Kilómetro 0

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EDITORIAL DEL PROGRAMA LA DIVISA DEL  26 DE FEBRERO

PEDRO J. CÁCERES

KILÓMETRO O


El “Kilómetro 0” es, en teoría, el punto medio de España de donde se miden, principalmente, las rutas más importantes del País. las rutas, carreteras, principales y el punto de referencia para hallar la distancia entre Madrid (España) y cualquier otro punto del universo.


Y digo que, en teoría, poque el verdadero Km. 0, o mitad geográfica, está en el Cerro de los Ángeles.

En definitiva, un punto de partida, por lo que el vocablo puede ser utilizado en cualquier sentido que sea empezar algo, como la carrera de un torero. De ahí la idoneidad en que La Comunidad de Madrid recurriera a tal símbolo para nominar su certamen de novilleros sin caballos.


También recuerdo, como Km 0, el buque insignia del restaurante Niágara, con que se inició y dio a conocer, en la madrileña calle de Galileo. Una casa de comidas en la que Pepe Guzmán, y familia, “secuestraron” el cariño de todo el barrio, vía culinaria. Este Km 0, no era otra vianda que lo que más tarde se conocería como cachopo.


La mayor virtud de ésta singular excelencia gastronómica radicaba en la calidad del producto (escalope de ternera de primera y jamón y queso de 10). Pero lo que le hacía especial era la salsa (fórmula magistral) que lo acompañaba.


El fin de semana del Km 0 taurino ha sido un espectáculo. Nunca imaginé que 3 becerradas pudieran tener el interés y el entretenimiento de 10.000 aficionados presentes, y muchos miles más a través de la televisión, entre los cuales me encuentro. Nunca pensé que después de 40 años de profesión en torno a la Tauromaquia me fuera a interesa tanto, desde el minuto 0, lo que iba aconteciendo en el ruedo de Vista Alegre: una oportunidad como propiciaron los Lozano en la antigua “Chata”, pero del siglo XXI.


Pero por encima de la calidad del producto base (con perdón) como es la preparación de 12 chiquillos que quieren ser toreros (disposición, técnica, conocimientos y, en la mayoría, rindiendo culto al concepto del clasicismo : el toreo eterno de toda la vida) esta en la salsa (fórmula magistral), en todo espectáculo que se precie. Desde el marco, moderno, confortable, serio – nada pueblerino-, a la seriedad con la que comparecieron los aprendices de toreros, por dentro y por fuera. Tanto en su expresión torera ante el animal que tenían delante como en su atuendo: perfectamente vestidos de luces. Y además su preparación, como “hombrecitos”, para la vida civil como se demostró en los reportajes de introducción como en sus explicaciones de sentimientos de lo que hicieron al terminar la lidia.


Ese es el camino. Aunque lamentablemente muchos se queden en el intento al producirse dos atascos en su progresión posterior. Un cuello de frasco al acceder al escalafón de novilleros con picadores, ante el escaso número de festejos de este tipo para tanto aspirante, y lo más preocupante: que superada esta fase se encuentren, como matadores de alternativa, con un escalafón envejecido, con toreros de cerca, o más, de 20 años de actividad, que no dejan paso, ni los empresarios arriesgan por sacar nuevos valores. La obsoleta tauromaquia, con minúsculas, del rentable cortoplacismo sin pensar en el futuro. Deben pensar que el que venga detrás que se busque la vida. 




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