672 kilos para deslumbrar y reventar Madrid

Cuando la tarde se iba por el sumidero, una vez más por el escaso juego de los toros, salió un Juampedro de 672 kilos, todo un camión, de nombre Rebeco, para levantar la tarde y la feria. Lo que tenía de hondo lo sacó de una clase excelente, por ambos pitones. Dicho toro le sorteó Talavante, que dejó la mejor faena desde su reaparición, para rememorar por momentos en su deshuesada muñeca tiempos lejanos en el prólogo, una ronda desde la verticalidad y el pulso, de excelente dibujo. Después pasó el trasteo entre idas y venidas hasta que lo abrochó por la mano derecha rematada con una arrucina y un cambio de mano. El final por abajo, genuflexo, alzó la faena a la categoría que debería de haber tenido, como la clase de Rebeco. Estocada baja y oreja. Se fue con la otra al desarrolladero entre la ovación cerrada.  En su segundo le sopló un buen recibo a pies juntos, jugando los brazos hasta rematarlo con una media de buen dibujo. El Juampedro tuco movilidad, pero sin entrega, pegando un tornillazo. El trasteo pasó por los enganchones por ambas manos, difícil de pulir el derrote. 

Pablo Aguado dejó lo más caro con el capote en el sexto, un ramillete de verónicas con el peso de lo sutil, echando los vuelos del percal con mimo, condición que pedía el colorao, de buenos embroques. Nadie se enteró de dicho recibo. Pasado el fielato del caballo llegó a la muleta desfondado. En el tercero Aguado dejó dos medias de cartel y un quite por verónicas jugosas. El toro tuvo la virtud de la movilidad, pero sin entrega y finales. Saliendo suelto de la suerte. Dejando Aguado un inicio caro de trincherazos y pases del desdén. 

El momento de Morante lo dejó patente. En el primero tiró por la calle del medio ante la genuina y desclasada embestida. Entre medias de ambos toros, esculpió un quite por verónicas de buenos embroques pero saliendo torpeadas en los finales. En el cuarto se apretó un poquito más ante lo sosita embestida, todo pasó sin alma, como la que le faltó al toro y al diestro.

Plaza de Toros de Las Ventas. Feria de San Isidro. Lleno de no hay localidades. Toros de Juan Pedro Domecq, bien presentados, de mucho volumen. 1°; con genio 2°; desclasado 3°; sin finales 4°; excelente 5º; deslucido 6º.

Morante de la Puebla, pitos y silencio.

Alejandro Talavante, silencio y oreja.

Pablo Aguado, silencio tras aviso y silencio.

EL VÍDEO RESUMEN

LA GALERÍA FOTOGRÁFICA DE ALFREDO ARÉVALO