" La gente es consciente que está viendo algo por última vez que le transmite"
"Llegué a ese punto en el que llegas a ser “mortal” y dejas de ser el torero"
Entrevista por Pedro Javier Cáceres
Felizmente para la tauromaquia. A primeros de temporada, Enrique Ponce decidió reaparecer en una temporada corta pero intensa, que también será de despedida. Se lo debía la afición, se lo debía la tauromaquia, sus compañeros, los ganaderos… Y así va recogiendo los frutos hasta el momento, desde su reaparición en Nimes pasando por Granada, Alicante, Istres, Algeciras, Burgos… En total son 11 orejas, cuatro puertas grandes y un toro indultado.
Bueno, decíamos ayer, como decía Fray Luis de León.
Así ha sido, porque después de cuatro años sin vestirme de luces, siempre tiene uno esas dudas de cómo te vas a encontrar y estar. Por muchas corridas que hayas toreado anteriormente y la actividad que he tenido siempre. Es como volver a empezar y me he encontrado muy bien. Y la sensación que tengo es como si no hubiera parado, que es difícil de encontrarme tan rápido.
Hace cuatro años, por estas fechas más o menos, en vísperas de ir a Burgos, decidiste parar, ¿por qué fue la decisión?
Así lo sentía y no hubo ningún motivo especial. En León corté dos orejas a un toro, me encontré muy bien, estuve a gusto y no sé, decidí que era mi última tarde. Quizás necesitaba parar o vivir cosas que no había vivido antes, por estar toreando. Es lo único que he hecho desde los 14 años, aunque empecé mucho antes, pero no así tan intensamente. Pensé en dejar de torear, corté la temporada e incluso nunca pensé que iba a volver en ese momento, la verdad. Lo digo en serio. En el primer momento, dije: quiero parar y veremos qué pasa. De hecho, el comunicado que se mandó era en ese sentido, que dejaba indefinidamente de torear. Pero, con el tiempo, me fui convenciendo que no iba a volver a torear y cuatro años después, estamos haciendo esta despedida… No lo tenía yo claro. Sí tenía claro que no iba a volver, porque desconecté absolutamente de todo. Llegué a ese punto en el que llegas a ser “mortal” y dejas de ser el torero.
Se desconectó de todo.
Incluso cuando veía una cabeza de un toro colgada en casa, me preguntaba si yo había sido capaz de matar ese toro, de Bilbao, por ejemplo. La verdad, no pensaba en volver. Estaba muy tranquilo, estaba feliz porque me fui con la felicidad de haber conseguido todo lo que me podía proponer o soñar, incluso llegar a torear. Como siempre pensé y soñé torear. Y no me fui con ninguna espinita. Entonces, no sentía que tenía que volver. Mi historia estaba hecha y escrita.
El público le ha recibido con cariño, homenajes, parabienes para un figurón de épocas… ¿pero, tenías algún tipo de prevención por cómo te podían recibir o esperabas este recibimiento?
Sí, me lo esperaba. Porque he vuelto por ellos, estoy haciendo esta despedida por la afición, esencialmente. Yo tenía mi historia escrita y tenía no tenía ninguna espinita de nada, todo lo contrario, estaba absolutamente realizado delante de la cara del toro. Yo he vuelto porque he sentido en la afición los deseos de volver a verme una última vez y así me lo transmitían allá donde iba. Me decían: “hombre, maestro, no se puede ir así…” Me lo decían con muchísimo respeto y cariño. Eso es lo que me motivó a volver. La gente que me rodea me decía que no me podía ir así… la gente quiere verte una última vez y tú trayectoria lo merece.
Con el máximo de respeto y cariño.
Soy un torero que siempre ha dado todo en la plaza y tengo un historial importante. Y me esperaba que reaccionase como lo está haciendo. Pero bueno, una cosa es lo que te esperes y otra lo que vivas y sientas. Estoy más que agradecido por cómo en estas primeras corridas me han recibido, con qué cariño en las despedidas, las dos vueltas al ruedo que siempre estoy dando… Te han despedido como un acontecimiento, y eso es muy bonito. Pese a todas mis dudas que yo tenía en volver o no volver, estoy realmente contento y satisfecho de haber tomado esta decisión. Aunque, en algunos momentos, cuando me visto de torero pienso ¿ en qué lio me he metido yo, con lo tranquilo que estaba? Luego tiene su recompensa y lo estoy disfrutando porque están siendo tardes muy bonitas. Me estoy encontrando muy bien y a gusto, y toreando como siempre he soñado, aunque mi historia está escrita.
Está habiendo faenas muy importantes…
Algunas de ellas, de las tres o cuatro mejores de mi vida.
Dime cuáles, de estas corridas.
Al toro indultado en Istres. Aunque la faena del primero fue muy buena. En todos los sitios he dejado, sobre todo en Granada y en Alicante al segundo toro y en Algeciras me quedaría con las dos, de torear despacio, y me llenaron mucho. Y en Burgos no tuve suerte, porque se vinieron abajo, por mucho que quisiera no era posible.
Empezaste en Nimes.
Fue precioso el recibimiento y es de las tardes que tengo en mente. Sin tener suerte en lo artístico, pero sí en lo emocional. La tarde de Nimes fue especial. El coliseo me despidió sin tener suerte. El primero se paró mucho y el segundo fue complicadito. Le pude arrancar una oreja muy importante porque no fue de triunfo, pero me encontré muy bien. Fue una tarde muy especial porque era la primera que toreaba con todas las dudas y la incertidumbre de cómo me iba a encontrar. La tengo grabada a fuego en mi corazón. En todas ha habido detalles, pinceladas, cositas y faenas para el recuerdo y está siendo emotiva en todo su conjunto. Creo que la gente es consciente que está viendo algo por última vez que le transmite y estoy toreando para mí y para todos esos aficionados que me quieren y sienten el toreo, de alguna manera, como yo lo siento.
Hablar de evolución en un torero que es la perfección y la elegancia es un sarcasmo, pero, ¿internamente la ha habido?
Sí, y ha habido evolución. Es que ha habido una evolución yo creo, lo digo sinceramente. Me fui en un momento extraordinario, lo veía clarísimo, estaba a gusto delante del toro, no sufría, disfrutaba, cuajando toros extraordinariamente bien… Lo digo porque hay veces que uno siente que no torea como quiere. No sé si me explico…
Le entiendo perfectamente.
Incluso hay toreros que se van de esto sin llegar a torear como ellos han sentido el toreo. No han llegado a culminar. Eso no es fácil. Porque una cosa es lo que tú quieres y otra lo que tú sientes o te expreses. Y a lo mejor lo que tú quieres no logras expresarlo. En el toreo eso es así, y yo estaba sintiendo que estaba toreando como yo quería torear. E incluso me gustaba, que tampoco es algo que te ocurría siempre. Yo había veces que me veía y siempre me decía cosas… Y yo estaba buscando algo más. Yo logré conseguir eso, torear como si yo fuera otro torero y lo estuviera viendo. Y ver que lo que veo me gusta.
No es fácil conseguir eso.
Yo siempre he sido muy crítico conmigo. Llegué a torear como quería. Pero, en estas últimas corridas hemos subido un peldaño, como una pequeña evolución en mis formas y poso, que a lo mejor es algo que también que te da ese remate del tiempo o esa forma de sentir por tus vivencias. No sé, ahí hay algo que me lo dicen y yo lo siento así. Me están diciendo que hay un algo especial en estas últimas faenas que he cuajado, por la forma de estar delante del toro, en unas formas de citar, de acompañar, de sentir y que van un poco más allá de lo normal.
Sales a brindis mínimo de uno o dos compañeros cada tarde, sobre todo de los toreros más jóvenes, con una admiración tremenda, en síntesis, ¿qué te dicen?
Es una de las cosas que siempre me ha preocupado alcanzar en la vida. Que es poder llegar a ser un referente, una fuente, un espejo… Y era mi máxima meta. Llegar a ser torero de toreros. Ya no solo los compañeros sino las propias cuadrillas por su trato… Es muy emotivo. Porque siento el mismo respeto hacia todo el que se pone delante de un toro. Entonces, es lo más difícil que un torero puede llegar a conseguir. Y sí, me están brindando en estas corridas torerazos con una calidad…por los que siento admiración y mucho respeto. Que te hablen de esa manera y en los brindis te agradezcan que haya sido un torero donde ellos se han fijado y te den las gracias por todo lo que he hecho como torero y persona... Sobre todo, que lo digan con el corazón. Porque rivalizas con ellos y con otros toreros de otras épocas… Es lo más bonito que estoy viviendo de esta etapa.
¿Cuántas tardes quedan por delante?
Unas 20, más o menos. Es verdad que ahora se han hecho un par de corridas más. Por ejemplo, Marbella, en un principio no estaba en los planes. Pero, la insistencia y la amistad de los nuevos empresarios, que además son grandes amigos como son El Litri, Fermín, Iván Bórquez, El Tato, Cutiño… están metidos con mucha ilusión. Me hablaron y querían hacer una corrida especial, que es la de Las Candelas, la hacen de noche con velas. Y me hace mucha ilusión recuperar una plaza tan de verano y por tratar de recuperar plazas, porque están intentando recuperarla y he sentido que tenía que ir. Además, de Zaragoza, que en un principio tampoco estaba en los planes por la fecha. Yo tenía muchas ganas de ir y lo van a hacer el fin de semana anterior al Pilar, van a hacer dos fines de semana. Hablé con Carlos Zúñiga, que tenía mucho interés. Como me voy a despedir en Valencia el día 9, pues no entraba Zaragoza. Entonces, al adelantarlo al cinco o seis, se puede hacer.
Otra que no entra por fecha es Jaén.
Sí, por la fecha. Y a Linares tampoco voy. Y quería hacer una despedida en Jaén y es en Úbeda. Serán unas 20 corridas más o menos.
Sobre todo, Bilbao y Madrid.
Han sido muy mías, he triunfado muchísimo. Madrid, desde que me presenté de novillero, ha tenido una trascendencia en mi vida tremenda. He salido a hombros cuatro veces y más que podían haber sido. Podría haber llegado a salir 8/10 veces por la puerta grande. Me ha dado mucho lógicamente y se me ha exigido. Ha habido etapas donde he sentido esa dureza de la afición de Madrid, pero siempre me ha respetado. Y los últimos años, sobre todo, mucho. No tenía más remedio que despedirme de Madrid, no hubiera estado bien, no estar en Madrid.
Y Bilbao.
Todo el mundo lo sabe. Desde el primer día… las tantas tardes de triunfo, las tardes que he toreado… y el respeto de la afición conmigo de siempre. Estaba claro que tenía que ir. Son dos plazas que pesan, lógicamente. Pero, no hubiera tenido mucho sentido todo esto si no me presento en esas plazas.
Te echan en falta Sevilla.
Fíjate, las dos primeras plazas que hice fue Valencia y Madrid. Ha coincidido con Madrid, se cerró para el 28 de septiembre en la Feria de Otoño. San Miguel coincide justo el día de antes o el día después. Sinceramente, no podía torear el día de antes en Sevilla y al día siguiente en Madrid o viceversa. Porque a Madrid le quiero dar la importancia que tiene esa despedida. Mira, te cuento esta anécdota para que veas que no es Sevilla. Por ejemplo, en Úbeda querían que fuera esa fecha también y lo hemos dejado para el cuatro de octubre más o menos. Y me dijeron: “ Úbeda no es Sevilla”. Ya, pero da igual. En mi despedida de Madrid, tiene que haber un margen de días. Para que la gente se desplace y tenga la importancia que tiene Madrid. No podía torear el día de antes o después.
El día 9 es la despedida en Valencia. Quizá falta despedirse en La México…
Debería, por mi historia en México. He sido un torero de México, un torero queridísimo. He tenido el privilegio de serlo, cuando muy pocos toreros españoles pueden decir eso. Hay conversaciones, se está hablando y ellos tienen interés. Pero, no hay nada cerrado todavía. Pero debería hacerlo. No tenemos nada hecho y no sé qué pasará. Tendremos que hablar y ver las cosas. Pero mi corazón me late que debería de despedirme en México.
Esto es una opinión muy personal mía. ¿ Dejas tu legado y heredero, David Galván?
Tiene unas condiciones innatas para ser una gran figura del toreo, eso no cabe duda. Y está en la línea que nosotros sentimos. Y lo mismo que yo me miré en otros espejos, en otras fuentes bebí. David lleva esa línea. Tiene todo para poder llegar a ser una gran figura, está en el camino. Nosotros le estamos ayudando, de hecho, lo apodera Juan. Yo tengo puestas en él muchas esperanzas. Creo que va a ser una gran figura, porque lo tiene todo. Pero. ya sabes cómo es, Pedro, el mundo del toro y lo que pase en la vida. Y tiene valor, calidad en su toreo, en sus formas. Torea muy bonito. Lo siente y vive para el toro absolutamente. Además, conecta con la gente, ese carisma que necesario para esto.
Escribe tu comentario