años 80 y 81, entonces contemporáneos míos como novilleros, estaba Pepe Luis Vázquez, “El Yiyo, que en paz descanse, Espartaco, Mario Triana, Pepín Jimenez… y tantos más, Pedro Castillo, que luego por las circunstancias, algunos, no llegaron más arriba. Pero la verdad es que fue una época extraordinaria e inolvidable y de torear mucho.



MATADOR DE TOROS


Llegó el momento de la alternativa, en septiembre del 81 en la Monumental de Barcelona, con ambientazo porque era resultado de que yo había sido triunfador como novillero con picadores en la Monumental ese año y el empresario, don Pedro Balañá, pues me dijo: “oye, si quieres, pues, te damos la alternativa, con mucho gusto, en La Monumental con un cartel de figuras del toreo”.

Y fue inolvidable, porque eso significó, también, digamos, la continuidad de la cadena de la historia de los toreros a pie, de los toreros, matador de toros, de Portugal, que se había quedado rota. Ese eslabón de conexión se había quedado rota con la muerte del maestro José Falcón por un toro de Hoyo de la Gitana en el año 74, y, desde ese entonces no había surgido ningún matador de toros más con trascendencia e importancia dentro del escalafón internacional de los matadores de toros.

Fue una dicha porque esa tarde me dio la alternativa dos matadores de toros a los cuales yo había servido como banderillero en su cuadrilla cuando torearon en Portugal, Palomo y Manzanares.

Fue un13 de septiembre del 81, una corrida de Carlos Núñez, y en la cual salí triunfador cortando 3 orejas. Luego, al final de temporada tuve la suerte de torear 5 corridas de toros y salir triunfador de Zaragoza, donde fui a sustituir al maestro Ruiz Miguel, que había sufrido una cornada grave, y cogí 3 sustituciones importantes como la corrida de Jaén.


FIEL A LA CASA BALAÑÁ Y TEODORO MATILLA


Luego, al año siguiente, me surgieron muchas ofertas para apoderarme, pero me mantuve fiel a la “Casa Balañá” que fue la que dirigió toda mi carrera profesional.

Per o sobre todo recordar un momento de transición en todos los sentidos: cultural, política, social, financiera, de una España y de una Portugal recién integradas en Europa… años de transición ( 80 y 90) que fueron extraordinarios. Las plazas se llenaban, se daban muchas corridas de toros, se retransmitían muchas corridas de toros, también, porque habían llegado las cadenas de televisión privadas y aquello fue de verdad un ambientazo, algo de verdad extraordinario.

Pues, llegué a torear, todavía, con mi maestro Paquirri, un par de corrida de toros que, además, en una de ellas, salimos a hombros en Granada, porque el maestro tenía la intención de hacer revivir el primer cartel de toreros, matadores de toros, banderilleros, que fue precisamente el cartel constituido por Paquirri, Ángel Teruel y Paco Alcalde. Lo que pasa es que duró muy poco, porque tanto Paco Alcalde como el maestro Ángel Teruel, sufrieron sendas cornadas, las cosas vinieron a menos, luego no se entendieron y quedó en el aire.


EL CARTEL DE MATADORES-BANDERILLEROS


Entonces el maestro Paquirri tenía la intención de revivir ese cartel de toros, obviamente, siendo él, el capitán general, digamos, de ese mismo cartel en compañía de otro gran matador de toros, mi compañero de siempre, Luis Francisco Esplá. Toreamos 3 corridas de toros juntos, pero luego pasó la tragedia de Pozoblanco y todo se quedó ahí.

Entretanto, llegó a España un joven matador de toros venezolano, Morenito de Maracay, y, el entonces gerente de la empresa Balañá, don Teodoro Matilla, y quiso rehacer- sin la presencia, obviamente, infelizmente del maestro Paquirri- revivir, ese cartel de banderilleros en que toreaba Esplá, Mendes y Morenito de Maracay.


Se  estaba haciendo, entonces era novillero,  Vicente Ruiz “El Soro”, que fue, a la postre, el que terminó por cuajar ese cartel de los matadores banderilleros que fue muy importante en esas dos décadas, prácticamente en los 80 y 90, estando en todas las grandes ferias, con mucho ambiente y que esos recuerdos son imborrables, porque yo tuve la dicha de haber triunfado prácticamente en las grandes ferias: Bilbao, Pamplona, salir a hombros de Salamanca, Madrid, Valencia, Castellón… también en Sevilla con dos tardes buenas e importantes y, en definitiva, pues con un nivel muy alto y con la afición muy pendiente de ese cartel


AMÉRICA (ECUADOR)


Hombre, hablar de América es extraordinario porque sí, se puede hablar de triunfos, prácticamente, en todas las plazas de la América torera. También, punto y aparte tienen que ver esa grandiosa feria de Iñaquito, que me trae recuerdos, ¡qué momentos, qué público, qué pasión, qué organización, qué hospitalidad, qué disfrute!, joder. Yo me quedo, sin adjetivos y no diciendo por decir. porque lo he vivido y recordar es vivir.


La verdad es que he pasado momentos en lo profesional en ese ruedo de Quito y en otros ruedos como Riobamba y Ambato o la última de las corridas de toros que he toreado en el esfuerzo también de mantener el ambiente taurino por arriba y vivo que hace mi querido y recordado compañero José Luis Cobos. Porque la verdad es que hace un esfuerzo tremendo por mantenerlo a nivel empresarial las corridas de toros bien vivo por ese Ecuador y la verdad es que en Latacunga fue un poco una aventura, pero fue una experiencia inolvidable.

Pero la verdad es que esas tardes de Iñaquito y  los festivales que tuvo la dicha de ser invitado a torear unos cuantos años, pues son inolvidables al lado de otras figuras del toreo y sobre todo disfrutar de algo que queda también en la memoria y en el corazón, que es la hospitalidad de la y el factor humano de lo que he sentido yo a mi alrededor siempre que toreé en Ecuador, así que ¿qué podría decir más?



O sea, que esas cuatro salidas a hombros, esas tardes inolvidables con corte de orejas y todas esas emociones, todas esas, esas vivencias radicales, pase la expresión y en el sentido de pasión que era y como sentía la afición quiteña la fiesta de los toros es inolvidable. Bien, pues no sé qué decir. Es más, yo sé, estoy pendiente también de lo que pasa en Ecuador, que está pasando un momento muy malo con todo esto de la pandemia, que esperemos que con fuerza descomunal pasará. 


Que nos toca sufrir ahora, pero las cosas pasan. Mandaros un abrazo a toda la afición y que espero tener, en breve, la oportunidad de poder visitaros y volver a disfrutar más de vuestro cariño, admiración y hospitalidad. Y también a ti, Gonzalo Ruiz, y para Carmen Toledo, un beso para los dos, un fuerte abrazo y todo de bueno para Ecuador y para toda la afición ecuatoriana. Un fuerte abrazo.

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