Los toros de Martín Lorca, que tantas alegrías habían dado a Madrid en los últimos años, eran la materia prima para la gran cita

Morenito y Fandiño, a ovación por coleta en su mano a mano venteño

|


MARCO A. HIERRO / FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO


Madrid se vestía de fiesta porque este Domingo de Resurrección dos de los toreros que más cosas tenían que decir en la plaza hacían el paseo mayor en el coso de la calle de Alcalá. Jesús Martínez "Morenito de Aranda” e Iván Fandiño se batían a duelo en mano a mano. Los toros de Martín Lorca, que tantas alegrías habían dado a Madrid en los últimos años, eran la materia prima para la gran cita.


Cantó el primero la fuerza muy justa después de que le costase centrarse en el percal de Morenito de Aranda, que le caminó muy bien para atrás, fomentándole la carrerilla. Poco le dio Israel de Pedro en varas por su justa condición, aunque llegó abajo al peto para dejarse pegar. Muy corto se quedó en el quite por saltilleras de Fandiño, al que volteó dramáticamente. Tuvo paciencia el Moreno con la sarga para verlo humillar con cierta entrega en series cortas y muy compuestas. Corto viajaba el de Martín Lorca, pero supo cogerle el aire el burgalés a base de distancia, inercia y ligazón una vez embarcado. Hubo pinturería en los remates y ritmo en el toreo fundamental hasta que se vino abajo el toro y comenzó a topar y a buscar tobillo. Un pinchazo y una estocada dejaron el premio en ovación tras aviso.


El segundo se comportó en el capote cómo auguraban sus bastas hechuras y su corto cuello, dejando en probaturas el saludo de Fandiño. Metió la penca para adelante y empujó con poder en la gran primera vara de Israel de Pedro, que consiguió con buena monta que no le derribar la cabalgadura. Sobrado estuvo Iván García en dos excelentes pares de banderillas. Pero no tuvo el animal empuje para embestir tres veces seguidas con cierto son. Recto y sin pizca de clase, se pasó un rato Fandiño intentando que se arrancase para lograr un par de derechazos estimables por todo premio. Un pinchazo y una media estocada trasera precedieron al silencio.


Al serio y amplio tercero se fue Morenito a pegarle lances sin probaturas para encontrarse con la informalidad del toro, que dejó el saludo inconcluso. Fuerte le dio Francisco José Quinta en varas, donde echó la cara arriba con poder. Volvió Fandiño a intentar el mismo quite con que lo cogió el anterior, llevándose la ovación del tendido y la réplica de Morenito, que quitó brillante por delantales abrochados con dos medias. Ya entonces tendía el toro a quedarse debajo de la tela. Y lo siguió haciendo con la muleta, con la que quiso darle metros el Moreno para que se fuera con más ritmo, pero la aspereza con que humillaba el animal hacía muy difícil pulsear. Por abajo se la dio el de Aranda, sacando el palo por debajo de la pala, pero sin lograr la conexión con un tendido que no perdonaba los enganchones. Lo mató de una estocada efectiva y escuchó silencio.


Hasta los medios le lanceó Fandiño a la verónica la embestida recta del cuarto, que volvía del revés y con poco afán al percal del vasco. Perdió las manos en varas y en el quite del que desistió Morenito al verlo. Fue constante la protesta por parte del público, sin que el presidente sacase el pañuelo verde. Y entre Palmas de tango se le fue el toro al suelo a Fandiño con la muleta varias veces, obligándole a abreviar, matarlo de una estocada y escuchar silencio.

Tampoco el quinto andaba sobrado de fuelle, y embistió sin poder en el capote que manejó más para bregar que para brillar Morenito. Lo cogió bien en puyazo corto Manuel José Bernal. Que supo torear el segundo encuentro ofreciendo los pechos y agarrándose arriba para luego soltar. Y fue el toro una prenda en la muleta. Reponedor y remontador, le buscó el sobaco al Moreno cuando le dio distancia, cuando se puso en corto y en las fiestas de guardar. Porfió Jesús con él tirando de técnica, perdiéndose pasos y sin perderlos, pero no encontró la tecla que mitigase una miaja la zorrería sorda del castaño. Mal con la espada, escuchó silencio.


El sobrero, de Pereda, era un gato comparado con lo que había salido hasta entonces, pero repitió por abajo en el corazón saludo a la verónica de Fandiño, empeñado en levantar la tarde. Vulgarón fue la pelea en varas del animal, que embistió más templado, pero sin clase ni brío, en el quite a la verónica de Morenito. Destacó Curro Robles en banderillas antes de que el vasco brindaré al público para calentar el ambiente. Este sí se movió y la quiso por abajo, pero no siempre encontró Iván la velocidad adecuada. Cuando llegó el acople llegaron también pasajes de buen toreo, de muleta por abajo y vaciado en corto por la condición del de Pereda, que embistió siempre, hasta las bernadinas del final. Se tiró Fandiño en el morrillo a enterrar el acero y salir encunado, buscando la oreja que redimida su tarde, pero tardó el toro en caer y todo quedó en ovación, pese a la petición del tendido.


FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Madrid-Las Ventas. Domingo de Resurrección. Corrida de toros.

Seis toros de Martín Lorca, áspero y de viaje corto el humillador y flojo primero, deslucido y sin gracia el basto y aplomado segundo, exigente y complicado el humillador pero bruto tercero, inválido el castaño cuarto, reponedor y remontador el áspero quinto, oble y repetidor el vareado sexto bis.

Jesús Martínez "Morenito de Aranda”, ovación, silencio y silencio.

Iván Fandiño, silencio, silencio y ovación. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.