América, la América taurina, es donde la Tauromaquia pasas el invierno. Dónde las figuras españolas, y menos figuras, hasta no hace mucho tiempo, iban a “hacer las américas” : toro chico y billete grande con un dólar musculado.

América despierta

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EDITORIAL PROGRAMA LA DIVISA DEL 27 DE NOVIEMBRE


POR PEDRO J. CÁCERES


América despierta


América, la América taurina, es donde la Tauromaquia pasas el invierno. Dónde las figuras españolas, y menos figuras, hasta no hace mucho tiempo, iban a “hacer las américas” : toro chico y billete grande con un dólar musculado.


Eran las figuras españolas las que tiraban del carro como reclamo para poblar los tendidos.

A partir de los 90 la eclosión de César Rincón supuso, sobre todo en Colombia, tener un sentido de pertenecía las diferentes tauromaquias americanas, un ídolo continental, que oponer a la supremacía de las figuras españolas.


Luego vino la crisis, de todo. De torería, de valores, de entusiasmo por América según el euro se montaba por encima del dólar y las economías americanas pagaban un mayor tributo a la crisis económica mundial.



Este del 2017 la torería americana ha despertado en virtud de la emergencia de toreros americanos, hechos en España, que multiplican ese sentido de pertenencia, patrio, y que además diversifica la idolatría patria.


Consolidados como grandes figuras Joselito en México y Roca Rey en Perú, las esperanzas están puestas en aumentar el elenco de promesas en base a sus campañas europeas.

Así surgen las figuras de Joaquín Galdós (candidato al Escapulario de Oro= en Perú – para que Roca Rey no se sienta tan sólo- más las de Luis D. Adame y Valadez en México que son bálsamo aliviador para las grandes frustraciones de proyectos anteriores que tras irrumpir se les fue el gas en un “cuarto de hora”; principalmente en México (Silveti, Saldívar, Payo, Sergio Flores, Armillita, etc.).


Y ese despertar de América en el que algunos se han quedado en el camino más reciente como el colombiano Juan de Castilla y el venezolano Manolo Venegas surge la figura de José Enrique Colombo que, por fin, tomará la alternativa el próximo domingo en Acho (Lima, Perú).

Si, como todo apunta, Colombo empieza a dar fuerte, este invierno americano supondrá un repóquer de toreros para competir con las figuras internacionales y dar color y tinte de rivalidad continental o nacional a los festejos lo que supondrá un revulsivo importante.


Habría que remontarse muchos años para encontrar “una manita” de toreros americanos para “allá” y para “aquí”, como han demostrado en sus diferentes escalafones.


Joselito Adame, Roca Rey, Luis David, Valadez, Galdós… y ¡ojalá! Colombo para completar la media docenita.


Es el despertar de América cuyo éxito está, como los cantes de “ida y vuelta”, en la perspectiva de futuro que tuvieron hace dos o tres años de mandarles a España a aprender…y sufrir.

Y ya acuñó Padilla que “el sufrimiento es parte de la gloria”.





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