Niño de la Capea: " El motor que arrancó mi carrera y demostró mi camino fue el hambre"

|

1000003167


" El motor que arrancó mi carrera y demostró mi camino fue el hambre"


" No me esperaba después de tantos años retirado que te demuestre la gente ese cariño, empatía y admiración incluidos tus propios compañeros con los que tuve la suerte de competir"




Entrevista por Pedro Javier Cáceres 


El pasado miércoles se vivieron dos jornadas para el recuerdo históricas en la Plaza de Toros de Las Ventas. La tarde de Morante ya es conocido. Pero por la mañana, hubo un acto institucional que se descubría un azulejo al Niño de la Capea, un acto previo realmente emocionante para los que hemos vivido esa época y supongo que para la juventud actual, tan aficionada a los toros como están demostrando las entradas en la plaza de toros de Las Ventas. El maestro estuvo rodeado de los suyos y aquello fue una apoteosis total, que hizo justicia a una trayectoria impecable ya desde novillero.


Emocionante para los demás. Supongo que para el maestro también.


Bueno, no me esperaba esto después de tantos años retirado. Que te demuestre la gente ese cariño, esa empatía, y esa admiración incluidos tus propios compañeros con los que tuve la suerte de competir, te emociona. La verdad, no me lo esperaba y me emocioné mucho.


Además, rodeado de tus compañeros de entonces, el presidente de la Junta de Castilla y León y por supuesto la familia. Con Carmen, Verónica, con Perico, Miguel Ángel… más no se puede pedir.


Que todo el mundo te arrope y se hayan dado cuenta de tu esfuerzo por conseguir tus sueños y conseguir lo que uno pretendía en la vida… Además, me ampararon y acompañaron mis compañeros que han competido conmigo. Además, estuvo el maestro El Viti, con lo que supone para el toreo, y que te esté apoyándote no es fácil de vivir.


Al descubrir el azulejo, sobre todo, se puso énfasis que tuvo éxito su trayectoria, en síntesis, por el hambre.


Sí, fue el motor que arrancó mi carrera y demostró que era mi camino. Fue el hambre, indudablemente. Pero, luego, el toro no sé qué tiene porque es un animal misterioso y te enamoras de él. Entonces, ya buscas otras cosas que, a lo mejor, cuando nos retiramos y no las hemos conseguido, las perseguimos toda nuestra vida. Ese interior tan íntimo te lo provoca el toro. O sea, yo he tenido dos motores, el hambre y el del misterio del toro.


Y una época nada que ver con la de ahora. Nada fácil por una crítica feroz.


Sí, había un momento político convulso, toda España en aquel momento lo desconocíamos. Se ponía interés en los toros nada más para ir en contra de lo que estaba ocurriendo, porque era lo único que el régimen anterior dejaba manifestar al público. No había otro tipo de manifestaciones. Claro, aquello causaba una tristeza enorme. Si ya me estoy jugando la vida, he dado todo lo que tenía en el alma y pasaba desapercibido… Pero siempre hay aficionados, gente y periodistas que lo tienen muy grabado, que son conscientes del esfuerzo que se hace, y al final termina aflorando y reconociendo.


Cuando la casa Chopera te propuso apoderarte, les dijiste que fuera solo Manolo Chopera.


Sí, fue una anécdota en mi vida, pero demuestra un poquito la idea e ilusión que tenía, porque hubo una frase de Manolo Chopera genial cuando le contaron cómo yo había reaccionado. Dijo: " es el sinvergüenza más grande que nos hemos encontrado como torero o es que quiere ser torero de verdad. Pero hay que apostar por él". Y así sucedieron las cosas. Claro, como era de verdad lo que yo quería hacer, duré toda mi vida con la casa Chopera.


Cómo cambia la historia. Tenéis azulejos José Mari Manzanares, Dámaso González y usted. Hay que ver Las Ventas de entonces. Manzanares, que viene Gayoso. A Dámaso le contaban los muletazos y a ti te decían que eras el rey del zapatillazo…


Claro, lo que más admiro es que en esa época teníamos un carácter fuerte y asumíamos todo. Nos tragamos todo, pero íbamos para adelante. Sabíamos que detrás de eso, algún día el sueño se iba a hacer realidad. Y todos lo conseguimos cada uno con nuestro estilo y nuestra forma, eso es maravilloso. Durante esa época se demostró que en la vida hay que luchar por tus ideales.


Han sido cinco puertas grandes, pero la tarde cumbre fue la corrida de la Prensa. Creo que aquello pasará a los anales de la historia.


Sí, fue un reto personal conmigo mismo, sin necesidad, digamos, de contratos ni nada, porque yo tenía resuelta toda la temporada. Pero se dieron unas circunstancias y no tenía más remedio que apostar contra mí mismo. Y es la guinda del pastel de mi carrera, los seis de Victorino en Madrid, no hay ninguna duda. 


Respecto a la Feria de San Isidro ¿Desde el punto de vista ganadero y torero, ¿cómo la estás viendo?


La estoy viendo interesantísima porque rara es la tarde que no ocurre algo importante. Menos la de Talavante, todas las faenas grandes se han pinchado como las de Miguel Ángel Perera, Fernando Adrián, Tomás Rufo… Ha habido grandísimas tardes y es el año que menos suerte están teniendo los toreros en este San Isidro con la espada. Y una cosa que me está llamando la atención mucho y me emociona, es ver a tantísima gente tan joven en los toros con un respeto impresionante. Eso me está maravillando. Lo que más.


En el editorial pasado titulé “ La cumbre de Morante, pero también una feria de rebelión total y absoluta de los plebeyos”. Quedaron atrás nombres como Fortes, Morenito, Uceda, Víctor Hernández Galván, Fonseca, Clemente, Lorenzo, Román, Diego San Román, Juan de Castilla, Rafa Serna... y luego todos estos se quedarán fuera.


Injustamente porque ahora es la moda y no me gusta que cierren las ferias con demasiada antelación, hay que dejar un hueco para este tipo de toreros. Afortunadamente, se ve que hay relevo y vienen empujando y las figuras que están establecidas no tienen más remedio, si quieren continuar mucho tiempo en esto, dar la cara. Entonces, no queda más remedio que justificarse de verdad. No esperar a mi toro a ver si me embiste. Y lo están haciendo, que eso es lo bonito y por eso está teniendo interés esta feria, porque todo el mundo sabe que hay que arrear, porque si no te descuelgas en menos que canta un gallo.


Quiero que me analices la cumbre de Morante de la Puebla y la tarde de Marcos Pérez, que creo que fue de una exigencia como si fuera una figura siendo un chaval de 17 años.


Morante es un genio porque tiene una cosa con esos años de alternativa, tiene una lucidez para improvisar lo que parece imposible y nos sigue sorprendiendo a todo el mundo, incluido a mí como profesional. O sea, el momento de magia que tiene Morante, hay que aprovecharlo porque es extraordinario. Lo de Marco Pérez, pues yo le tiro el sombrero por atreverse. Un chiquillo que no tiene ninguna responsabilidad en todo lo que pueda hacer en cuanto organización, toros…porque no tiene el hombre todavía porqué saber nada de eso. Que se atreva con seis toros, dé la cara, vaya tres veces a portagayola, le peguen esas dos volteretas tan impresionantes y que no se venga abajo…Mis respetos para Marco Pérez.


Hablando de la resaca de Morante, recuerdo una frase de Fernando Esteso que decía: “Mira, yo soy de Enrique Ponce porque me deja ser de otros”.


Me encanta. Es que es así. Ese es el mejor aficionado: a mí me gusta este torero, pero también me cabe este otro y otro. Y saborear cada tarde lo importante y bueno que haga cualquier torero. Ese es el buen aficionado.


Desde el punto de vista ganadero. Supongo que muy satisfecho con tu corrida de rejones.


Mucho, es muy difícil que en una plaza de la exigencia de Madrid, con ese ruedo tan grande, los seis toros, unos más otros menos, fueron de triunfo. Con lo cual, me dio una satisfacción muy grande saber que no habíamos fallado en la elección de los toros de Madrid este año.


Está la ganadería completamente en la mano.


Sí, llevamos ya 45 años buscando nuestro ideal de toro. Ya estamos a pie. El año pasado Talavante nos indultó un toro y este año en Valdemorillo Sebastián Castella estuvo a punto de indultar otro toro. En fin, se demuestra que la ganadería está en un punto que se puede aprovechar y puede propiciar triunfos tanto a pie como a caballo. Entonces, para nosotros eso es magnífico porque nos ilusiona para seguir trabajando en la misma dirección.


¿ Qué esperas de lo que queda de Feria?


Madrid siempre ha sido una sorpresa, no de lo que queda de feria, sino temporada en Madrid. Muchos días vas a los toros porque no están los nietos y tal, y resulta que esa tarde surge algo que no habías visto en tu vida. Entonces, tienes la magia de Madrid, que es una plaza que cuando salta algo realmente importante revoluciona en seguida al toreo.


En el aspecto ganadero, han saltado varios toros, pero como corrida completa no ha habido ninguna. Eso es la exigencia de Madrid, los veterinarios que no se orientan, el público que está a otra historia… salvo a Victoriano del Río.


Sí, este año no me está gustando mucho que ganaderías vayan fuera de tipo, totalmente un toro mastodóntico que no ha existido nunca en esa ganadería, que son ganaderías buenísimas. Pero como ese toro no ha existido nunca no tenemos porqué saber cómo va a ser, porque no le tenemos cogido a la hebra todavía. Entonces, que embista un mastodonte es un milagro.


¿Cómo estás viendo la presidencia tan criticada en Madrid?


Yo no la estoy notando nada extraña. Hombre, hay algunas orejas que yo las hubiera dado, pero Madrid tiene la obligación de ser rigurosa, pero también justa. Y claro, buscando esa rigurosidad y esa justeza, pues hay muchas veces que se decantan por el lado de la intransigencia. Y eso puede ser malo, pero yo creo que para la fiesta en general no es malo que sea exigente Madrid.


A mí me invade la nostalgia, cualquier tiempo pasado en todos los aspectos fue mejor, no sé si le pasa también.


No soy nostálgico en ese aspecto. Creo que ahora los toreros tienen una suficiencia delante del toro que nosotros no teníamos. Nosotros probablemente éramos más vivos en la plaza, más dinámicos también con otro toro. Pero lo que hacen ahora con este pedazo de toro que están teniendo que torear... Mi respeto y admiración porque el volumen que tiene ahora no lo ha tenido en la historia el toreo. Acoplarse en esos movimientos rítmicos sin descomponer la figura y sin descomponer el resto de la cara para mí tiene una importancia bestial.


Por la parte que me toca, en el aspecto de la crítica, si es que existe el periodismo taurino, cualquier tiempo pasado fue mejor que el de hoy. Digo para la afición, para los toreros hoy es fantástico.


Sí, en eso sí. Es extraño. ¿Por qué? aunque había muchos que parecían malvados en su línea editorial de su periódico o su cadena, les invitaba a ser distinto a las otras. Había mucha injusticia e intransigencia en la prensa con los toreros. Pero los públicos, al final, eso lo intuyen y no era demasiado. Había que tener ganas, pero nada más. También, había mucha más lectura de toros, se escuchaba más de toros, se hablaba en cualquier terraza de toros y eso sí echo de menos. Ahora con las redes sociales un hombre te está llamando de todo en tu cara y no te estás enterando. Entonces, quizás ese dinamismo, esa charla taurina de calle y comparar opiniones se ha perdido. Ahora con las redes sociales, cuando no sabes quién escribe ni nada y ha difuminado todo lo hace como poco creíble, me parece a mí.


Termino ya, la importancia que tiene TeleMadrid en echar las corridas, que además, ha dejado con las costuras abiertas a otras cadenas. Por fin, se apoya sin complejos a los toros.


Sin ninguna duda. La fiesta es la expresión cultural más importante de este país. Por lo tanto, hay que hacerla llegar a cada rincón de este pueblo de España. Y tienen la obligación las administraciones públicas, porque tienen ese control. Por lo tanto, mi agradecimiento como aficionado, que lo puedo ver desde mi casa y mi agradecimiento como torero, porque a través de la televisión se le da mucha más importancia al toreo.




Sin comentarios

Escribe tu comentario




No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.