Vanesa Fernández:" Hacer el paseíllo detrás de los matadores, pisar el albero es algo increíble y difícil de explicar, un sentimiento,un ritual distinto y que no todo el mundo lo puede vivir"

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Vanesa Fernández:" Hacer el paseillo detrás de los matadores, pisar el albero es algo increíble y difícil de explicar,un sentimiento,un ritual distinto y que no todo el mundo lo puede vivir"


 Después de 20 años he podido cambiar de categoría y acceder a este puesto que me ilusiona.


Fue muy emocionante el 2 de mayo cuando por primera vez me extrenaba de arenera y además en la Goyesca,vestida de traje Goyesco.


Hice el paseillo y tenía como un gusanillo en el estómago.Te parece que todo el mundo te mira,después de varias tardes te das cuenta que no te miran como piensas si no que es más normal de lo que piensas



LA ENTEVISTA COMPLETA POR ROSI FERNÁNDEZ


Los tiempos han cambiado y la mujer se hace ver y notar en todos los aspectos y  la tauromaquia no es para menos. Por primera vez en Las Ventas, la primera mujer arenera, entrevistamos a  Vanesa Fernández Martín.


Lo primero, felicidades, es algo que desde años querías conseguir y por fin eres la arenera de Las Ventas.


Sí, muchísimas gracias. Son 20 años de antigüedad en la plaza y por fin llego. Llego la temporada en la que he podido cambiar la categoría y acceder a este puesto.


¿Cómo lo pensaste porque comenzaste un poco por casualidad a trabajar en Las Ventas  en el bar, después en los tendidos de acomodadora y ahora  en el ruedo?


Pues empecé vendiendo bocadillos en la Feria de San Isidro y 2 años más tarde me propusieron entrar a formar parte de la plantilla de trabajadores. Estuve dos años de suplente y luego ya comencé como acomodadora dentro de la plantilla de  trabajadores fijos. Ahí estuve unos poquitos de años hasta que pude bajar al callejón y ser recibidora de barreras. Ahí estuve, creo recordar, unos 12 años, pero lo que yo quería era estar abajo y vivir la  lidia lo más cerca posible del Toro. Y por fin lo conseguí.


¿Y tenías claro que querías ser arenera o también aunque no pertenece a la plaza te hubiese gustado ser  mono sabio, por ejemplo?


En nuestra plantilla  tiene distintos trabajos dentro del callejón, y uno de ellos era ser arenero o carpintero. Pero siempre gustó más, me llamo más la atención arenera.

Monosabio nunca me lo he llegado a plantear.


¿No hay ningún vínculo familiar taurino en tu familia, cómo empezó tu afición a los toros?


Pues es extraño, soy de las pocas personas que no tienen ningún vínculo familiar. Las primeras mujeres que entraron en  la plaza de toros en 2001, que fue el primer año que entraron las suplentes, fueron hijas, hermanas o mujeres de compañeros que estaban dentro. Yo entré en la segunda tanda, en el 2002, pero no tengo nada que ver con  ningún vínculo familiar. O sea, yo ya estaba allí vendiendo bocadillos, como te he comentado antes, y uno de los trabajadores me dijo que me saldría más rentable trabajar con ellos que solo trabajar la Feria de San Isidro. Y me pareció  buena idea porque ya le había cogido el gusto, la afición, ese gusanillo de  comienzo de feria y cuando  termina parece que te falta tiempo, después de estar tantísimas tardes viendo corridas.


La primera mujer en la historia de Las Ventas en ser arenera. ¿Cómo fue ese día que te estrenaste en esa labor, el 2 de mayo de este año en la Goyesca?


Pues fue muy emocionante, porque además ni siquiera me estrenaba con el uniforme normal, sino que vamos vestidos  con trajes goyescos y era algo especial. Era el primer paseíllo y tenía como un gusanillo en el estómago de hacerlo y de que todo saliera bien. No es algo que se practica ni muchísimo menos. Sales al ruedo y lo haces por primera vez e igual que cuando te toca salir cuando ya ha muerto el toro y sales con el rastrillo. Ya me habían dicho mis compañeros que te da la sensación de  que todo el mundo te está mirando. Es un momento en el que crees que todo el mundo está pendiente de ti porque eres la persona que está en el en el ruedo en ese momento, pero tras pasar más tardes  te das cuenta que es algo normal,  que la gente está en lo suyo. Pero fue algo muy muy especial,  tampoco estaba especialmente nerviosa porque al llevar 20 años en la plaza prácticamente es como si estuvieras en casa. No estás haciendo algo fuera, pero sí que estás ahí, en el centro  de todas las miradas.


Y el pisar el albero. ¿Esa sensación es increíble?


Es algo que es muy difícil de describir porque realmente sí lo he pisado más veces, pero sin público. Pero el hacer ese paseíllo detrás de los matadores y ese ritual, es algo totalmente distinto,  ese saludo al presidente y el irte hacia el burladero es algo que no todo el mundo puede hacer, y yo estoy muy agradecida por haber podido llegar hasta  ahí y hacerlo porque además soy la única mujer que lo hace, aunque seamos tres compañeras trabajando en  el callejón, la que hace el paseíllo  realmente la única soy yo.


¿Y qué te dijeron tus compañeros o gente de tu entorno?


Pues yo no pensaba que iba a ser algo tan, tan mediático ¿no? pero cuando se fueron enterando, pues todo el mundo me ha felicitado. Hay muchísima gente que me escribe y me dice te vemos todos los días por la tele y nos hace mucha ilusión. Yo pensaba  que la ilusión era mía sola,  el estar ahí y el hacer eso... Pero te das cuenta que muchísima de la gente que te rodea le hace la misma ilusión que a ti. El verme ahí todas las tardes.


Esperas quedarte con ese puesto que te ha costado conseguir en Las Ventas y poder jubilarte ahí?


Sí, espero. Yo creo que sí. No tengo ningún interés de volver a cambiar de  puesto y me gustaría mantenerme en el mismo y disfrutar cada tarde porque la visión desde el callejón es muy distinta,¿ no?


Bonito, el pisar el albero, el trabajar en la plaza más importante del mundo, aunque también son muchos días. ¿Debe ser duro y cansado a la vez?


Sí, sobre todo si tienes otro trabajo por la mañana. Yo recuerdo que cuando empecé,  también eran 20 años menos y me daba tiempo perfectamente a ir a la universidad, a estudiar, a ir a Las Ventas por la tarde y no había ese cansancio físico, ¿no? Quizás pasan los años y si se nota, si se nota  el trabajar, el cumplir otra jornada laboral y salir corriendo para llegar a tiempo a Las Ventas. Se nota el cansancio, son muchas corridas, este año han sido 31 seguidas, aunque si bien es cierto que hemos tenido años que han sido más, hemos llegado a superar una semana más de feria. Pero como te digo, no notaba quizás ese cansancio, quizá por  la juventud, pero ya empiezan  a notarse.


Lo compaginas con tu trabajo de profesora, todos dicen que al final son muchos días, aunque es muy bonito y que es duro ¿realmente compensa Vanessa?


Sí, sí, sí, claro que compensa. Si no, no lo haríamos. El hacer algo que te gusta es lo que te ayuda a  poder sacar las ganas de hacerlo. Si fueras a disgusto a un trabajo obviamente no te esforzaras y no y no lo conseguirías. Te cansarías rápido y dirías pues  no voy, que pongan a otro, que contraten a otro. Pero esas ganas de estar ahí, aunque acabes derrotado al final de la noche cada día  compensa.


Y para terminar, Vanessa, ¿qué te da el toro y Las Ventas?


Pues te da un gusanillo que lo vives de otra manera, como te decía antes estás como en casa porque llevas ahí media vida. El mundo del toro es muy bonito, es muy especial el poder tener la oportunidad de vivirlo, de escuchar al toro. La primera vez  que estuve en el callejón y pude  oír respirar a un toro de semejante peso a un metro y medio de ti… Es una sensación… Una adrenalina muy fuerte, muy grande. Yo estoy orgullosa de estar ahí. Y cuando comentas con alguien que no te conoce es que trabajo Las Ventas lo dices con orgullo, satisfacción de haber llegado hasta ahí. De haber conseguido pasar por muchos retos mucho esfuerzo, ferias superadas, son 20  temporadas seguidas sin faltar una sola y  simplemente el  poder disfrutarlo. Cuánta gente le gustaría estar ahí y  no tiene la oportunidad de disfrutarlo tal y como nosotros podemos hacerlo.


Muchísimas gracias por atendernos esta noche en La Divisa y que sigas disfrutando y sigamos disfrutando de una manera u otra de la tauromaquia.



Muchísimas gracias a vosotros. Un saludo.



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