Dolores Aguirre volvía a Madrid con una corrida fuerte y a la vez desigual, con alguno por debajo del nivel de Madrid. Fue un encierro que sacó complicaciones y peligrosidad dentro de la mansedumbre. Los más potables fueron el segundo, flojito, y el quinto, aunque venido a menos. Los demás carecieron de fondo.
Fernando Robleño trenzaba uno de sus últimos paseíllos en su plaza y poco pudo hacer ante un lote demasiado deslucido. Se justificó con ambos pero aquello no cogía forma por la desrazada de los animales. Con su primero hubo una intentona por ambas manos, donde las series cogieron cierto tono, con vibración, pero una vez el animal echó la persiana, no pudo seguir la faena en aquel tono. En el cuarto escuchó pitos, incomprensibles. El Dolores sacó dureza y embestía como era, misión imposible ante los arreones del animal. Robleño se puso por ambos pitones.
Damián Castaño tuvo en su lote lo mejor. Su primero sacó buena nobleza, pero muy justito de poder. El trasteo no acabó de volar, Damián consiguió pasajes de buen trazo a derechas. Al quinto le podía haber cortado una oreja. Melocotón de capa y a la postre de mejores hechuras. Damián se puso manos a la obra por el derecho para cimentar un trasteo de buena nota a derechas. Hubo una tanda realmente maciza. Con el toro a menos- a partir del tercer muletazo se quedaba debajo- Damián consiguió en el cierre de faena cotal altas por trincherazos. La espada esfumó el premio.
Premio que podía haber cortado Juan de Castilla al duro tercero. Salió prendido y con cornada en la cresta iliaca nada mas ponerse a torear. Se le vino al cuerpo. Con la muleta hubo trazos buenos, de mano baja, llevando a regala dientes el genio del animal. Espadazo en lo alto. Se pidió la oreja con minoría tras quedar frío el ambiente porque el toro se levantaba. Con el sexto no hubo forma. Muy parado y manso.
Plaza de Toros de Las Ventas. Feria de San Isidro.Má de tres cuartos de entrada (19569). Toros de Dolores Aguirre, desigual de presentación de un conjunto fuerte y serio. Mansos en general y de poca entrega.
Fernando Robleño, silencio y pitos.
Damián Castaño, silencio y ovación.
Juan de Castilla, vuelta al ruedo y silencio.
PARTE MÉDICO JUAN DE CASTILLA Dos heridas por asta de toro. Una sobre cresta iliáca posterior con una trayectoria de 15 cm. hacia delante que rodea cresta iliáca y alcanza espina iliáca antero superior y otra trayectoria superficial de 5 cm. hacia línea media. Otra en pene con desgarro superficial. Es intervenido bajo anestesia local en la Enfermería de la plaza de toros. Pronóstico: Reservado que no le impide continuar la lidia. Fdo. Dr. Máximo García Padrós / Máximo García Leirado. |
EL VÍDEO RESUMEN DEL FESTEJO
LA CRÓNICA DE PLAZA 1
Juan de Castilla ha dado una vuelta al ruedo tras la lidia del tercero de Dolores Aguirre, que le hirió con una cornada de 15cm. en una muy fea voltereta. Damián Castaño saludó ovación en el quinto y Fernando Robleño fue silenciado en sus labores.
Juan de Castilla fue cogido muy feo cuando iniciaba de muleta al tercero. Volvió a la cara del toro y planteó el colombiano una faena de mucho arrojo y querer ante un Dolores Aguirre de áspera condición que no regaló nada. Una labor de mérito que llegó al tendido y tras estocada entera y petición no atendida, dio una vuelta al ruedo. Tras ser intervenido en la enfermería, el sexto no le ayudó nada.
Sin probaturas toreó de muleta Damián Castaño al quinto, el toro de mejor condición del encierro. Llegó al tendido en una serie cuajada con la diestra. Una labor, también, cargada de emoción con jaleados trincherazos y cambios de mano. La espada no entró al primer intento y saludó ovación. El segundo no le dio opciones.
No fue la tarde de Fernando Robleño ni tampoco se topó con un lote propicio para el triunfo. Tan solo ante el primero de la tarde pudo dejar algunos pasajes lucidos.
LA GALERÍA FOTOGRÁFICA
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