​Villaseca de la Sagra 365 días de toros, casi.

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EDITORIAL (Programa La Divisa del 5 marzo de 2018)

PEDRO J. CÁCERES


Villaseca de la Sagra 365 días de toros, casi.


Hace tiempo que la Tauromaquia, desgraciadamente, se ha simplificado, salvo excepciones, a tres, cuatro, cinco o más días de toros al año y cada espectáculo sintetizado a dos, o dos y media, horas de derechazos y naturales.

Con los balbuceos de marzo ha comenzado “la parte seria” de la temporada europea, los grandes circuitos de feria con Olivenza y el aperitivo de La Magdalena castellonense. Su desarrollo, sus crónicas, sus críticas y las declaraciones de los protagonistas acaparan la actualidad y por lo tanto los titulares de la prensa especializada… y hasta el año que viene por estas fechas.

360 días en que, salvo los rumores de carteles, la oficialidad de los mismos y pocas cosas más de previa los días antes, los toros no existen. Ahora hablamos de Olivenza y Castellón, pero hagámoslo extensible a más del 90 % de los cosos y ferias del 1º y 2º circuito, salvo excepciones.

Paralelamente, durante toda la semana pasada se han celebrado con el éxito acostumbrado las jornadas taurinas de Villaseca de la Sagra que culminaron con la entrega de trofeos a los triunfadores de sus 2 certámenes 2: el Alfarero de Oro, y el de Plata.

Una entrega de premios a triunfadores con pompa y boato que también ha desaparecido de muchos ciclos importantes abundando en lo que comentábamos antes: la jibarización del toreo.

No es esta semana con final de “alfombra roja” un oasis como preámbulo de los dos ciclos de novilladas, tanto con caballos con sin picadores, no. Villaseca, desde hace años, está en el mapa de la actualidad taurina casi a diario: tentaderos, otras conferencias, la semana de tauromaquia total que acoge festejos populares de toda índole integrados alrededor de la corrida convencional, etc. etc.

Por todo ello, hoy, donde los protagonistas y los sucedidos en Olivenza y el prólogo de Castellón más las vísperas de Fallas y en puertas de conocer los carteles de San Isidro, hemos querido editorializar con Villaseca como reconocimiento de esta rara avis que es sin duda candidata al Premio Nacional de Tauromaquia, y aquí aprovechamos para reivindicarlo y proponerlo, aunque intuyamos que “va a ser que no”, quizá porque como dicen los taurinos y los taurinitos “el toreo es grandeza” …y no cosa de pueblos. El típico, tópico que nos provoca más que una exclamación un lamento ante el reduccionismo galopante de la Tauromaquia: “porca miseria”.

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