A Rufo le funciona todo

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RUFO. TALAVERA


 A Rufo le funciona todo

Plaza de toros de Talavera de la Reina (Toledo). Corrida mixta. Tres cuartos de entrada.

Se lidiaron dos toros de Fermín Bohórquez para rejones (primero y cuarto), reglamentariamente despuntados, y cuatro de Alcurrucén (segundo, tercero, quinto y sexto) para lidia a pie. Manejables los de Bohórquez (mejor el cuarto). Muy bien presentados los de Alcurrucén, en tipo de embestir, con menos presencia el sexto. Encastado el segundo. Manejables el resto.

El rejoneador Guillermo Hermoso de Mendoza: silencio y oreja.

El matador de toros Tomás Rufo: oreja, dos orejas, dos orejas  y oreja.

Talavera de la Reina se volvió a volcar con Tomás Rufo, su torero -el de todos, en realidad- y lo arropó en una tarde triunfal en la que a Rufo le funcionó todo: cabeza, capote, muleta, bragueta y espada.

El de Pepino cuajó a sus cuatro nobles toros de Alcurrucén, destacando la gran faena faena al quinto, iniciada de rodillas  justo al lado del lugar en el que Gallito resultó mortalmente herido hace 102 años. E hizo honor a tal circunstancia con un faenón,  quizás menos vistoso que el trasteo realizado al tercero, pero de una claridad de ideas y valor apabullantes. El de Alcurrucén, con la codicia justa, embestía a media altura, por lo que Rufo vació los muletazos a media altura para dosificar la duración de su antagonista. Luego pasó a instrumentarlos de uno en uno, ceñido y hacia dentro, arrimándose con hambre (éste la tiene de ser gente grande) y matando de manera excepcional a la primera. Las dos orejas, lógicamente,  cayeron.

Antes también había caído una en el segundo, que se movió y al que bajó los humos con poder y elegancia.

Algo más tenso anduvo en el remiso tercero, al que le arrancó dos orejas.

El sexto fue noble y soso. Lo más reseñable llegó en varias fases de derechazos en los que Rufo tiró de las remisas arrancadas hasta el final. A éste,  sin embargo, lo pinchó, circunstancia que solventó a la segunda volviendo a dejar una gran estocada entera arriba. Le funciona todo. De momento. Ojalá sea por mucho tiempo.

Por su parte Guillermo Hermoso de Mendoza no empezó bien la tarde, clavando un rejón de castigo muy trasero y caído, en una labor que no alcanzó altura.

Sí caldeó el ambiente el rejoneador estellés con el manejable cuarto, en el que destacó montando a Ilusión. Clavó ajustado y con compromiso, aunque fallando con el rejón de muerte, lo cual no impidió que paseara una oreja.

JCS

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