Javier Jiménez: "Volver a Madrid en Otoño sería un reto ilusionante".

JAVIER FERNÁNDEZ-CABALLERO

Después de jugarse el bofe en su confirmación hace un año, después de pasear peluda en su tierra por Abril sin terminar de redondear las volandas, después de rozar la desgracia en una dramática cogida en Pamplona, después de arrear sin oponentes en una corrida que no sirvió en Málaga… llegó su día. Javier Jiménez salió ayer a hombros de Madrid ante una buena corrida de Antonio Bañuelos. Madrid de gala. Sevilla orgullosa porque tiene torero. Y la afición contenta porque la juventud al poder se ha adueñado del escalafón.

Objetivo cumplido, torero…

La verdad que sí. Imagínate la alegría que tengo. Después de tardes importantes esta temporada sin redondear ha llegado una tarde redonda en Madrid. Después de la confirmación el año pasado donde estuve a punto de salir a hombros… ha llegado esa Puerta grande

Supongo que el trance de ese tercero a ese sexto, en el que sabías que tenías entreabierto el portón de la gloria, sería de los momentos más difíciles de tu vida.

Me quedo, más que con el resultado numérico, con la tranquilidad que tuve toda la tarde. Dios te dejó y tuve la suerte de poder cuajar un toro como lo siento en la plaza más importante del mundo. Más que la Puerta Grande, me quedo con el rugido de esa plaza de toros. Fue una tarde que estaba tan metido en ella que no se me pasó ningún momento. Estaba disfrutando tanto que no quería que corriese el tiempo, quería paladear todo lo que ocurriese.

Y, además, no se vio el Javier Jiménez atropellado de otras ocasiones por la necesidad de triunfo. Se vio al maduro, al evolutivo… se vio a la persona que es como torea.

Lo más importante que estoy sacando de mi temporada, es que desde que empecé con Peralta se ve evolución cada vez que toreo. Eso tiene mucha culpa José Luis. Lo ha entrenado siempre bien conmigo. En Sevilla me dicen que hay que ver lo maduro que estás, y ahora llego a Madrid y cada vez me acerco más a cómo siento esto. Te pones a ver el vídeo y te faltan muchos detalles, pero sé que he toreando como lo siento. Las tres tardes más importantes de mi vida fueron el año pasado en mi confirmación, este año en Sevilla y ayer en Madrid. Tengo que agradecérselo infinitamente también al ganadero por esa gran corrida.

¿Qué te dijo tu gente? ¿Qué te dijeron Peralta, tu hermano Borja, tu cuadrilla? ¿Qué te dijo también ese guerrero oculto que es tu padre?

Mi hermano se acercó en el primer toro y me dijo que era mi tarde, la que habíamos hablado tanto. Este año estaba no desanimado, porque iba yendo a las plazas y tenía cosas importantes sin redondear, pero sí que no llegaba la rotundidad. Mi hermano me dijo que era mi tarde. Cuando di la vuelta al ruedo, mi padre me dijo que cortaría al siguiente otra oreja. Y me emocioné cuando lo conseguí. Me quedo con esas sensaciones, con la satisfacción de José Luis Peralta, con Lipi… que apostaron por mí cuando no lo hacía nadie. Por Agustín y Manuel, mis dos picadores. Fue una tarde de emociones. Fue la leche….

¿Pudiste hablar con el maestro Juan Antonio Ruiz?

Sí, tanto él como su padre me llamaron por teléfono en cuanto acabó la corrida. Imagínate lo contento que están ellos también. Son una parte importantísima para mí, nos han tratado siempre como si fuésemos familia y todo lo bueno que nos pase sé que es como si les pasase a ellos.

¿A partir de ahora qué? Sabemos todos cómo rozó el dramatismo la tarde de Pamplona y cómo el encierro no embistió en Málaga, donde saliste vivito y coleando al igual que en Navarra a pesar de las corridas.

No me lo planteo. Puede parecer un tópico pero es así. Mi trabajo está hecho. Cuándo torearé o no ya se verá, eso es trabajo del apoderado. Sólo estoy mentalizado para seguir avanzando y seguir disfrutando de lo que es vivir en torero. Ahora es cuando lo estoy disfrutando de verdad.

Hay un puestecito en Sevilla por San Miguel y aún sin cerrar la Feria de Otoño. Esos llevan tu nombre.

Pues fíjate la ilusión que te da eso. Me encantaría poder torear con el maestro Morante y con Roca Rey en Sevilla, sería un día muy bonito. En Otoño también, pero me encantaría volver a ambas plazas. Son las que más responsabilidad le dan a uno, pero Dios me ha dado la fuerza de superar en las plazas todo.