Padilla, ante el adiós a Pamplona: “Se cierra una etapa marcada por la sangre, el esfuerzo y la gloria”

El diestro Juan José Padilla concede una extensa entrevista a escasos días de su despedida de Pamplona. Tras su debut en 1999 con la corrida de Miura cayó de pie el torero jerezano en la capital pamplonica. Tras 19 años del idilio entre Padilla y Pamplona, la tarde del próximo 13 de julio será sin duda algo muy especial para torero y afición. “Se cierra una etapa marcada por la sangre, el esfuerzo y la gloria”, dice el diestro jerezano en su adiós de Pamplona.

El diestro jerezano desglosa lo que va siendo su temporada de despedida, en las que ha podido dejar su sello en cosos como el de Olivenza, Valencia, Sevilla, Madrid, Nimes o Jerez. Así como desglosar lo que han sido 25 años como matador de toros. Sin duda el apartado más especial se dio cuando habló de Pamplona. Su tierra de adopción por todo lo vivido. Con su lucha, sacrificio y pundonor consiguió que Pamplona lo considerara como uno de los suyos. Tras el percance de Zaragoza tuvo la oportunidad de lidiar otros hierros tanto en la capital navarra como en el resto de la orbe taurina nacional e internacional.

Este 2018 supone el adiós de los ruedos de El Pirata, como es reconocido por el gran público, las banderas y los parches ya son una tónica habitual en los ruedos. “Tras Pamplona vendrán otros ruedos de gran sabor y solera, un año especial para mí, un torero que busca en esta última etapa de su carrera poder devolverle a cada plaza el cariño que me procesan”, señala el diestro.

“Después de las temporadas pasadas, he visto que no había mejor forma que rematar una carrera que hacerlo con este cuarto de siglo de matador de toros. En esta etapa, después del percance, he matado 500 corridas. Pienso que estoy más que recompensado del mundo del toro. Me he llevado mucho más de lo que podría imaginar y estoy contento con lo que Dios me ha regalado. Estoy pletórico, muy ilusionado”, añade el jerezano.

Además, comenta que “me visto de torero siempre con la ilusión de no defraudar al público, salir siendo siempre Padilla, no traicionar mi identidad. Me llena de orgullo e ilusión volver de nuevo a vestirme de torero una temporada más, siempre he dicho que lo bonito del triunfo es la ilusión por alcanzarlo. El día que pierda esa ilusión no me vestiré de torero”.

En este sentido, expresa que “yo no me creo un héroe, me considero un torero, quizá una persona con unas capacidades y cualidades diferentes al resto en cuanto a un concepto de vida muy particular. Esta profesión se digna de mucha verdad, se siente de verdad, se sufre de verdad y se muere de verdad. Para ello se necesita entrega, pasión y perseverancia, pero considero que hay otras muchas profesiones que merecen ese calificativo. Yo no soy un héroe”.

Estamos hablando de un año de despedida pero también habrá temporada americana: “Sí, también estamos en conversaciones para realizar una campaña en América. Aquella afición también ha disfrutado conmigo. Aguascalientes, Guadalajara, Querétaro, Moroleón, la Monumental de México, Cali, Bogotá, Manizales… me gustaría terminar en España e irme para América a disfrutar de aquella temporada”, concluye.