Lo cantaba Marisol en 1962 “la vida es un tómbola de luz y de color, ¡oh!,¡oh!,¡oh!...” Valencia, luz, color y sonido que para muchos indocumentados es ruido, estruendoso; y eso han sido las Fallas taurinas: ruido, mucho y nueces poquitas.

​La vida es un tómbola (Valencia y ¡olé!)

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La vida es un tómbola


Lo cantaba Marisol en 1962 “la vida es un tómbola de luz y de color, ¡oh!,¡oh!,¡oh!...”

Valencia, luz, color y sonido que para muchos indocumentados es ruido, estruendoso; y eso han sido las Fallas taurinas: ruido, mucho y nueces poquitas.

Ruido de orejas, de puertas grandes que el tal ruido hizo chicas, ruido de indulto y esperpento, para rizar el rizo de la vuelta al ruedo del 4ª Garcigrande.

Y …” todos en la tómbola encuentran un amor”. 1ª estrofa.


Oficiando de maestro de ruidos un señor llamado Amado en la más pura versión del populismo taurino.

Este hombre, más que amado, querido -o querindongo- del taurinismo militante, se presenta mañana a hipotéticas elecciones en la Fundación Toro de Lidia y arrasa. Enhorabuena.

Su colega de poltrona presidencial en la alternancia sin comerlo ni beberlo podría ser tachado de antitaurino. ¡Pobre!

Cierto que el amado D. Amado tuvo el soporte o coartada del pueblo como si de un referéndum vinculante se tratara.


Un público (cuanta más cantidad menos calidad, taurina, me refiero, la “bulla” que dirían en el sur) que ejerció rotundo el dicho que “el cliente siempre tiene razón” y en función de ello pasó por el coso de la calle Játiva impregnados de ambiente festivo y festivalero y como buenos valencianos los fuegos artificiales de un día y otro provocan termine en traca por cesárea si no hay parto natural; si bien el 19 por la noche todo se reduce a cenizas menos un ninot, tal que el toro cierraferia de Garcigrande.

Cuestión de identidad, el “hecho diferencial” de esta España de las autonomías que los nacionalismos pervierten en “autonosuyas”.


La valencianía se olvidó, felizmente, de la Gurtel, de Oltra, de Ribó, de las campanas de San Nicolás; que los ricos del futbol se “pasan muy cerca” el toro del descenso y los parias están en segunda para hacer suyo a voz en grito ¡el toreo es grandeza!


Y para grande, un valenciano ilustre: Blasco Ibáñez. El de “Cañas y barro”, “La barraca” y…”Arros y tartana, y que figa la bola a la valenciana”.




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