​Jarocho: " En San Agustín del Guadalix me emocioné toreando; fueron sensaciones que no había vivido antes"

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" En San Agustín del Guadalix me emocioné toreando; fueron sensaciones que no había vivido antes"


" No me pesó torear en Valencia, no todos los días estás en plazas y enferias así"


Entrevista por Alejandro Martín Carabias


Hablamos con uno de los novilleros que han puntuado este fin de semana. No es otro que Jarocho, que cortó una oreja en Valencia y se quedó al fielato de esa puerta grande de la calle Xàtiva. Y el domingo salió en San Agustín del Guadalix cortando dos orejas.


¿Qué hace tras un fin de semana así?


Pues acabo de llegar a casa que estaba entrenando y voy a comer un poquito y luego a volver a entrenar por la tarde.


No se da un respiro a pesar del triunfo.


No, es la única manera de que sigan saliendo las cosas:trabajando día a día y perfeccionar todo. Seguir corrigiendo matices y el próximo día se vea una evolución.


En estas dos tardes se ha dejado el sello del concepto que apunta.


Son muy positivas, Valencia era la primera novillada y la presentación con picadores en una plaza de primera. Pues sí, se vio el concepto del toreo que tengo y las ganas e ilusión de querer ser algo en este mundo. Y la tarde en San Agustín fue algo muy bonito, el segundo novillo lo toreé como siento y entreno día a día. Y merece la pena todo por momentos así.


¿Le pesó Valencia un poco?


No, desde que llegué intenté disfrutar al máximo. Son tardes de mucha importancia, no se torea todos los días en plazas así ni en ferias así. Por lo tanto, quise disfrutar al máximo desde que llegué y en ningún momento me pesó, a pesar de la relevancia de la tarde.


¿Cómo lo vivió ahí abajo el primer novillo, viendo que era de triunfo?


Fue un gran novillo, exigente porque había que hacerle todo muy perfecto. Cuando te salen así, no es fácil estar a la altura. Poco a poco le fui haciendo las cosas bien y pude estar a la altura del novillo.


En el segundo novillo se notó la exigencia de una plaza de primera en el palco presidencial.


Ese novillo ya fue diferente. Era mansito, pero noble. Quería que el planteamiento de la faena fuera de las tablas, fui intentando imprimir mucha pureza en cada cosa que hacía. Tuvo mucho eco en la plaza y la gente supo valorar el esfuerzo. Y no se me concedió la oreja porque tardó bastante en caer, aunque la gente pidió la oreja con mucha fuerza, no me la dieron. Me fui con un sabor de boca muy bueno y la sensación de haberme entregado.


En San Agustín del Guadalix, se vieron momentos realmente buenos.


Ceo que serán de las mejores faenas de mi carrera. Es de las faenas que más me he emocionado, desde que lo paré con el capote hasta que lo maté, disfruté muchísimo. Te olvidas de todo y te dejas llevar por lo que sientes en cada momento. Fue un gran novillo de la ganadería de Hermanos Sandoval que me permitió poder disfrutarlo muchísimo hasta el punto de emocionarme toreando. Son sensaciones muy bonitas que no había vivido en ocasiones anteriores.


Le servirá para estar en la siguiente ronda.


Espero que sí, hasta el miércoles o jueves no lo dicen, pero espero ser el semifinalista. No es una decisión mía, y por lo tanto solo toca esperar.


¿Cuál es la próxima?


Ahora toreo en Villoria el 7 de abril y luego ya vendrá Madrid.


¿Qué se le viene a la cabeza cuando piensa en Madrid?


Muchas cosas, hay que intentar disfrutar, aunque no lo sea hay que tomárselo como una tarde más y sobre todo disfrutarlo al máximo. Cuando uno disfruta eso se transmite y el público disfruta.


Cada muletazo entrenando se imagina Madrid rugiendo…



Ese olé que tiene Madrid es especial. Ojalá que pueda escuchar unos cuantos, sería algo muy bonito. Cada día que entreno me lo imagino.

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