Joselito Adame, tras el primero, señaló al micrófono de Toros que “era un toro encastado, que se movía. Entre muletazo y muletazo estaba desentendido y con la cara por arriba. Tenía las exigencias de la casta. Me he encontrado bien”.
Tras el cuarto, dijo que “tenía dificultades por el pitón izquierdo y luego venía sin soltarse. Era difícil estar delante de él, andando de costado”.
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