Fernando Lozano: “Tenía ya pensado volver a España, pero cuando me habló Álvaro para apoderarle fue una grata sorpresa que me ilusionó aún más”

Fernando Lozano: “Tenía ya pensado volver a España, pero cuando me habló Álvaro para apoderarle fue una grata sorpresa que me ilusionó aún más” 

“He estado cuatro años dedicado a otras ocupaciones en México, pero estoy muy contento de volver a lo mío. Ha sido una sorpresa, porque apenas que hace un par de semanas que me habló Álvaro y me lo planteó. Lorenzo, dentro de nuestra casa, siempre nos ha gustado mucho porque tiene unas condiciones bárbaras”. 

No por rumoreado, ha dejado una gran y agradabilísima sorpresa, sobre todo para los que nos sentimos amigos de la casa Lozano y que recordamos aquella época en la que dio cinco o seis vueltas a España triunfando apoteósicamente. Sabíamos que estaba en México con negocios pero la noticia ha saltado: Fernando Lozano vuelve al mundo del toro y vuelve como apoderado de una de las promesas más importantes en estos momentos en el panorama, como es el caso de Álvaro Lorenzo. Se crió con su padre, con su hermano Pablo, y ahora tras un periplo, Fernando ha vuelto a la casa. Apoderado y torero, buenas noches.

Buenas noches. Estoy con Álvaro y estamos muy contentos.

Te has adelantado al almendro, ¿no?

Sí, ha sido algo sorpresivo. Tenía ya planteado en la mente volver a España, pero no sabía si tan de repente. He estado cuatro años dedicado a mis ocupaciones en México, estoy muy feliz de ello pero siempre tenía la idea de tarde o temprano volver a lo mío, a lo que me gusta. Esto ha sido una sorpresa porque apenas hace un par de semanas que me habló Álvaro y me lo planteó. Álvaro es un torero con unas condiciones bárbaras, que nos ha gustado siempre mucho en casa. Tras hablar un par de veces con el torero, nos decidimos los dos.

Además, estamos hablando de una de las grandes promesas. Faltan toreros que renueven el escalafón, él tiene su escarapela de tres orejas en Madrid, una extraordinaria actuación en Bilbao, Santander… es una apuesta importante pero con un valor contrastado de futuro.

Sí, indudablemente. Hay que reconocer que esto es difícil. La Fiesta de los toros es una profesión muy complicada, pero se reúnen todas las condiciones. Ya ha dado toques de atención importantes, pero es un torero que está en pleno desarrollo. El techo de Álvaro aún no se ha visto. Torea muy bien de capote, con la muleta es un torero poderoso y en cuanto consiga esa regularidad, llegará donde quiere. Hay muchas ferias que aún no lo conocen. Es una apuesta, pero una apuesta sobre seguro. Sólo hace falta que acompañe la suerte. Si tengo que hacer una apuesta, la hago por Álvaro. Ahora mismo es evidente que haya una renovación en cuanto a toreros y uno de ellos puede ser Álvaro.

Además de conocerlo de forma profusa, supongo que los antiguos apoderados te habrán dado los mejores informes.

No me hacía falta. La información la tenía yo. Se ha hecho en casa. Aunque yo he estado viviendo en México, también he estado aquí y la trayectoria de Álvaro la conozco perfectamente. Y mi padre lo ha seguido desde novillero. No podíamos decir que no.

Tu padre es el mejor valedor que tienes. Y es hablar de palabras mayores.

Aparte, cualquiera le dice que no a los padres… Independientemente de eso, a Álvaro lo conocemos perfectamente. Se ha hecho en casa y la primera etapa con mis hermanos faltaba quizá un poco más de atención que lo que requería un torero tan nuevo. En este tiempo, ha demostrado lo que puede dar de sí en algunas actuaciones como Madrid, Bilbao, Santander, Zaragoza… y ahora mismo estoy muy ilusionado en poder dedicarme en exclusiva a él. Merece la pena ese esfuerzo y de ahí tienen que salir cosas muy buenas por el futuro de la tauromaquia. Creo que hacen falta varias novedades y que la gente se ilusione con lo nuevo.

Desde becerrista siempre lo hemos seguido. Le vas a aportar mucho, por tu condición de triunfador de San Isidro. Eres cocinero antes que fraile y conoces todo esto, ¿la transmisión de tu temperamento será el gran atractivo que se puede sumar al día a día de Álvaro?

Sí. Cuando hablo con un torero me pongo en situación. Veo las cosas desde el punto de vista que las puede ver él. Se lo puedo explicar de una forma tan entendible como lo puede ver él. Siempre, cuando veo a un chaval ponerse delante del toro, procuro sentir lo mismo que está sintiendo él. Intento corregirle, motivarle y el idioma que puedo emplear con él es fácilmente entendible para él.