​Dos noticias: una buena, muy buena (la asistencia) ; otra, más que mala, preocupante (la “indultitis”)

EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL 25 MARZO 2024

PEDRO J. CÁCERES

Dos noticias: una buena, muy buena (la asistencia); otra, más que mala, preocupante (la “indultitis”)

Al “bolón” de la Feria de Fallas con 90.000 que pasaron por el coso de la calle Játiva en el primer ciclo de plaza de 1ª (“bolón, según la RAE es una gran concentración de gente versus Cuba y México), los casi 15.000 espectadores que abrieron temporada en Las Ventas con un honesto cartel, le precedieron, con gran afluencia de público, Castellón, Olivenza y Valdemorillo.

Las perspectivas de las próximas grandes ferias como Sevilla y  Madrid (17.000 abonados), barruntado, en ambas, varios llenos de “no hay billetes” y lo registrado en este fin de semana, -los llenos de Almendralejo y Arenas de San Pedro, más de ¾ en Pozoblanco, la benéfica de Toledo con 2/3, la solidaria de Las Rozas, con casi lleno (Gonzalo Caballero logró que “la sonrisa de María fuera una realdad), y no todos estos festejos se acartelaban figuras, nos instala en la convicción que, pese a los denodados esfuerzos de los movimientos antitaurinos, La Fiesta goza de una salud envidiable. Sobre todo, para muchos sectores de ocio y cultura, espectáculos. Salvo el fútbol, y según que partidos y categoría. Punto.

Quizá ese ambiente de euforia haya sido la causa de la “indultitis”: 2 toros (Las Rozas y Almendralejo) y un novillo en La Línea. Todos en plaza de 3ª categoría.

Esta desmesura, como toda inflación, devalúa el indulto. Sobremanera perjudica a grandes toros en plazas de 1ª y 2ª que, aun siendo medida excepcional, se han ganado el premio, reglamentario, de seguir viviendo y procrear para seguir mejorando, hasta la excelencia, el patrimonio genético de nuestro campo bravo, que, como se deduce de los muchos toros que están embistiendo, atraviesa un buen momento.

Es el caso del toro “Leguleyo” de Jandilla en Fallas, al que no se le concedió el indulto. Los que nos posicionamos en que era merecedor de volver vivo al campo, ahora, no es que nos desdigamos, no, pero se nos cuestiona por aquello que no se le vio en el caballo.

Ni la indultitis ni la corrida que se acaba tras el primer tercio. Como ayer, la de Cuadri, en las Ventas.