Uceda Leal: " Ha sido de las faenas más bonitas en Madrid, y además con la particularidad de un encaste nada fácil"

|

2025 05 18  AAR1813


" Ha sido de las faenas más bonitas en Madrid, y además con la particularidad de un encaste nada fácil"


" Cuanto más mayor voy siendo, me voy acordando de cosas que vi de pequeño y me van aflorando con mayor naturalidad"



Entrevista por Pedro Javier Cáceres 


Hay una gran unanimidad: la actuación en Madrid en el cuarto toro de la tarde de Ucede Leal, no por esperado, porque de este torero se espera siempre lo mejor, se superó así mismo. Dice el refrán que los viejos rockeros nunca mueren. Y es verdad. Los veteranos toreros tampoco.


Enhorabuena. Porque fue emocionante de verdad. De principio a fin. Ya con el capote.


Ha sido una faena de las bonitas en Madrid, además con la particularidad de que es un encaste nada fácil, aunque el toro tuvo cierta calidad. Pero siempre se le da un matiz y un color diferente a la faena al hacer el toreo con diferente tipo de encastes y ha tenido importancia por saberme acoplar a esta forma de embestir tan especial que tiene el toro de Santa Coloma.


¿ Lo viste desde el principio o costó trabajo verlo?


Lo vi a partir del primer puyazo, en el capote se defendió mucho y se quedó corto, no rompía para adelante. Pero cuando le dieron el primer puyazo, soltó la embestida. O sea, empezó el toro a coger ya más recorrido y suavizarse. Y ahí fue cuando me di cuenta de que el toro tenía posibilidades para hacer mi toreo.


Basado naturalmente en el toreo de siempre. El clasicismo, desde la apertura hasta el final.


Siempre he tenido en mi cabeza y corazón ese concepto del toreo, que me ha gustado, he visto y llenado. He tenido siempre esa tendencia a hacerlo, pero según va pasando el tiempo- obviamente con la afición y constancia voy perfeccionándolo- me voy acordando y cuanto más mayor voy siendo de cosas que vi de pequeño, me van aflorando con mayor naturalidad. Entonces, creo ese es el secreto, hacer el toreo que he visto siempre y sentirlo como mío, porque es el toreo que siento.


Desde el primer momento empezaste a notar a un público entregado.


En esta última etapa mía está Madrid muy receptiva conmigo y esperándome mucho. Y eso a los toreros nos empuja mucho, nos da mucha fuerza. Y sentirse comprendido por una afición muy importante para los toreros... y además yo me siento muy entendido, comprendido y enseguida noto que mi toreo llega enseguida.


Cuando montaste la espada, sabías que tenías la oreja en la mano.


Sí, claro. Había sido medida la faena, porque así lo requería el toro, no admitía las tandas largas, lo había administrado muy bien y percibía que el público había saboreado la faena con mucho gusto y obviamente el colofón fundamental a una faena así, y más en mi caso, tenía que ser la espada. Me tiré a matarlo como siento la suerte de matar y gracias a Dios le cogí el sitio y lo maté sin puntilla para rematar una obra que a mí personalmente me ha dejado muy contento.


También en tus declaraciones,  en el primer toro, que fue tremendamente deslucido, con las dificultades también de abrir plaza, dijiste que a ti te había servido mucho.


Más que servirme, había percibido que lo que tenía el toro se lo había sacado y había estado por encima del toro. Algunas veces este encaste viene muy dormido y parece que pasan sin interés. Y esos toros para el público se ven como bobalicones, pero es todo lo contrario. Vienen mirando con el rabillo del ojo por arriba todo. Entonces, te hacen pasar un mal rato, porque a pesar de no tener una vibración en su embestida, al torero le hace pasar muy mal rato porque vienen cazando. A esto le llamamos peligro sordo. Y creo que lo tapé bien y no se vieron del todo las dificultades, porque estuve firme dentro de una faena deslucida por la embestida tan sosa y tan desgastada que tenía.


Volviendo al cuarto, ¿ qué crees que faltó para las dos?


Aguantarme. El toro al tercer muletazo ya estaba con  la cara arriba. Tenía tres primeros muletazos con calidad, pero ya el cuarto o quinto no aguantaba. Yo creo que le medí bien los números de muletazos en las tandas para que se luciera. Si yo intento pegarle más muletazos en cada tanda, aquello se hubiera quedado muy desangelado y no hubiera podido hilvanar una faena. Yo creo que la administración fue fundamental para que el toro me aguantara la faena. Aunque también el toro tuvo temple, calidad y clase, pero faltándole ese plus para aguantar más muletazos.


La vuelta al ruedo apoteósica.


Fue muy bonita. Sentí mucho el calor y fervor del público. Muchas veces toreando uno está sintiendo los olés, pero hasta que no pasa un rato y ves a la gente cómo va respondiendo, te vas dando cuenta de la magnitud que has hecho. Aunque te has sentido a gusto, pero nunca sabes muy bien cómo has sido recibido. Pero en la vuelta me di cuenta de que había sido una oreja de ley.


Por cierto, una vez más, el vestido era precioso.


Es una obra de Justo Algaba, que es el sastre y amigo. Está inspirado en un vestido de Lagartijo. La verdad, es una obra de arte. El vestido es una maravilla. Yo siempre que vengo a Madrid, aunque toree poco, y también en una ocasión como San Isidro, se merece Las Ventas estrenar un vestido. La verdad, tengo esa costumbre que es un poquito cara, pero me llena de alegría, grandeza y me gusta que la gente me espere también por ver cómo voy vestido.


¿ Ha sonado el teléfono? ¿ O solo para felicitarte?


Solo para felicitarme, a estas alturas de mi carrera lo que tenga que venir en contratos, vendrá. Y lo que no tenga que venir por este camino, no vendrá. Quiero decir con esto que estoy curado de espanto. Lógicamente, toreo para torear más y seguir en el toreo. Pero tengo la suficiente madurez para asimilar tanto los triunfos como cuando no hay triunfos. Y saber el momento en que estoy en el toreo, quien soy y quienes son los demás. Entonces, lo demás vendrá. Y si no tiene que venir, no vendrá. Pero hay que tener paciencia y esperar.


Pese a no torear mucho, el invierno ha sido de sacrificio y estar tremendamente preparado, sabiendo que solamente tenías Madrid por delante.



Pues sí, es una reválida todos los años tener que venir a Madrid a jugárselo todo a una carta. Se pasan unos meses previos sabiendo que te juegas todo y obviamente no es un esfuerzo, porque, para mí, mi profesión es una maravilla, es una bendición y hago lo que quiero y con la edad que tengo, que estoy fuerte y preparado. Y como estoy con esta ilusión, tengo que hacer un plus de sacrificio. Pero ya te digo que cualquier sacrificio merece la pena con tal de vivir una tarde como la de Madrid.


Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.