​Hay partido, hay plantilla, hay banquillo

Hay partido, hay plantilla, hay banquillo

Ha concluido la Feria de San Isidro en Vista Alegre. Una feria que, si tenía argumento en su confección, se ha desarrollado con contenido.

La feria ha sido una dura prueba, por la inactividad, para todos: toreros, ganaderos, público, e incluso prensa.

Las corridas mal llamadas comerciales, las que matan las figuras, han desarrollado casta y las dificultades que ello conlleva para simplemente ponerse bonito en la cara del toro.

La edad cinqueña -y algunos próximos a los 6- les ha dado a los animales un plus de carácter que ha puesto a prueba a todo el escalafón que ha pasado por la plaza carabanchelera, y, se puede decir que la mayoría, incluso todos, han superado la prueba.

La importancia por presentación, seriedad de trapío y comportamiento ha dada mayor valor a lo mucho bueno hecho en el ruedo y ha dejado momentos de muy alto nivel y cotización.

Lo visto y disfrutado de El Juli, Roca Rey, Juan Ortega, Urdiales, Ureña, Luque (en su primera tarde), Perera (que nunca le falla a Madrid); el compromiso de Manzanares sin lote y el arte de Morante, que con los toros malos no se tapa en un alarde de sinceridad, y el sitio y derroche de ganas de agradar de la terna de los “Adolfos” -como el día de Fuente Ymbro- y, en definitiva, todos los participantes han sabido asumir su compromiso con Madrid, que, a falta de Las Ventas, no deja de ser Madrid.

Feria dura en que nos quedamos sin Pablo Aguado, fantástico en su primera actuación, y en la que las graves cogidas que se han producido dan cuenta del nivel de responsabilidad de todos los que han vestido el “chispeante”; subalternos incluidos que, en el nombre y hombre, muy hombre, de Juan J. Domínguez han tenido su referente.

Hay partido, porque tras esta gran feria de 11 espectáculos, las ferias se empiezan a mover dentro de las restricciones.

Hay plantilla, a lo escrito me remito, y hay banquillo porque por unas causas u otras hemos echado en falta a Emilio de Justo, Ferrera, Cayetano, Talavante, etc.etc. Y con ganas de volver a ver a Ponce, Ginés Marín, Alvaro Lorenzo, López Simón; el arte maduro de Finito y el espectáculo de El Fandi.

También los rejoneadores a un gran nivel. Y, lo más importante: hay futuro.

La única novillada del ciclo ha demostrado que el ejemplo dado por los mayores es un aliciente de superación para los chavales del escalafón novilleril, y que se dejan la piel y , casi, la vida, como en el caso de Manuel Perera y se entregan como Antonio Grande.

Y, además, resulta que el triunfador absoluto, 3 orejas, del ciclo ha sido Tomás Rufo.

¿Se puede pedir más para los tiempos que corren? Sí, que abra Las Ventas, y que Valencia, Bilbao, Pamplona, Zaragoza recompongan ferias, aunque sea con otras fechas como ha programado Sevilla…porque hay partido, hay plantilla, hay banquillo, hay equipo y hay futuro.