Manuel Escribano: " De camino a toriles ​quería llorar, iba totalmente emocionado"

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" De camino a toriles quería llorar, iba totalmente emocionado"


" Muchos compañeros y matadores del toreo retirados me han transmitido que no lo habían vivido nunca en una plaza"


Entrevista por Pedro Javier Cáceres 


Hace algunos años que el Hotel Vincci da premios a los triunfadores de la Feria de Abril de Sevilla. Por encima de los grandes triunfadores surge el nombre de Manuel Escribano. Realmente extraordinario, heroico el día de los Victorino, y no menos con la corrida de Miura.


¿Cómo estás de las costillas y la herida?


Estoy bien, gracias a Dios. He golpeado, como dicen los americanos, estoy todo el día tirado panza arriba, de reposo. Ayer parecía que no se me notaba ni tenía nada. Pero eso pasa factura. Yo no intento que mis carencias se vean, pero al final lo pagas un poquito. Eres consecuente y ahora un par de días de descanso para recuperar y otra vez leña al mono que esto sigue.


Ha sido una feria de emociones, no había visto nunca que tocaran la música, cuando fuiste a porta gayola.


El toreo debe ser emociones de una forma u otra y es lo importante, el público paga un dinero para sentir esa emoción que solamente se vive en el toreo. Fue mágico el paseo del burladero de matadores hasta la puerta. Es la primera vez que pasa, y por eso le brindé el toro el domingo al maestro Tejera. Eso es algo único, me hizo emocionarme yendo a la puerta y tenía la piel de gallina. Quería llorar, iba totalmente emocionado e imagínate la gente… Son muchos los toreros, figuras y figuras retiradas que me han transmitido que eso no lo habían vivido nunca en una plaza y no habían llorado con otro torero, y estaban allí con dos lagrimones. Me hace sentirme orgulloso. Y es de las cosas tan bonitas que te da el toreo, son adversidades duras y hay que afrontarlas. Cuando eres capaz de afrontarlas, nace y surge esa magia que a todos nos enamora y hace seguir con esta pasión.


Y luego se culmina la tarde con dos orejas.


Son dos orejas arrancadas a ley. Independientemente de lo que habíamos vivido anteriormente… el toro de Victorino iba a vender cara sus orejas y no te lo iba a poner fácil. Fue un toro muy pesón. Me olvidé de todo y merece la pena lo que entregues al toreo. Son dos orejas que me voy a llevar para mi vida, me puede morir a gusto ya y cuando me abracé a ellas, sentí la emoción de todo el mundo que estaba allí.


Luego matas la de Miura, que recoges una gran ovación.


Pasé un momento igual. Se me erizó la piel cuando salí al ruedo y vi la plaza llena… es lo más grande que puede tener un torero: que la gente viene a verte.  No tiene precio, es una recompensa a la semana que he pasado. Con mucho dolor, haciendo esfuerzos con el fisio... Sinceramente, tenía todas las excusas para poderme quitar del medio, porque sabemos que Miura es dura. Pero a mí mismo no me lo perdonaría. Sevilla se merece mucho más. Si uno puede tirar hacia adelante cueste lo que cueste, tienes una plaza entregada y uno se debe a todo aquel que paga un dinero para verte e intentar ilusionarse con tú toreo.


Con una corrida durita.


No lo puso fácil. Mi primer toro no humilló nada, le hubiese cortado un orejón. Me encantó la faena que le hice y planteé al toro por distancias y alturas. Pero ese pedazo de toro… con la espada no me humilló nada, lo quise matar puro y no me dejó pasar. Independiente de los trofeos, la tarde discurrió divertida. Se hizo corta la corrida de toros y sin dar opciones tuvo interés toda la tarde. Y tengo elogios para David, que es maestro mío, porque demostró porqué lleva tanto tiempo ahí… Me dijo unas palabras de corazón… Se fue a chiqueros, banderilleamos juntos… Y Esaú igual, era su tarde porque lo necesitaba. Era una tarde de rivalidad.


Le acompañó el Chimy Ávila en la primera tarde.


Es muy amigo mío, es un gran tío y un loco del toro. Fiel seguidor mío e intenta transmitir y vivir lo que son las emociones del toro para llevarlo a cabo en su carrera. Y no tiene tapujo ninguno, necesitamos tener esta gente que da la cara. Y es  como tiene que ser. Yo soy palangana, pero también de los equipos donde están mis amigos porque quiero lo mejor para ellos.


Empezaste siendo Manolito, luego Manuel y ahora Don Manuel Escribano. Ha sido una evolución nada fácil… con cornadas y también en los despachos.



Duele mucho más la cornada de los despachos. Lo que te haga el toro no le guardas ningún rencor porque se lo estás entregando. Cuando tiras la moneda, puede caer cara o cruz, y siempre que venga del toro va a ser bien allegada. El toro es leal y sabes cuando te la estás jugando. Muy pocas veces te la juega un toro. Pero los despachos crees que sí. Duelen más, y cuando uno viene desde tan abajo, es para algo.  Todo trabajo es para verlo rentabilizado en lo que has ganado delante del toro. Cuando crees que no estás en el sitio que mereces, te toca mucho los cojones. 

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